Pilar Gutiérrez, secretaria del Sector Sociosanitario regional de UGT en Castilla y León y trabajadora de la ayuda a domicilio

Pilar Gutiérrez, secretaria del Sector Sociosanitario regional de UGT en Castilla y León y trabajadora de la ayuda a domicilio

Región

Cuando se va la paga en gasolina: “Muchas trabajadoras no ganan ni para una barra de pan”

Una empleada del sector de la ayuda a domicilio nos cuenta la lucha constante y diaria de las empleadas para recuperar sus derechos

30 octubre, 2022 07:00

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Pilar Gutiérrez Sánchez es la secretaria del Sector Sociosanitario regional de UGT en Castilla y León. También es una trabajadora de ayuda a domicilio, de 53 años, nacida en Ávila y que vive en un precioso pueblo de la provincia llamado Muñana, que denuncia la situación de precariedad que sufren las empleadas con míseros salarios y unas condiciones complicadas.

Confiesa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que “tiene que usar su vehículo propio para atender a los usuarios de los pueblos” con lo que cuesta ahora la gasolina es un gasto que costea de su bolsillo y que se ha duplicado de un año a otro.

Charlamos de esto, de las subidas salariales y de muchas cosas más en las siguientes líneas:

P.- ¿Cuál es la situación actual de las trabajadoras de ayuda a domicilio en Castilla y León?

R.- La situación actual es que la mayoría están trabajando por encima de jornada. Trabajan más horas que las que tienen estipuladas. Esas horas que hacen a mayores pasan a una bolsa. En algunos casos, las trabajadoras terminan perdiéndolas. No las llegan a cobrar.

P.- ¿Cuántas trabajadoras de ayuda a domicilio hay en la actualidad en Castilla y León?

R.- Hay unas 5.600 trabajadoras en la Comunidad en este sector, repartidas en las nueve provincias. Las que peor lo tenemos somos las de las zonas rurales. En los núcleos urbanos se hacen zonificaciones para que las auxiliares no se desplacen tanto y tengan los servicios en un área repartida para ellas. En las ubicaciones rurales tenemos que utilizar nuestro vehículo propio para hacer los desplazamientos con el agravante del precio al que está, ahora mismo, el combustible. No cubrimos gastos. La mayoría de ellas tienen jornadas a tiempo parcial de cuatro, seis o siete horas. De las 5.600 trabajadoras puede haber por provincia entre 10 o 20 que estén a jornada completa.

P.- Hubo movilizaciones por este tema del combustible y los desplazamientos, si no recuerdo mal.

R.- En el convenio que firmamos y salió publicado el 16 de marzo de 2022 conseguimos que nos pagaran el cien por cien del tiempo de desplazamiento como tiempo efectivo de trabajo. Las empresas no lo están aplicando. No están subiendo jornadas con ese cien por cien. Como mucho, en alguna empresa, lo están pagando como horas de bolsa. Muchas trabajadoras tienen un salario de 450 euros y se gastan 150 en llenar el depósito. Se les va la paga en gasolina.

P.- Usted es una de las que tiene que sufrir todo esto.

R.- Sí, soy auxiliar. Estoy trabajando en el sector. Tengo varios usuarios y conozco a la perfección la problemática del servicio porque estoy a pie de calle con mis compañeras.

Pilar en la entrevista con EL ESPAÑOL

Pilar en la entrevista con EL ESPAÑOL

P.- ¿Su situación personal cuál es?

R.- Soy una de las tantas que no cuenta con jornada completa. Tengo 35 horas semanales y en el convenio la jornada completa asciende a 36. Estoy haciendo una hora y media más cada día. Pasa a bolsa, pero no sube a contrato. Más el tiempo de desplazamiento que tampoco lo añaden. Hay empresas que lo abonan y otras que no.

P.- El tema de los desplazamientos es terrible.

Voy a poner un ejemplo. Una trabajadora que viva en Olmedo y tenga que ir a distintos pueblos cercanos a hacer un servicio. Por ejemplo, a Mojados, que son 15 kilómetros. En un viaje de ida y vuelta. Nosotras, por cada hora prestada de servicio, descontamos cinco minutos al usuario. El resto del tiempo es el que usamos para atenderla. Cinco minutos que descontamos y otros cinco o diez que empleamos para hacer el servicio. Pensamos que deberían de abonar la parte proporcional de los diez minutos que he sacado de mi tiempo. No es el tiempo que he descontado. En este caso, la parte administrativa consiente esos cinco minutos que se le descuentan al usuario para que nosotras hagamos el desplazamiento. La Ley de Dependencia te marca un horario. Una hora por servicio. La administración, como viene reflejado en el convenio, sí que nos permite que se descuenten esos cinco minutos a los usuarios. Es un punto a favor de las empresas, pero pierde la trabajadora y los usuarios.

P.- En su situación. Con la subida de los combustibles y estos desplazamientos, ¿Cuánto paga de más por la gasolina?

R.- Me afecta igual que a un usuario de a pie. Una vez que utilizas tu vehículo, el precio del gasóleo está para todos los trabajadores igual. Independientemente de la bonificación que dé o deje de dar el Gobierno. A mí me ha supuesto que hace un año llenaba el depósito del coche con 50 euros y ahora mismo son 110 euros. Lo lleno cada quince días o, a veces, cada semana. Es el doble.

P.- Y todo, de su bolsillo

R.- Es un gasto que nos tenemos que costear de nuestro bolsillo. De ahí la problemática que tienen las empresas, porque muchas personas están causando baja. Ganan para el mantenimiento del vehículo. Muchas trabajadoras no ganan ni para una barra de pan. Más en los servicios que tengan un desplazamiento, con dos horas contratadas. Nos encontramos que están con falta de personal, también de personal cualificado tras la pandemia. Estamos teniendo otro grave problema ahora porque están suplantando la figura de la auxiliar de ayuda a domicilio con la del asistente personal. Hay que tener cuidado con esto. En Castilla y León ahora, con esta situación, se está metiendo mucha empresa privada. La dependencia es un dinero muy goloso porque la administración lo da. Debemos tener una cualificación y una acreditación, con una formación y un tiempo de trabajo para conseguir nuestra acreditación. El asistente personal es una figura que ha entrado desde la llegada de la Ley de Dependencia. Es, exclusivamente, para el ocio, pero cumple las mismas funciones que nosotros. Esto es muy peligroso.

P.- Se está retrasando la subida salarial del 6,5% mientras el IPC sigue disparado. ¿Cómo está la situación?

R.- El pago del 6,5% está registrado en el convenio marco estatal de Dependencia que abarca residencias, ayuda a domicilio, teleasistencia y centros de día. Se ganó una sentencia el 20 de junio para aplicar esta subida en el Tribunal Superior de Justicia, pero las empresas no pagan alegando que como no está publicado. Se han presentado las tablas salariales elaboradas con la subida salarial. Primero las de 2019, con lo que estaban cobrando, y se han vuelto a presentar con la subida del 6,5%. Estamos pendientes de que la Audiencia Nacional dicte sentencia para la publicación y para que todas las trabajadoras cobren esa subida. Esperemos que sea rápido para que los empleados no pierdan más tras lo que han sufrido después de la pandemia.

P.- Afectadas por el COVID y por esos bajos salarios.

R.- Nuestros sueldos son bajos. En residencias, un gerocultor, está cobrando unos 960 euros. Percibe lo mismo que un cocinero, un jardinero o un limpiador. Esto no debería ser así porque un limpiador no tiene los mismos riesgos que un gerocultor. No es lo mismo estar barriendo una sala que estar llevando a un usuario que se me puede caer, por ejemplo. Eso es lo que tenemos en residencias, pero en ayuda a domicilio todavía estamos peor porque no contamos con esas aportaciones técnicas. En muchas ocasiones, los domicilios de estas personas a las que tenemos que atender son pequeños y cada auxiliar usa su ingenio para poder hacer su trabajo. No está valorado el trabajo tanto de auxiliares como de gerocultores.

P.- Además de poco valoradas económicamente. Las profesionales están exhaustas, con todos estos problemas que estamos viendo.

R.- Tenemos mucha carga física y mental. A veces es esta carga mental que nos llevamos la mayoría de las trabajadoras y nos está repercutiendo negativamente. 

Pilar en la entrevista

Pilar en la entrevista

P.- Se apunta, además, que no hay personal para sustituir al existente en vacaciones. Se doblan turnos…

R.- Las trabajadoras están agotadas. Hay muchísimas bajas. Muchos accidentes laborales a consecuencia de la sobrecarga que están llevando muchas de las empleadas, en ayuda a domicilio y en residencias. Encima no hay personal para sustituir a las que se van. Las que se quedan en plantilla, son las que doblan turnos y les pasa factura.

P.- ¿Se plantean nuevas movilizaciones?

R.- Nosotras, en ayuda a domicilio, estamos negociando el convenio. Presentamos una plataforma a la patronal de la que hemos recalcado, por encima de todo, la mejora de las condiciones laborales. Los desplazamientos: incluirlos dentro o fuera de las localidades donde esté la usuaria trabajando porque crea un conflicto. El tiempo del desplazamiento nos abarca, no desde que salimos desde nuestro domicilio, sino cuando empezamos a prestar el servicio en el primer usuario hasta el último, e incluso hay empresas que no lo pagan. Queremos que estas cosas cambien para no tener una precariedad mayor de la que venimos sufriendo.  En cuanto a la subida salarial, nosotras llevábamos una, para los próximos tres años, de un precio que no quiero decir porque estamos en negociación y las empresas no están por la labor. Hay articulados que no quieren tocar. Seguimos en la negociación y pedimos, por parte de las empresas y de la administración, que ahora que va a haber dinero inyectado por la Unión Europea para dependencia, ayuda a domicilio y residencias, queremos que lo inviertan tanto en los usuarios como en las personas que dan el servicio.

P.- Está lejos el acuerdo, por lo que intuyo. ¿Cuál sería la solución?

R.- La solución está en que la patronal se ponga en el pellejo de las trabajadoras. Sabemos que para ellos somos números, en ningún momento personas. Tienen que pensar que esos números, para poder llegar al planteamiento que quieren, o nos cuidan o no van a llegar nunca porque pierden a la gente en el camino. Que valoren la ayuda a domicilio que repercute en todos: auxiliares, usuarios y a ellos como empresa que para eso licitan y tienen que ganar. Que ganen, pero no a costa de los derechos de las trabajadoras.

P.- ¿Cómo ve el futuro del sector?

R.- El sistema nos está metiendo la idea y la frase: “como en casa en ningún sitio”. Es muy bonito ese pensamiento, pero para poder cuidar a las personas en casa se necesita personal y para poder tener ese personal se necesita que esté en condiciones, con buenas jornadas y un salario en condiciones. De poco sirve el querer cuidar a los mayores en casa si, al final, los abandonamos más que estando solos. Todos los políticos hablan de invertir en la España vaciada pero lejos de hacerlo nos empujan a irnos de los pueblos, los que vivimos en ellos. No tenemos ni centros de salud para ir a por una receta o a una farmacia. Bancos, colegios… es muy triste.

P.- ¿Algo que se nos quede en el tintero?

R.- Remarcar el tema de la suplantación del asistente personal con la de ayuda a domicilio. No tiene nada que ver una figura con la otra. Y sobre todo la precariedad laboral, económica y social.