“Gesto de significado obsceno y ofensivo que se hace levantando el brazo con el dedo corazón extendido y la palma de la mano hacia dentro. Hizo la peineta. Le dedicó una peineta”. Es la definición que la Real Academia Española hace del término coloquial ‘peineta’, que en Castilla y León tiene un significado añadido: la gota que colma el vaso del mal gusto y la crispación de la legislatura más convulsa de su historia, a las puertas de unas elecciones municipales y generales que pueden dar un vuelco al panorama político actual.
La peineta viene a ser el último recurso, y también el más pueril, cuando no hay opción de verbalizar la ira y el enfado contenidos en ese único dedo erguido. El tan criticado gesto “involuntario”, según sostiene el propio Mañueco, que ha dado la vuelta a España es aún más contradictorio al haberse producido en sede parlamentaria, donde se deliberan y se aprueban las leyes, precisamente mediante el uso de la palabra y la consecución de acuerdos. En su lugar, Mañueco prefirió irse y dejar una imagen para el recuerdo.
Aznar, Bárcenas y Trillo: Mañueco no fue el único
Sin embargo, Mañueco no es el único político que ha sucumbido a la tentación de la peineta: célebres son las que dedicaron José María Aznar a unos estudiantes que le abucheaban a las puertas de la universidad, en Oviedo; o la del diputado Federico Trillo a unos ciudadanos que le increparon por la calle; o la del mismísimo Bárcenas a unos periodistas en pleno escándalo de corrupción. O más recientemente, y también en otro parlamento regional, la diputada socialista de la Asamblea de Murcia, Virginia Lopo, a otra del PP.
La grosería ha corrido como la pólvora por teléfonos móviles, informativos y portadas de periódicos, primero en forma de foto, que sagazmente capturó el fotógrafo de la agencia EFE y poco después en la secuencia televisiva capturada por el equipo de TVE.
[La “peineta” de Mañueco a una parlamentaria del PSOE: “¡Vergüenza ajena, caballero!”]
Sin embargo, la peineta que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, dedicó este miércoles en mitad de un pleno de las Cortes de espaldas a una parlamentaria socialista que intervenía en ese momento en la tribuna de oradores, no es un exabrupto puntual, sino el último de una larga lista de escandalosos incidentes que sufre el parlamento castellano y leonés. En poco más de un año se han alcanzado niveles inusitados de enfrentamiento, vulgaridad, insultos y acusaciones cuasi delictivas en un hemiciclo en el que en toda la historia de la democracia pocas veces se oyó una palabra más alta que otra.
Todo comenzó en diciembre de 2021
Hay que decir que el enconamiento viene arrastrándose desde diciembre de 2021, desencadenado por la convocatoria anticipada de elecciones, y tuvo su continuidad con la cascada de reacciones que desató la materialización del pacto de legislatura que propició, por vez primera en España, un gobierno de coalición entre PP y Vox. La bronca ha sido constante desde entonces, pleno tras pleno, durante estos más de doce meses.
Grandes momentos para olvidar
La crispación es ya una constante en el hemiciclo y fuera de él. Hacemos un repaso por los momentos más tensos en el legislativo de Castilla y León:
El 24 de mayo de 2022, y a sabiendas de la postura de Vox en cuestiones de violencia de género, la procuradora socialista Noelia de Frutos preguntó al vicepresidente Juan García-Gallardo cómo trataría a una mujer con discapacidad: “Trataría a una mujer con discapacidad como si fuese una persona como todas las demás”, fue la respuesta que desató un terremoto político y mediático en torno a la recién estrenada coalición.
En septiembre de ese mismo año, el procurador de Ciudadanos y exvicepresidente de la Junta, Francisco Igea, y su sucesor, García-Gallardo, se enzarzaron en una discusión por la participación del de Vox en el reality gastronómico Masterchef que acabó con Gallardo llamando “imbécil” y “presunto delincuente” al procurador naranja. El asunto acabó en los tribunales. Un día después, Pablo Fernández (Podemos) acusaba a PP y Vox de estar convirtiendo las Cortes “en una cochiquera” y, tras un enfrentamiento verbal con el portavoz del PP, Raúl de la Hoz, que gestualizaba desde su escaño, fue expulsado de la tribuna de oradores. Francisco Vázquez, que asumió accidentalmente la presidencia de las Cortes al no encontrarse en ese momento Carlos Pollán, decidió suspender la sesión durante 15 minutos. Eso sí, antes dejó una frase para el recuerdo: “Estoy por suspender la sesión y que se jodan”.
En diciembre, una nueva disputa sacudía los cimientos del legislativo en Castilla y León: un error en la votación de PP y Vox permitía aprobar las enmiendas del PSOE a la ley de Medidas Financieras, Tributarias y Administrativas, que acompañan los presupuestos para 2023. La sesión se suspendió en dos ocasiones, y el PSOE acusó a Pollán (Vox) de entorpecer la sesión para tratar de arreglar el desaguisado: un 'Casero' en toda regla.
El protocolo antiaborto, un gran escándalo nacional
Mientras, en el Ejecutivo tampoco ha sido todo un camino de rosas. El anuncio de Vox a las puertas del verano de que la Junta pegaría un hachazo al diálogo social del 50%, y posteriormente de la supresión del Serla enfrentó al gobierno de coalición con la patronal y los sindicatos, en un conflicto que aún no se ha resuelto. Pero más sonado fue aún el fallido protocolo antiaborto que García-Gallardo anunció con el beneplácito del portavoz de la Junta tras la reunión del Consejo de Gobierno. Un protocolo ‘fantasma’ que establecía la preceptiva escucha del latido fetal que no llegó a materializarse y que mantiene en alerta al colectivo feminista y al Gobierno de España, que permanece “vigilante” en Castilla y León.
Se trata, en definitiva, de una larga ristra de momentos bochornosos que han colocado en el ojo del huracán a Castilla y León, sin que la dialéctica del encarnizado enfrentamiento haya fructificado en nada constructivo hasta la fecha ni mejorado la vida de los ciudadanos de Castilla y León. Más bien, todo lo contrario.