Las elecciones municipales y autonómicas de este domingo 28 de mayo han supuesto un rotundo giro a la derecha a nivel regional y municipal en España. De las 12 comunidades en liza en estos comicios, el Partido Popular ha mantenido la Comunidad de Madrid, con una arrolladora mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso, en La Rioja, y sigue siendo la primera fuerza en la Región de Murcia y en la ciudad autónoma de Ceuta.
Además, ha arrebatado la primera plaza en apoyos al PSOE en Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, La Rioja y al Partido Regionalista Cántabro (PRC) en Cantabria. Los populares, además, podrán gobernar en Extremadura a pesar de haber quedado segundos, por detrás del PSOE, que solo mantendrá los gobiernos de Asturias, Navarra, Canarias y Castilla-La Mancha.
Con todo, el PP solo ha logrado mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid y en La Rioja, además de en plazas importantes como la propia capital madrileña o Salamanca, y en la mayor parte de los territorios en los que cuenta con opciones de gobernar deberá enfrentarse a una incómoda realidad: pactar con Vox.
Los populares se verán abocados a llegar a acuerdos, e introducir en gobiernos, a la formación dirigida por Santiago Abascal en Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Cantabria y Extremadura, y en capitales de primer nivel como Valencia, Sevilla, Palma Zaragoza o Valladolid. Una realidad que cambiará por completo el mapa político de España y que hará que el Gobierno de coalición entre PP y Vox en Castilla y León, el primero entre ambos partidos, deje de ser una excepción.
El triunfo de Mañueco, el auge de Vox y la disyuntiva de Feijóo
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se ha anotado un claro tanto con los resultados de los comicios de este domingo. La realidad de la aritmética parlamentaria nacional surgida de las urnas, que obligará al PP a echarse en brazos de Vox en una gran parte de los territorios de España, desviará el incómodo foco mediático puesto en la Comunidad desde que ambos partidos rubricaron su acuerdo de Gobierno, en marzo de 2022. Mañueco dejará de ser la excepción en España y pasará de ser visto como un elemento molesto en la formación conservadora a consolidarse como un visionario y un auténtico pionero en ver la necesidad de este tipo de fórmulas de gobierno si el PP quiere mantener poder territorial.
Para Vox, la noche de este domingo fue de auténtica celebración y la formación es consciente de que su laboratorio de experimentación de Castilla y León ya está maduro para ser exportado a otros territorios de España, después de poco más de un año de Gobierno de coalición con el PP en la Comunidad. El vicepresidente de la Junta y líder del partido en la Comunidad, Juan García-Gallardo, interpretaba en este sentido los resultados durante la noche electoral. "Los ciudadanos piden un modelo como el de Castilla y León", aseguraba, acompañado de la candidata de la formación en Valladolid, Irene Carvajal, que será decisiva para desbancar al socialista Óscar Puente y emular el Ejecutivo de la Junta a nivel municipal con el PP de Jesús Julio Carnero.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, por su parte, vivió una noche agridulce. A la posibilidad de recuperar gran parte del poder territorial que el partido perdió durante los últimos años de Mariano Rajoy y los primeros de Pablo Casado al frente de la formación se le suma el hecho de tener que llegar a acuerdos que podrían dilapidar su estrategia de cara a las generales del mes de diciembre. Feijóo lleva desde que accedió a la presidencia popular, en marzo de 2022, tratando de dar un giro al centro y de exportar su modelo de gestión moderado en Galicia a la política nacional y el ejemplo de Castilla y León siempre fue incómodo para sus intereses.
Durante el último año, el presidente del PP no se molestó en ocultar esta preferencia con hechos significativos como su ausencia en la toma de posesión de Mañueco tras su pacto con Vox, a la que si acudió Ayuso, y el entusiasmo con el que acogió la arrolladora victoria del moderado Juan Manuel Moreno en Andalucía en el mes de junio. Tras los comicios de este domingo, Feijóo se verá obligado a dar luz verde a acuerdos similares al de Castilla y León en gran parte del territorio nacional, dejando claro que el pacto entre Mañueco y Gallardo no fue algo excepcional y que la tendencia de acuerdos de los populares irá en esa dirección en el futuro. Una realidad que haría presagiar que Vox entrará en el Gobierno de España en diciembre si ambas formaciones suman, como prevén muchas encuestas, una mayoría absoluta.
El laboratorio de experimentación deja de serlo
El Gobierno de coalición en Castilla y León perderá a lo largo de los próximos dos meses, cuando se configuren los nuevos gobiernos municipales y autonómicos, su carácter único. En la Comunidad, es previsible que PP y Vox alcancen acuerdos en Valladolid, donde desalojarán al socialista Óscar Puente, en Burgos, donde sumarían para echar al también socialista Daniel de la Rosa, y en Segovia, para desbancar a Clara Martín. En Salamanca, en cambio, los populares han logrado una mayoría absoluta que les permitirá gobernar sin ataduras.
El PP dependerá de Vox también para lograr el bastón de mando de las alcaldías de ciudades tan importantes como Sevilla, Valencia, Zaragoza o Palma, mientras que en Madrid el actual alcalde, José Luis Martínez Almeida, ha logrado una ajustada mayoría absoluta.
En lo que se refiere a las comunidades autónomas, el mapa de España se ha teñido de azul y se ha producido un auténtico vuelco electoral. En Cantabria, los 15 escaños del PP y los 4 de Vox lograrían una mayoría absoluta que permitiría desbancar al histórico Miguel Ángel Revilla del Gobierno. Lo mismo sucedería en Aragón, donde los 28 representantes del PP deberán sumarse a los 7 de Vox para arrebatar el bastón de mando al socialista Javier Lambán, o en la Comunidad Valenciana, donde los 40 del PP y los 13 de Vox desbancarán al socialista Ximo Puig.
En Extremadura, los 28 escaños del PP y los 5 de Vox suman mayoría absoluta y arrebatarán la Presidencia al socialista Guillermo Fernández Vara mientras en la ciudad autónoma de Ceuta ambas formaciones, con 9 y 5 representantes respectivamente, también suman mayoría absoluta y permitirán al popular Juan Jesús Vives seguir al mando.
En Baleares, los 25 escaños del PP sumados a los 8 de Vox pondrán punto y final a ocho años de Gobierno de la socialista Francina Armengol y en Murcia los 21 del PP dependerán de los 9 de Vox para mantener al popular Fernando López Miras en la Presidencia. Solo en Madrid, con los 71 escaños de Isabel Díaz Ayuso, y en La Rioja, con los 17 de Gonzalo Capellán, el PP podrá gobernar en solitario. Una realidad que ha llevado a que el Gobierno de PP y Vox en Castilla y León deje de ser la excepción en España.