Dos años consecutivos de sequía han puesto al sector agrario y ganadero de Castilla y León contra la espada y la pared. La falta de rentabilidad de las explotaciones, con costes disparados y bajos precios de sus productos, inquietan un escenario ya galopante, en un sector que da de comer a la sociedad y que, considera, no se ve reconocido.
La baja cosecha de cereal de invierno, de 3,24 millones de toneladas, suponen un 37 por ciento menos que la del año pasado, que ya de por sí fue mala, y un 52 por ciento por debajo que la media de los últimos cinco años. Solo fue mejor que la de 2017, lo que constata la realidad de los datos. A diferencia de otros años, en esta ocasión no se puede decir que ha llovido poco, sino, como dice el refrán, que ‘Nunca llueve a gusto de todos’, y en 2023 lo hizo en momentos inoportunos para el sector, también para la cabaña ganadera, lo que contribuyó a multiplicar los costes de producción.
Los agricultores se quejaron de exiguas ayudas de las administraciones por la sequía, escasas de la Junta y del Gobierno, que calificó la situación en Castilla y León de baja afección y permitió a los profesionales de la Comunidad percibir la mitad de lo que pudiera corresponderles. También se encontraron con los altos precios de los insumos, especialmente de los fitosanitarios y de los abonos, que se han triplicado, además del gasoil. Así, la producción se redujo, en términos generales, un 40 por ciento en 2023, con pérdidas que rondan los 2.000 millones de euros.
Todo ello, en un ejercicio en el que una nueva infección llegó, en principio, para quedarse. La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) ha puesto en el disparadero otra nueva polémica en el marco de la sanidad animal, entre administraciones y propietarios.
De momento, la Junta ha puesto sobre la mesa seis millones de euros en ayudas directas al sector para afrontar las pérdidas y consecuencias de esta enfermedad, cifra insuficiente para las organizaciones agrarias, que hablan de más de 10.000 cabezas de vacuno muertas solo en la provincia de Salamanca, una de las más afectadas junto a Zamora. En la Comunidad han declarado la EHE más de 3.500 explotaciones, posiblemente la punta del iceberg, dado que muchos otros no lo han hecho por temor a sufrir bloqueos en sus instalaciones y frenar el movimiento ganadero. En este sentido, una voz unánime en Castilla y León solicita el urgente desarrollo de una vacuna preventiva, algo que el Ministerio de Agricultura no ve tan sencillo.
Precisamente, la autorización de traslados de ganado motivó una de las principales polémicas en el sector en este 2023, que implicó a la Consejería de Agricultura con el Ministerio y con las instituciones europeas. Pese a la prevalencia en algunas provincias (principalmente, Salamanca y Ávila) de la tuberculosis bovina, la Junta dio luz verde al libre movimiento en plena campaña electoral de las municipales, pero el Ministerio publicó una orden por la que restringió la salida de ganado bovino de la Comunidad para evitar el contagio y para cumplir con la normativa estatal y comunitaria.
Los vaivenes de la nueva PAC
En el primer año de aplicación de la nueva PAC 2023-2027 el concepto de los ecoesquemas se suspendieron en 2023 por la guerra entre Rusia y Ucrania, para intentar mantener la producción. Ante las expectativas que pueden crear las Elecciones Europeas de 2024 y un posible cambio del Ejecutivo comunitario que ejerza menos presión con políticas y requisitos medioambientalistas, el sector se queja de una tendencia que desespera a los profesionales del campo , con normas que califican “fuera de toda lógica”. Con un texto elaborado hace siete años, alejados de los condicionantes actuales y que nada tiene que ver con el contexto nacional e internacional de hoy en día.
Piden que el nuevo Parlamento en Bruselas que salga de las urnas considere a la agricultura y ganadera como sector estratégico para no acabar con los agricultores y ganaderos; pero antes, el sector reclama aprovechar la ventana de oportunidad que se abre el próximo mes de marzo para la modificación del documento.
Cadena Alimentaria
Un clásico de final de año es la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria, llena de incumplimientos, según el sector, con precios por debajo de los costes de producción y con movimientos “interesados” de terceros.
La agricultura y la ganadería de Castilla y León se preguntó un año más por las bajadas del precio de los piensos elaborados con el cereal, que está bajo mínimos, o de los productos manufacturados que se elaboran a base de cereales, como pueden ser la harina, el pan o la bollería. Al menos en 2023 se dio un tímido paso con la publicación de los costes de producción del vacuno de leche.
Plan de Balsas
Una de las novedades que vio la luz en este 2033 es el Plan de Balsas que desarrollará la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, que invertirá cinco millones de euros para construir en torno a medio centenar de estas instalaciones en el horizonte 2026, que contarán con una capacidad máxima de 25.000 metros cúbicos.
Se situarán en aquellos municipios de provincias como Ávila, Salamanca, Segovia y Zamora, las que más problemas de estiaje sufren. Estas pequeñas balsas se dedicarán a recoger agua sobrante durante el invierno, que se podrá utilizar por la ganadería extensiva en los meses de menos lluvias, en los momentos en los cuales hay mayor carencia de agua. Sin embargo, si fuera necesario se podrán utilizar también para la lucha contra incendios.
Elecciones al campo
En 2023 también se celebraron las elecciones para la representatividad del sector agrario, concretamente el 12 de febrero. Asaja revalidó su liderazgo, en este caso con el 45 por ciento de los votos, tres puntos más que sus resultados de 2018, último año en que se celebraron estos comicios.
UPA-COAG se mantuvo en segundo lugar, con el 28,6 por ciento, un punto por debajo de hace cinco años, y UCCL alcanzó uno de cada cuatro votos (25 por ciento). La organización presidida por el palentino Donaciano Dujo se hizo con el triunfo en cuatro provincias: León, Soria, Salamanca y Palencia. Mientras, UPA-COAG dominó en Zamora y UCCL encabezó los resultados en Valladolid, Burgos, Segovia y Ávila.