La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, cargó hoy contra el Partido Socialista por atentar contra la dignidad de las personas al no tener “líneas rojas” al ampliar la Ley de Amnistía, que afecta al tratamiento de los delitos tipificados de terrorismo. “Se diferencia entre dos tipos de terrorismo, por que uno me sirve para mantenerme en La Moncloa y así cumplir la frase de Groucho Marx: ‘Éstos son mis principios, y si no te gustan, tengo otros para seguir en el Gobierno’", sentenció.
Con motivo de su visita a los participantes de los itinerarios de inserción sociolaboral para personas en riesgo o exclusión social en la Fundación Red Íncola, aseguró que la Junta y el presidente Alfonso Fernández Mañueco denunciarán “siempre”, y con los medios a su alcance, todos los casos que atenten contra la igualdad de los españoles.
Una respuesta a las declaraciones ayer el Partido Socialista de Castilla y León, que denunció que la aportación de la Junta a la dependencia ha bajado once puntos en cinco años cuando la Comunidad recibe diez veces más del Gobierno central en esta materia. “Estamos acostumbrados a que el PSOE cree estas cortinas de humo para tapar otras situaciones”, aseveró.
No en vano, aseguró, según recogió la Agencia Ical, que la realidad, tal y como lo recogen los certificados oficiales e incluso reconoce el propio ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, es que el sistema de la dependencia cuesta en Castilla y León un total de 750 millones, y el Estado aporta 244. Por lo tanto, destacó que el Gobierno de España no financia el 50 por ciento, recogido en la ley.
Frente a ese agravio, citó que sí hay recursos de 15.000 millones de euros para las cesiones a los “separatistas” de Cataluña. “No puede ser que el PSOE trate de embarrar el trabajo que se realiza desde Castilla y León”, concluyó.
La consejera lamentó que el Partido Socialista se moleste cuando el Gobierno autonómico pida “más” y reivindique al Gobierno de España por que Castilla y León no es una comunidad “de segunda”. “Vamos a continuar así por que pensamos en los castellanos y leoneses y no queremos que se les castigue”, añadió. En este sentido, reclamó al PSOE que se ponga de su lado para reivindicar una financiación adecuada.
Familia calcula que las tarjetas monedero solo llegarán a 1.000 familias
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, calculó hoy en Valladolid que las tarjetas monedero, aprobadas ayer por el Consejo de Ministros para que las familias vulnerables puedan canjearlas en determinados supermercados por alimentos u otros productos de primera necesidad y así deslegitimar las llamadas 'colas del hambre', solo llegarán a unas mil familias con menores en Castilla y León frente a las 47.000 personas que atienden los bancos de alimentos de la Comunidad. Por otro lado, vio otro “inconveniente” al preguntar por los beneficiarios del mundo rural que no tienen acceso a supermercados ni grandes superficies para hacer uso de esas tarjetas.
Con motivo de su visita a los participantes de los itinerarios de inserción sociolaboral para personas en riesgo o exclusión social en la Fundación Red Íncola, Blanco recordó que el programa del Gobierno de España, financiado con el Fondo Social Europeo (FSE), tiene una población diana “muy concreta” como son los hogares con niños a cargo y que cobren menos del 40 por ciento de la renta media. De ahí, su temor a que el programa deje fuera a otras personas mayores que viven solas o donde no hay menores.
“Nos parece bien todo lo que sea luchar contra la exclusión social y ayudar a las familias pero parece que con ese nuevo mecanismo los bancos de alimentos dejarán de recibir las dos entregas anuales del Fondo Europeo de Ayuda a Desfavorecidos (FEAD)”, expuso.
En este sentido, la consejera aseguró, según recogió la Agencia Ical, que, si fuera necesario, la Junta reforzará los fondos destinados a las ayudas de emergencias o incrementará las subvenciones a las entidades como Cruz Roja, Cáritas y bancos de alimentos que atienden a las personas en riesgo de exclusión social y con escasos recursos para, por ejemplo, repartir alimentos.