Las carreteras de Castilla y León se han convertido en un cementerio. Cada muerte en la carretera es una auténtica tragedia” y lejos queda el objetivo de cero fallecidos en accidente. Tras la pandemia, donde los trayectos se redujeron considerablemente, el número de accidentes y de personas que fallecen en vías interurbanas de la Comunidad ha aumentado de manera alarmante. Hasta el pasado 19 de abril, según las cifras suministradas por la Dirección General de Tráfico (DGT) han sido 31 personas las que han muerto como consecuencia de un accidente. O lo que es lo mismo, un muerto cada tres días en este arranque de año 2024. Números tremendos que parece que ya forman parte de la normalidad, pero que no puede ser así.

El dato más alarmante es comprobar que cada vez aumentan más los accidentes y los fallecidos respecto al pasado año 2023. Así, a estas alturas ya son cuatro más los muertos. Castilla y León es la tercera comunidad de España con peores datos, solo superada por los 26 fallecidos en carreteras de Andalucía, donde se pasa de 39 a 65, y de por Galicia donde son 34, aumentando también en 11 respecto al pasado año. Son muchas las autonomías que han visto cómo en este 2024 han reducido mortandad como Aragón, Asturias, Castilla La Mancha, Cataluña, Extremadura o La Rioja.

El último siniestro se ha producido este pasado jueves cuando un panadero de 53 años falleció tras la colisión por alcance entre un camión con semirremolque y un turismo en el kilómetro 308 de la A-66, a la altura El Cubo de la Tierra del Vino, en sentido Salamanca. Pero esta lista se alarga cada día con un accidente mortal cada tres días.  El fallecido no llevaba puesto el cinturón de seguridad durante el fatal accidente. Además, las primeras investigaciones indican que el exceso de velocidad del coche que conducía puede ser la causa más probable del suceso. La Semana Santa pasada también ha sido trágica con el fallecimiento de siete personas, entre ellas dos jóvenes en la localidad soriana de Ágreda.

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Estos datos no son ajenos para la Delegación del Gobierno que a través del delegado Nicanor Sen ya ha mostrado su “gran preocupación” por el repunte de la mortandad en las carreteras de Castilla y León durante los primeros meses de este año. Unos datos que obligan a “incrementar” las medidas de vigilancia y las campañas de sensibilización sobre los riesgos que implica la carretera y sobre la importancia de respetar las normas. «Es nuestra obligación reforzar los medios de los que disponemos para reducir al máximo las muertes en carretera», reconoció el delegado del Gobierno. El exceso de velocidad, las distracciones por el teléfono móvil y el riesgo de la fauna para la seguridad vial son otros de los puntos que provocan estos conflictos.  Sin embargo, son muchos los usuarios que se quejan del estado de las carreteras, y que ven en este tema, el principal problema.

Unos números de arranque de curso que preocupan, y más teniendo en cuenta que llega lo peor. Es decir, el verano. Agosto, septiembre y octubre fueron los meses que registraron un mayor número de accidentes mortales durante 2023 acumulando cerca del 40% de los fallecidos.

Zamora y Valladolid, las más siniestradas

Por provincias, en Zamora, en lo que va de año, cinco personas han perdido la vida en las vías interurbanas de la provincia de Zamora, una menos (-17%) que en el mismo periodo del año pasado, cuando hubo 6 fallecidos. En Ávila han fallecido dos personas (una más que el pasado año); tres han sido los muertos en Burgos (uno menos), mientras que en las carreteras de León se siguen produciendo más muertes y accidentes que en ninguna, en lo que va de año ya han sido ocho personas las que han perdido la vida.

En la provincia de Palencia han fallecido dos personas y rompe el 0 del pasado año, mientras que en Salamanca ha sido solo una (iguala la cifra de 2023), en Segovia han fallecido dos y tres en Soria. Mientras que la gran preocupación regresa a las carreteras de la provincia vallisoletana ya que se ha pasado de una persona fallecida a cinco.

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