Alicia Armentia es, a sus 65 años, una auténtica eminencia en el mundo de la alergología. Nació en Madrid y vive, desde hace años, en la ciudad del Pisuerga. Suma 44 años ejerciendo y cumpliendo una labor sanitaria y, en la actualidad, ejerce en el Hospital Río Hortega de Valladolid como jefa de Servicio de Alergia y en la Facultad de Medicina de Valladolid, como catedrática de Inmunopatología.
El ESPAÑOL de Castilla y León pide consejos a esta gran profesional para combatir los efectos de las alergias. Los alérgicos al polen y las gramíneas, en las últimas fechas, se están viendo afectados por sus efectos. Picor de ojos, problemas para respirar…
Toca tomar nota para combatir sus efectos.
P.- En los últimos días, las personas alérgicas están sufriendo mucho, ¿Por qué?
R.- En la última memoria de la Comisión de asesoramiento del registro aerobiológico de Castilla y León, desarrollada por la jefe de Servicio Isabel García Herrero, con los datos de nuestras 17 estaciones de recolección de nuestra Comunidad, constatamos que hay bastantes especies causantes de alergia polínica en aumento, y en nivel 'alto'. En este mes se están detectando niveles importantes de polen de gramíneas, urticáceas y encina, aunque esta última especie no es muy alergénica. Debido a la atemperación de las temperaturas hay polen de diferentes especies todo el año por lo que la alergia al polen ha pasado de ser estacional a perenne.
Pero el polen no es la única causa, pues también hay otros importantes alérgenos en el ambiente (esporas) y en los alimentos. Además, se señala a la contaminación y al cambio climático como factores que propician el aumento de la potencia alergénica del polen. Este se ha vuelto más agresivo y causa más alergias que antes. En los últimos 10 años se duplicó el número de alérgicos a los pólenes más alergénicos. Las gramíneas han subido del 35 % al 74 %; la Arizónica, del 9 % al 23 %; el plátano de sombra y la Salsola, del 7 % al 14 %, y el olivo del 30 % al 52 %.
P.- ¿Pueden ser los peores días del año para los alérgicos?
R.- Depende de la interacción de las partículas biológicas (no sólo el polen) con otros factores atmosféricos que pueden agravar los síntomas en cualquier época del año. En nuestro entorno, de hecho, la segunda causa de alergia son alérgenos de animales de compañía. Tenemos censados en Valladolid 24.295 perros y 5077 gatos, que conviven con nosotros muchas veces en espacios reducidos. También hay que tener en cuenta los alérgenos profesionales. En nuestra zona cerealista el asma profesional más prevalente es el asma por cereales (asma del panadero), seguido del asma en personas que realizan faenas de limpieza.
Los aerosoles biológicos juegan un papel vital en las interacciones entre la atmósfera, biosfera, clima y salud pública. Las bacterias y virus transportadas por el aire, esporas de hongos, polen y otras biopartículas son esenciales para la reproducción y propagación de organismos a través de diversos ecosistemas, y pueden causar o amplificar enfermedades en humanos, animales y vegetales. Su interacción con la sequía, contaminación, calimas saharianas o debidas a los incendios está implicada en patologías graves: infecciones, enfermedades alérgicas (asma, esofagitis y otras patologías respiratorias y digestivas inmunológicas), ictus, cardiopatía isquémica y cáncer. A lo largo del año iremos viendo qué factores han contribuido más al agravamiento de nuestros pacientes. En este momento estamos atendiendo a un repunte de COVID, cuyos síntomas pueden simular un proceso alérgico pero que se acompañan de fiebre. De todas formas, virus, polen y esporas son muy sensibles a la contaminación y presencia de micropartículas (PM2,5, PM10) que actúan como vehículo de dispersión de estos agentes.
P.- ¿Qué es lo peor para los alérgicos?
R.- El tramo de agravamiento sintomático depende del o de los alérgenos a los que estén sensibilizados. Por ejemplo, si es a polen de oleáceas empeorarán en junio, si es a gramíneas, de mayo a septiembre, si es a esporas de alternaría, en el verano, coincidiendo con la cosecha del cereal.
Pero no es solo importante la calidad del aire exterior. Desde la pandemia y debido a nuestros trabajos telemáticos hemos vivido más tiempo en nuestras casas. Nuestros pacientes tienen síntomas por la inhalación del polvo depositado en sus casas, pero el polvo no es un alérgeno en sí (no existe inmunoterapia de polvo de casa desde hace muchos años), sino una mezcla compleja de moléculas alergénicas y otras micropartículas contaminantes. Analizando este polvo, sus mayores componentes son polen, alérgenos de animales de compañía, seguido de esporas y finalmente ácaros.
Por ello, a este respecto, estamos trabajando la Universidad de Valladolid, otras universidades nacionales y extranjeras y centros de gestión ambiental en investigaciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de nuestras viviendas.
Existen en curso proyectos europeos con arquitectos, biólogos, clínicos y otros especialistas medioambientales. Uno de ellos es K-EALTHinAIR (Knowledge for improving indoor air quality and health). Este proyecto, intervenimos nuestro hospital, el Clinic de Barcelona y otros importantes centros europeos, y tiene como objetivo la evaluación de los efectos de la calidad del aire interior en la salud, basándose en una extensa campaña de seguimiento de contaminantes químicos y biológicos del aire interior en varios lugares muy representativos de la UE, junto a una investigación profunda sobre sus fuentes, interacciones y principales problemas de salud. Para ello se realizan análisis teóricos, ensayos clínicos y pruebas que incluyen determinaciones de alérgenos in vivo e in vitro. Además, este proyecto proporcionará mediciones asequibles y fáciles de implementar para medir y mejorar la calidad del aire que respiramos en el interior de nuestras casas. La pena es que no me han ofrecido tiempo suficiente (intensificación) para trabajar en él a pesar de ser su “clinical advisor”. Tampoco hemos obtenido aún financiación, siempre tan difícil de obtener en investigación.
P.- ¿A quién le puede afectar más?
La alergia se desarrolla desde el nacimiento, por factores genéticos y ambientales. Si no se diagnostica y trata, va siguiendo un curso de empeoramiento, denominado “marcha alérgica” que los especialistas tratamos de frenar con un diagnóstico dirigido a la causa y a la terapia inmunomoduladora, para revertir la respuesta inmune a un estado de tolerancia de una sustancia que a priori (como un grano de polen, un alimento común) debiera ser inofensivo y no patógeno para las personas.
P.- ¿Qué sintomatología puede sentir?
El sistema inmune está distribuído en todo el organismo porque contribuye a su defensa, y por lo tanto cualquier órgano y sistema puede ser afectado. Dado que el polen (como los virus o bacterias) suelen entrar por las vías respiratorias, digestivas y cutáneas, donde se desarrolla la respuesta inmune, según el órgano diana puede sufrirse conjuntivitis, rinitis y asma (como vía respiratoria única), esofagitis, gastritis, colitis alérgica, generalmente por alimentos, pero también por polen como en el caso de esofagitis estacionales debidas a la germinación del polen deglutido en el esófago. Y también son muy frecuentes los cuadros dermatológicos como urticarias, angioedema y eczemas desencadenados por alérgenos, irritantes o contactantes químicos y otros productos lesivos para la piel y mucosas. Otro problema de difícil diagnóstico y que causa problemas muy graves, con potencial mortalidad, es la alergia a medicamentos. En nuestro entorno la más frecuente es a amoxicilina y analgésicos, sobre todo propiónicos, como el Ibuprofeno. Son también cada vez más frecuentes los cuadros de hipersensibilidad a quimioterápicos.
P.- ¿Qué consejos daría a estas personas?
R.- Sobre todo, que se informen de una forma adecuada de la causa de sus problemas. Que no tomen decisiones arbitrarias como dejar de comer cereales, o beber leche, sin que se hayan hecho unas pruebas clínicas adecuadas. Esto sólo hará que algo que pudiera ser sano e inofensivo no pueda ser tolerado en el futuro, al suprimir sus enzimas digestivas.
Que desconfíen de dietas empíricas, de tratamientos no determinados a la causa real de la enfermedad.
Que tengan cuidado con la automedicación, no sólo de principios activos, sino de productos de parafarmacia que pueden causar interacciones medicamentosas y problemas alérgicos serios.
Que se dejen aconsejar por sus médicos, no por personas no cualificadas o modas de internet.
Que inicien el tratamiento recomendado por su médico al inicio de los síntomas, no esperar cuando la inflamación causada en sus órganos es más difícil de tratar. Y que confíen en nosotros, sus médicos, que estamos preparados para ayudarles y mejorar su calidad de vida.
P.- ¿Cuáles son los remedios más eficaces para combatir alergias como al polen o las gramíneas?
R.- Sin duda alguna, la inmunoterapia específica dirigida a los alérgenos del polen causante de sus síntomas. En la actualidad ya tratamos con inmunoterapia molecular dirigida a las moléculas que detectan los receptores de sus linfocitos, que dirigen su respuesta inmune. Es de gran precisión y adaptada a la sensibilización de cada paciente.
P.- Desde pequeño se pueden combatir las alergias con la administración de vacunas y demás. ¿Lo aconseja?
R.- Sí, como he comentado anteriormente. Igual que se recomiendan las vacunas infantiles (sarampión, tétanos, tosferina…) que han erradicado las enfermedades infecciosas. Mi familia alérgica ha sido tratada con vacunas antialérgicas. Se la recomiendo a todos los pacientes siempre que se haya obtenido un diagnóstico de la causa fiable por un especialista de Alergia.
P.- ¿Cuál puede ser el futuro para combatir las alergias?
R.- Seguir detectando, caracterizando y purificando nuevas fuentes alérgénicas, anticipándonos al problema, probar la alergenicidad de los alimentos que consumimos, sobre todo procesados, previamente a su comercialización y seguir las directrices basadas en trabajos científicos honestos. Sin duda la investigación es la esperanza para curar estas enfermedades. Sin investigación no habrá futuro.
P.- ¿Por qué apostaría usted?
R.- Por la investigación seria y honesta. Por la Sanidad pública. Por la asistencia presencial en la que las medidas telemáticas y la inteligencia artificial sólo sean un soporte secundario a la empatía, la comprensión y el sentido común. Por el conocimiento basado en la experiencia de años de tratamiento a nuestros pacientes e investigación seria en sus padecimientos. Por la implicación del paciente en las decisiones terapéuticas y la confianza mutua ganada con cercanía al enfermo.
P.- Objetivo y deseo mirando al futuro.
R.- Según se prevé, entre 2030 y 2050 el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año, debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico. Se estima que el coste de los daños directos para la salud (es decir, excluyendo los costes en los sectores determinantes para la salud, como la agricultura y el agua y el saneamiento) se sitúa entre 2000 y 4000 millones de dólares (US$) de aquí a 2030.
Por otro lado, los costes por no afrontar el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades Alérgicas en la UE entre 55 y 151 billones de euros al año: 2405 € por paciente y año, y se estiman en 22.467.400 años de vida saludable (AVACs) perdidos en el mundo por enfermedades alérgicas, (Art. 123-2021 del reglamento del parlamento europeo sobre la carga económica de E. Alérgicas).
Ante esto tenemos que buscar una compatibilidad entre recursos y necesidades humanas, sin afectar negativamente al clima. El establecimiento de una sociedad sostenible significa una expansión de actividades económicas existentes, como más y mejor transporte público, el rediseño y mantenimiento de formas de energías renovables, el mantenimiento y rediseño de las viviendas, la creación de nuevas formas de utilización de energías no contaminantes, la reducción del CO2y otros productos contaminantes, como los micropláticos y tóxicos.
A otro nivel, y no menos importante, el rediseño de los puestos de trabajo para que sean menos estresantes y más satisfactorios es totalmente necesario para una buena salud. La confianza en el profesional, sobre todo en los que llevan años ejerciendo su trabajo con eficiencia, sería básica para futuros logros sanitarios.
Debemos de hacer llegar los conocimientos de diferentes ramas de la ciencia a los demás, da pena que cuando se buscan imágenes de científicos en google, aparezcan personas con batas manejando en un laboratorio cacharritos de cristal y líquidos de colores. Como si no salieran de su laboratorio. Luego nos quejamos que se hable más de lo que sienten los futbolistas. Igual lo que la ciencia tiene que contar es tan apasionante como la vida sentimental de los famosos o las ropas que se ponen nuestros influencer.
La difusión de los esfuerzos en mejorar la salud, emitidos por personas con experiencia, no deben ser interpretados como un intento de alarma social, sino de información honesta para que cada miembro de nuestra sociedad tome decisiones oportunas de cara al bien común.
Confío en los avances científicos, pero deben estar siempre acompañados de un avance moral, que desgraciadamente ahora, contemplando la barbarie de las guerras, no se está produciendo.