El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha presentado este lunes las 27 nuevos vehículos pick-up 4x4 de doble cabina que se incorporarán al operativo de prevención y extinción de incendios forestales de la Junta de Castilla y León. Se trata de unas unidades que forman parte del parque móvil destinado a la lucha contra incendios forestales, con una inversión global de 1.281.843,25 euros, de los cuales 259.399,80 proceden de los Fondos Next Generation.
La Junta ha destacado que todas las unidades han sido adaptadas para su uso como vehículo especial contra incendios forestales y se encuentran preparadas para realizar labores de prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales. Además, tienen capacidad para transportar cuadrillas de hasta cinco profesionales y se destinarán a las nueve provincias de Castilla y León, a razón de tres por provincia.
Los vehículos ofrecerán sus servicios tanto en la época de peligro alto como en la de peligro bajo de incendios forestales, con una labor ligada a la ampliación de los tiempos de trabajo del personal público de la Administración autonómica. Con estos nuevos vehículos ligeros, el personal podrá desplazarse para realizar trabajos preventivos en los montes sin la necesidad de usar los pesados camiones autobomba, contando con un vehículo dotado con motobomba para poder atender a los posibles conatos que pudieran producirse.
Además, su gran versatilidad incrementará las zonas en que se impulsarán medidas de reducción del combustible y otras dirigidas a la reducción del peligro de incendios forestales, debido a las modificaciones sobre los cometidos de estos profesionales introducidas en el nuevo convenio colectivo para el personal laboral. Durante las épocas de peligro medio y alto, estos nuevos 27 vehículos servirán de refuerzo a la labor de las autobombas y se podrán usar también en sistemas de vigilancia itinerantes.
Características
Los vehículos han sido equipados con motobomba de alta presión con depósitos de un total de 300 litros y cada uno de ellos incluye un bastidor, motor, bidón de gasolina, bomba, depósito de agua, panel de control, devanadora, manguera de 50 metros de longitud, mangote y lanza de alta presión con boquilla especial capaz de lanzar agua con un caudal de 40 litros por minuto.
Además, se ha diseñado una estructura porta herramientas original y personalizada que se instala sobre la caja del vehículo. Esta estructura incluye una bandeja para la rueda de repuesto, un foco de trabajo, dos rejillas superiores para alojar hasta tres desbrozadoras y otras herramientas, y un cajón porta objetos de apertura bilateral hidráulica con cerradura. En este cajón se pueden alojar de forma segura un palín forestal, un pulaski, un macleod y una motosierra, entre otras herramientas.
El diseño y dotación de estos vehículos se ha realizado teniendo en cuenta la versatilidad necesaria para retirar fácilmente tanto la estructura como el equipo de extinción, las necesidades de las cuadrillas, así como la distribución de las cargas y la seguridad de los ocupantes. Estos vehículos son esenciales en la lucha contra incendios forestales debido a su rapidez, maniobrabilidad y capacidad para acceder a zonas de difícil acceso, y pueden llegar rápidamente a incendios incipientes, apagándolos y evitando su propagación, además de realizar labores preventivas, disuasorias y de vigilancia.
Desde 2015 la Junta de Castilla y León ha adquirido 89 vehículos para las labores de incendios forestales con una inversión global cercana a 14 millones de euros.