El PSOE se encuentra en un momento muy delicado. A las graves acusaciones de Víctor de Aldama, que implicó en múltiples delitos a ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, a la investigación contra la mujer del presidente, Begoña Gómez, y a la reciente imputación de su hermano, se ha sumado el estallido del PSOE de Madrid.
Las disensiones internas han sido habituales en el seno de la formación socialista durante los últimos meses, ejemplificadas en la guerra abierta entre el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, y Ferraz, tras su intento de adelantar las primarias autonómicas, pero el caso madrileño ha sido aún más grave.
El pasado miércoles, anunciaba su dimisión el ya ex secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, después de sufrir una fuerte presión interna para abandonar el cargo y de denunciar el "linchamiento" que aseguraba haber sufrido por parte de su partido, especialmente por parte de la dirección federal.
Todo ello después de conocerse que Lobato registró en una notaría una serie de chats de WhatsApp relacionados con los presuntos delitos fiscales del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y cuya posesión le colocó en el disparadero político hasta que, finalmente, se vio obligado a presentar su dimisión.
El caso madrileño ha dejado bien a las claras el modus operandi que suele utilizar la dirección del partido cuando surge alguna voz crítica, unos métodos que conocen bien algunos dirigentes del PSOE en Castilla y León que decidieron abandonar la formación al verse cada vez más acallados por la línea política oficialista.
La exportavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados Soraya Rodríguez, el exsubdelegado del Gobierno en Valladolid Cecilio Vadillo y el exportavoz en el Ayuntamiento de Zamora Manuel Fuentes, han relatado a EL ESPAÑOL de Castilla y León la "falta de debate interno" y el "personalismo" dominante en el partido.
"Si discrepas eres un fascista"
La vallisoletana Soraya Rodríguez ha militado durante gran parte de su vida en el PSOE. Miembro del Comité Federal del PSOE entre 2000 y 2008, fue eurodiputada entre 1999 y 2004 y, a su regreso a la política nacional, inició su primer periplo en el Congreso de los Diputados, donde permaneció entre 2004 y 2008.
Entre medias, en las elecciones municipales de 2007, disputó la Alcaldía de Valladolid al popular León de la Riva aunque fue derrotada por el incombustible alcalde.
Rodríguez llegó a ser secretaria de Estado de Cooperación Internacional entre 2008 y 2011 y ese mismo año regresó al Congreso, convirtiéndose en la portavoz del Grupo Socialista en la Cámara baja entre 2012 y 2014, bajo la dirección de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Durante la crisis interna del partido en 2016-2017, se mostró partidaria de la abstención que permitió a Mariano Rajoy ser investido, tras la dimisión de Pedro Sánchez, y apoyó a Susana Díaz en las primarias en las que fue derrotada por el actual presidente del Gobierno.
Después, mostró su absoluto desacuerdo con el diálogo con los independentistas catalanes y en marzo de 2019 se dio de baja del partido al que había dedicado su vida, presentándose a las elecciones europeas de mayo de 2019 como número tres en la lista de Ciudadanos y siendo eurodiputada hasta julio de 2024.
Rodríguez recuerda, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que se mostró en contra del actual líder del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las dos primarias a las que se presentó, cuando se enfrentó a Eduardo Madina en 2014 y cuando se batió con Susana Díaz en 2017.
"Entendí que en las primarias nos jugábamos algo más que la elección del próximo Secretaría General del partido, que nos jugábamos importantes decisiones políticas que podrían marcar el futuro de nuestro partido en los próximos años", señala la vallisoletana.
"Nunca fue una cuestión personal"
A su juicio, los que se mostraron en contra de Sánchez en aquellas dos primarias tenían claras unas "líneas rojas" que el PSOE "no debía traspasar nunca". Entre ellas, no gobernar "con el nacionalismo identitario" que quiere "destruir el Estado" y defender la igualdad de los españoles "independientemente del territorio".
"También no pactar con Bildu mientras no reconociera que ETA nunca fue un instrumento para alcanzar la democracia sino que disparó contra ella y sus instituciones, mientras no reconociera el dolor causado y pidiera perdón a las víctimas y exigiera la colaboración de miembros de la banda para resolver crímenes", añade.
Además, Rodríguez consideraba necesario "hacer frente a la izquierda radical y populista que representaba Podemos" y defender los "principios esenciales de la socialdemocracia" a la que el PSOE había representado en Europa hasta ese momento.
"No fue nunca una cuestión personal, ni un debate contra su persona, muy al contrario, fue una confrontación ideológica que perdimos", asegura. La exeurodiputada recuerda que, desde que Sánchez ganó con una victoria "amplia y contundente" entendió que perder no representaba "renunciar" a sus ideas.
"Yo entendí que perder un Congreso y respetar el resultado no significaba renunciar a nuestras ideas y principios políticos. Y que a partir de ese momento les seguiríamos defendiendo, en minoría, pero éramos una parte muy importante del partido", señala.
Pero lamenta que "muchos fueron claudicando y aceptando la lógica que instaló Sanchez desde el principio de su llegada a la Secretaría General". "Cualquier discrepancia con la dirección es una traición. Y así la polarización instalada en la sociedad española, se instaló antes en el PSOE sanchista", lamenta.
"Solo es socialismo el sanchismo"
Rodríguez asegura que, en el seno del PSOE, "si discrepas estás con la derecha, traicionas al partido, eres un fascista". "La patrimonialización del partido por parte de Sanchez ha sido clara, solo es socialista quien está dentro del sanchismo. Entender, reivindicar el PSOE de otra manera se convirtió en tarea imposible", asegura.
En aquel momento, la también exportavoz socialista en el Congreso entendió que "no tenía sentido" militar en un partido que estaba poniendo en marcha políticas que no solo no compartía sino que abogaba por "combatir".
"España es una nación y no una nación de naciones y no había espacio ni voluntad política para defender estas banderas desde dentro", denuncia, y recuerda con tristeza cuando tuvo que abandonar la sede de su partido en Valladolid, que sentía como su casa.
"Recibí abucheos e insultos de 'facha' y 'traidora' de militantes, algunos recién afilados para votar en primarias, por defender un principio político tan básico como que si no tienes apoyos para gobernar hay que dejar gobernar a quien gano las elecciones", señala.
"Mucho más si quien te permite gobernar a ti representa todo lo contrario a por lo que hemos luchado los socialistas; la igualdad, un Estado fuerte para redistribuir y los derechos de los ciudadanos y no de los territorios", añade.
"Es terrible sentir miedo"
Rodríguez asegura que aquel día "se quebró algo profundo" y que entendió "que era hora de actuar" conforme a lo que aprendió "de Felipe y Alfredo". "Primero el país, luego el partido y luego tú. Si el PSOE ponía en peligro el país que yo defiendo era la hora de partir", añade.
La exeurodiputada considera que no se equivocó con su decisión. "El PSOE de hoy es un partido que en nada se parece al que yo me afilié a mis 18 años. Un partido personalista, sin debate interno, donde los dirigentes temen las represalias del aparato si se apartan de la doctrina oficial", destaca.
Y recuerda que el ya dimitido Juan Lobato fue un dirigente territorial que "nunca fue de la cuerda sanchista y que intentó mantener un perfil político propio, e incluso discrepar, pero poco, de alguna decisión de Sánchez".
"Sánchez en el partido 'de la militancia' ya había decidido hace meses que sustituiría a Lobato por López y que si Lobato se resistía forzarían su salida", denuncia.
Y asegura que, por ese motivo, cuando se abre la causa contra el fiscal general por la filtración, "Lobato piensa que los emails que tiene pueden desaparecer o incluso pueden ser utilizados contra el". "Por eso les asegura en un notario", añade.
Rodríguez considera que es "terrible" que una organización política democrática "alguien puede sentir miedo y la necesidad de asegurar unos WhatsApps ante notario". "Pero esto es lo que hay. Y a la vista del Congreso de Sevilla es lo que habrá en el futuro", zanja Rodríguez.
"El debate enriquece"
El vallisoletano Cecilio Vadillo también ha pasado la mayor parte de su vida militando en el PSOE. Ostentó el cargo de subdelegado del Gobierno durante la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero y en 2014 se enfrentó a Óscar Puente en las primarias del PSOE de Valladolid para optar a la Alcaldía, aunque cayó derrotado.
Ese mismo año, Vadillo se enfrentó a Javier Izquierdo en las primarias para presidir el PSOE provincial, siendo también derrotado, y en 2017 compitió contra Teresa López de nuevo por la presidencia provincial de la formación socialista, con idéntico resultado.
Gran defensor del soterramiento en la ciudad, impulsó la Plataforma por el Soterramiento del Ferrocarril rechazando la decisión del por aquel entonces alcalde Puente de no llevar a cabo la obra y en 2023 abandonó el PSOE para impulsar el partido Contigo Avanzamos de cara a las elecciones municipales de mayo.
"Yo dejé voluntariamente el PSOE y, sinceramente, con el deseo de volver lo antes posible", señala Vadillo a EL ESPAÑOL de Castilla y León, justificando su abandono de la formación por la "traición" del PSOE de Valladolid y de Puente "a los más de 90.000 vecinos que viven marginados al otro lado de las vías del tren".
"Traicionó a los vecinos que habían luchado por la libertad, la democracia y la solidaridad", afirma, recordando que "les prometió el soterramiento de las vías del tren en muchas ocasiones, incluso ante notario, para que, según dijo, las palabras no se las llevara el viento".
El exdirigente socialista vallisoletano asegura que, para él, renunciar a ese proyecto, al soterramiento, "va en contra de valores socialistas como la igualdad y la justicia social, renunciando a hacer de Valladolid una ciudad más integradora, más sostenible y más ecológica y más próspera".
"Se traicionaron valores socialistas"
"Creo que se traicionaron muchos valores socialistas en esas decisiones que tomó Óscar Puente para seguir en el poder con el apoyo de Valladolid Toma la Palabra en el Ayuntamiento de Valladolid", añade.
A nivel general, considera que el PSOE debería hacer "una profunda reflexión sobre las relaciones entre la ética y el poder" y sobre "cuáles son los límites de la ética frente al relato".
"Para mí, como persona de izquierdas, la ética es un pilar esencial de la política pero ahora parece que lo importante es el relato, lo que se dice importa más que la propia realidad", afirma, señalando la importancia de profundizar en la reflexión de "si los fines justifican los medios".
Y considera que para la izquierda, tradicionalmente, "los fines no justificaban los medios porque los medios también formaban parte de los fines". Creo que deberíamos hacer una reflexión", insiste, asegurando que el "pluralismo, el debate, la crítica y la autocrítica" formaban parte de la "esencia del PSOE".
"Esto es fundamental recuperarlo. La diferencia lo que hace es enriquecer un partido y el debate enriquece un partido, lo contrario empobrece bastante y nos lleva a caer en el dogmatismo, en el populismo y en actitudes y comportamientos sectarios", zanja Vadillo.
"Querían que no tuviéramos autonomía"
El zamorano Manuel Fuentes es otro militante socialista histórico de Castilla y León, que llegó a ser portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora y que terminó abandonando la formación, y su acta de concejal, en el año 2015 denunciando las intromisiones de la dirección provincial del partido y su "pérdida de autonomía".
Fuentes ejerció como secretario general de UGT durante ocho años y fue miembro del Consejo Económico y Social de Castilla y León por la UGT en la Comisión de Trabajo de Inversiones e Infraestructuras desde 1991 hasta 2000.
Además, fue el responsable de Medio Ambiente, Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Comisión Ejecutiva del PSOE de Castilla y León, procurador del PSOE por la provincia de Zamora entre 2004 y 2011 y portavoz de Agricultura del Grupo Socialista en las Cortes de Castilla y León.
También fue candidato a la Alcaldía de Zamora por el PSOE en las elecciones de 2011 y, tras abandonar el partido, por Ahora Decide en 2019, formación de la que es portavoz desde abril de 2024. Además, fue portavoz del Grupo de Activistas de Amnistía Internacional de Zamora desde 2016 hasta 2019.
"Me salí del PSOE siendo portavoz en el Ayuntamiento de Zamora, con la mitad del Grupo Socialista, estuvieron los sillones vacíos durante un tiempo bastante largo, y con otros 40 o 50 compañeros, porque discrepábamos de la Comisión Ejecutiva de entonces en la provincia de Zamora", relata a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Fuentes asegura que desde la dirección provincial del PSOE de Zamora querían que el Grupo Municipal del Ayuntamiento no tuviera "autonomía en temas concretos que competen a las personas que se presentan a las elecciones municipales" y que eso condujo a que "el enfrentamiento fuera cada vez mayor".
"Las discrepancias fueron cada vez mayores y públicamente dijeron que yo no tenía la confianza de la Comisión Ejecutiva, entonces me marché con mucha gente, con la mayoría de los diputados socialistas de la Diputación de Zamora", asegura.
Fuentes, aunque sigue considerándose socialista y "ayudando a todo el mundo" que puede, descarta tratar de volver a la formación de la que formó parte durante décadas. "Sigo participando en los colectivos sociales y en las ONG de la provincia de Zamora de una forma completamente activa pero no pienso volver al PSOE", zanja.
Tres dirigentes históricos del PSOE en Castilla y León que sufrieron las presiones de la dirección, la falta de debate y el castigo al discrepante que se ha vivido recientemente en Madrid y que se ha cobrado como víctima a Juan Lobato, sustituido por Ferraz por el paracaidista Óscar López, de infausto recuerdo en la Comunidad.
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