Alertan de las “altas cifras de muertes” por suicidio registradas en Castilla y León
- El Procurador Común actúa de oficio para exigir a la Consejería de Sanidad el desarrollo de un proceso de seguimiento de la implantación de las medidas definidas en la Estrategia de Atención.
- Más información: En Castilla y León se producen cerca de 200 suicidios cada año: los consejos de los expertos para reducir "esta lacra"
En España en 2022 se produjeron 4.227 suicidios, lo que corresponde a una media de 11,6 suicidios al día, más del doble que por accidentes de tráfico y más de 80 que por violencia de género. El suicidio sigue siendo, desde 2008, la principal causa de muerte externa en España.
Dentro del conjunto nacional, Castilla y León fue la sexta Comunidad Autónoma en muertes por suicidio en 2022, registrando 242, solo por debajo de Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid y Galicia.
Incluso esta Comunidad Autónoma registró una media de suicidios (por 100.000 habitantes) de 10,20, superando la media nacional, con la cuarta tasa más elevada en el conjunto del estado.
También se vuelve a registrar (por cuarto año consecutivo) una cifra histórica de suicidios en ambos sexos, contabilizándose también las mayores tasas de suicidio de la historia, tanto totales (8,85 muertes por 100.000 habitantes) como por sexos (13,34 en hombres y 4,52 en mujeres).
Ante estas cifras, el Procurador del Común de Castilla y León solicita en una actuación de oficio un proceso de seguimiento de la implantación de cada una de las medidas definidas en la Estrategia de Atención a la Conducta Suicida de esta Comunidad por parte de la Consejería de Sanidad.
Lo hace con el fin “de evaluar su evolución, su impacto y los resultados hasta ahora alcanzados” y, así, definir el grado de eficacia de las acciones planificadas, mejorar su diseño y solucionar los problemas detectados para la consecución efectiva de los objetivos perseguidos e, incluso, adelantarse a que se lleguen a producir.
Por ello, esta intervención ha sido recomendada a la Consejería de Sanidad “con el fin de dar respuesta a las necesidades de las personas con riesgo suicida en la Comunidad, disminuir sus tentativas, reducir la mortalidad por esta causa y asegurar el abordaje integral del proceso de prevención, atención y seguimiento”.
El Procurador destaca que la lucha frente al suicidio es uno de los grandes retos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios en todo el mundo, al constituir uno de los problemas graves de salud pública en la actualidad.
“Cada caso es una tragedia personal que ocasiona un gran impacto y efectos duraderos en las familias y en el entorno de la persona fallecida o de quien incurre en un intento autolítico”, asegura.
Plan de la Junta
El PC, a través de la actuación de Tomás Quintana, recuerda que en su desarrollo, la Gerencia Regional de Salud aprobó en 2017 el Proceso de Prevención y Atención a la Conducta Suicida, con el objetivo de establecer un conjunto de acciones de prevención, coordinación e intervención de carácter multidisciplinar e integrado para dar respuesta a las necesidades de las personas con riesgo suicida en la Comunidad, disminuir sus tentativas, reducir la mortalidad por esta causa y asegurar la coordinación asistencial en su atención.
Con posterioridad, recuerda, la misma Gerencia Regional de Salud consideró necesario impulsar una específica Estrategia de Atención a la Conducta Suicida (2021-2025), con el objetivo general de disminuir (al máximo) la incidencia y la prevalencia del suicidio en Castilla y León, garantizando una atención adecuada de la persona y sus allegados mediante el abordaje integral del proceso de prevención, atención y seguimiento.
Esta Estrategia se articula a través de 5 líneas estratégicas, cada una de ellas con sus correspondientes medidas. En total, 71 medidas. Las líneas estratégicas 1, 2 y 3 abordan las medidas de prevención siguiendo la sistemática propuesta por la OMS, de tal forma que cada una de ellas se focaliza en una tipología específica de prevención (universal, selectiva e indicada).
La línea estratégica 4 se centra en la mejora del sistema de vigilancia epidemiológica e Investigación. Y por último, la línea estratégica 5 se orienta a la formación de los diferentes agentes implicados en el proceso de prevención y atención al suicidio.
Para el Procurador, la Administración debe “concienciarse” de que una profunda reflexión, a lo largo del ciclo de vida de una planificación, puede arrojar importante información que permita tanto prevenir errores iniciales como definir el grado de eficacia en las medidas planificadas y la mejora continua de su diseño.
“No resulta aconsejable, pues, demorar el seguimiento de la Estrategia en cuestión, que debe ser concebido, además, como una prioridad, en la medida en que es tan relevante como la existencia del propio marco planificador, pues es garantía de la consecución de sus resultados, pudiendo adelantarse a posibles problemas para para que no se lleguen a producirse”, afirma.