Nieve en Valladolid por la borrasca Filomena

Nieve en Valladolid por la borrasca Filomena Leticia Pérez / ICAL

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Cuando Castilla y León amaneció vestida de blanco: cuatro años de la histórica Filomena

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Nadie puede negar que la nieve en España evoca a escenas mágicas, donde la ilusión por ver cómo la ciudad se viste de blanco se convierte en una realidad y las galerías de los móviles son el símil perfecto de los viejos álbumes llenos de recuerdos.

Copos de nieve que ejemplifican que la magia existe, y ver a los niños dando vueltas sobre una capa helada obliga a los adultos a querer convertirse en uno de ellos. Volver a recuperar la ilusión por lo simple.

Porque de repente, cuando nieva, todo pasa a un segundo plano. Todo se convierte en un: “¡mira por la ventana!”. Y de eso se trata un poco la vida, de hacer de lo más simple, algo maravilloso que contemplar como una especie de obra de arte que pocas veces se volverá a ver.

Y eso es justo lo que ocurrió el 9 de enero de 2021. Una fecha marcada en el calendario de todos los españoles que, entre mascarillas y empacho de roscón, veían como sus ciudades amanecían vestidas de blanco como pocas veces antes.

Acostumbrados a vivir en un país con temperaturas excesivamente altas en verano y heladas en algunas zonas en invierno, los copos de nieve hacen que numerosas ciudades, no tan preparadas, se paralicen, el tráfico vaya más lento, y la gente camine más despacio. Lo que nadie imaginaba es que la palabra ‘Filomena’, que se había convertido en una noticia “de paso” días atrás, se iba a convertir en un hecho insólito en España.

Todo empezó cuando la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitía un aviso de la llegada de una borrasca profunda europea. Perteneciente a la temporada 2020-21 de borrascas, afectó principalmente a España entre el 6 y el 11 de enero de 2021

Aunque España ya llevaba varios días con avisos, el día clave fue el 9 de enero de 2021. Un día en el que Castilla y León, y toda España, despertó con un manto blanco que paralizaría las ciudades y dejaría a su paso temperaturas extremadamente frías. 

Como si de Laponia se tratara, ni una sola provincia de la Comunidad se salvó de ver con nieve sus edificios, ni siquiera la mesetaria Valladolid donde muy pocas veces llega a tocar el suelo y cuajar. Ese día, marcado para siempre en el calendario, la borrasca cubrió de blanco montañas, ciudades y carreteras.

Pero como todo, siempre hay otro lado de la moneda. Y aunque la estampa era digna de postal, también se registraron cientos de problemas en las ciudades. Personas atrapadas en sus vehículos, caídas, y hielo en zonas donde resultaba imposible caminar.

Sin ir más lejos, la nieve y el hielo afectaron a un total de 146 carreteras de Castilla y León, la mayoría pertenecientes a la red secundaria. Se suspendieron las clases los días posteriores, se suprimieron los medios de transportes, miles de empleados no pudieron acudir a sus puestos de trabajo. Sin duda, la ‘madre’ de todas las nevadas.  

Un dato que sí ayudó a disfrutar de esta jornada es que el día de la nevada más fuerte cayó en sábado, donde a pesar del frío, la nieve animó a la gente a salir a la calle a lanzar bolas de nieve y jugar con ella. 

Una situación muy diferente fue la que vivieron todos aquellos trabajadores que de manera incesante ayudaron a paliar los daños en las provincias de Castilla y León para evitar accidentes de tráfico y caídas de transeúntes. Jornadas marcadas por el uso de máquinas quitanieves, escobas y sal en las calles, y los Servicios de Emergencias atendiendo en los accidentes. 

Soria, la temperatura más baja

Dentro de toda esta vorágine climática, destacó en Castilla y León, y en toda España el caso de Soria. Allí, dos días después de la intensa nevada, la provincia experimentó una serie de bajas temperaturas que afectaron a las labores de limpieza.

En la madrugada del 11 de enero de 2021, el municipio de Morón de Almazán registró la temperatura más baja de toda España, llegando a medirse -18 °C.

Una situación que no impactó “tanto” como en grandes urbes como Madrid, donde la capital, literalmente, se paralizó. Soria es una de las ciudades que más nevadas registra y están “más acostumbradas” a lidiar con este tipo de fenómenos.