La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha tomado la decisión de reducir la condena del hombre condenado por el asesinato a hachazos de su compañero de piso en Piedralves (Ávila), durante el confinamiento por el COVID en 2020. La causa había sido vista en segunda instancia tras un recurso de apelación presentado por el acusado.
La sentencia en primera instancia de la Audiencia Provincial de Ávila condenó a este varón a 15 años de prisión, además de pagar una indemnización a la mujer y al hijo de la víctima de 100.000 euros a cada uno y 30.000 euros a la hermana. Sin embargo, en la apelación, la defensa argumentó que se debía aplicar la atenuante analógica de confesión tardía.
Así, el TSJCyL ha aceptado parcialmente este argumento y ha reducido la pena de prisión de el condenado a 12 años y 6 meses, reconociendo la colaboración significativa que el acusado proporcionó en el esclarecimiento de los hechos, a pesar de la brutalidad del crimen.
La atenuante de confesión tiene como objetivo dar un tratamiento más favorable al acusado que coopera con la investigación del delito, revelando los detalles de su comisión y contribuyendo al esclarecimiento de los hechos.
En este caso, se argumentó que las declaraciones del acusado, en las que admitió haber cometido el homicidio, fueron relevantes para la investigación y ayudaron a la autoridad a descubrir la verdad de lo sucedido.
Los hechos probados indican que el condenado y la víctima mantenían una relación de amistad y que el condenado acogió a la víctima en su domicilio. Sin embargo, el 26 de marzo de 2020, el condenado atacó a la víctima con un hacha, causándole heridas mortales y posteriormente escondió el cuerpo en la bañera.
Después de llevar a cabo el crimen, el condenado llamó a su hermano para confesar lo que había hecho. Este le confesó que "me he cargado a una persona y la tengo en la bañera de casa", además de asegurarle que "lo iba a tirar al río". Entre el fatídico suceso y la conversación con su familiar, el condenado había acudido a un supermercado a comprar botes de lejía.
Esto llevó a la intervención de la Guardia Civil y al descubrimiento del cadáver. En todas las etapas del proceso, el condenado reconoció su culpabilidad de manera inequívoca. Y es que los agentes que acudieron al domicilio tras el aviso del hermano, pudieron observar que el asesino tenía manchas de lo que parecía ser sangre en la ropa, por lo que procedieron a reducirle y acto seguido a entrar a la vivienda, encontrando el cadáver de la víctima en la bañera.
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León también ha decidido que no se impondrán costas en este caso, ya que el recurso ha sido aceptado parcialmente. Esta sentencia, que puede ser apelada ante el Tribunal Supremo.