Es de sobra conocido que el municipio abulense de Navalacruz es, además del pueblo del afamado exfutbolista Iker Casillas, uno de sus lugares predilectos para desconectar del estrés del día a día y del ritmo frenético de la ciudad.
Hace varios meses, desde EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León desvelábamos todos los detalles de la casa que el exguardameta del Real Madrid se estaba construyendo en la localidad que le ha visto crecer y en la que a día de hoy sigue disfrutando de muchos fines de semana y vacaciones de verano.
Una nueva propiedad que se suma a la casa que ya poseía desde hacía años, así como a un negocio familiar que comparte con un primo suyo y del que este periódico ha podido conocer todos los detalles.
Se trata del Bar - Restaurante Casillas, un negocio que fue montado por el deportista junto a su primo Diego en julio de 2020, "justo después de la pandemia", y con la idea "de darle un poco de vida al pueblo y de tener un sitio al que poder ir a comer o a echar la partida, que eso a Iker le gusta mucho", ha confesado Diego. Eso sí, aunque el restaurante es de los dos, es Diego quien lo regenta, porque, tal y como ha aclarado, "mi primo ha delegado todo en mí".
"Yo me he dedicado siempre a la cocina y he tenido mucho interés en montar algo propio. Iker y yo coincidimos en ideas y eso es lo que nos llevó a montar el restaurante. En realidad, fue cosa de los dos. Yo vine a ver el local antes de hablar con Iker y en cuanto se enteró me dijo que quería formar parte del proyecto", ha explicado Diego sobre "el único restaurante que hay en todo Navalacruz".
De aquel momento ya han pasado casi cuatro años y en todo este tiempo les ha ido muy bien, al menos para ser un establecimiento ubicado en un pueblo muy pequeño de la provincia de Ávila, donde apenas hay movimiento, más allá de en verano. De hecho, según ha apuntado el joven, el Bar - Restaurante Casillas "es lo que le da vida al pueblo". "Si no estuviera el restaurante, habría gente que no vendría o que vendría menos", ha añadido.
Por él han pasado cientos de personas de diferentes puntos de España y varios futbolistas, artistas y presentadores, amigos tanto de Iker como de su exmujer, Sara Carbonero, como es el caso de Alejandro Sanz o la presentadora de informativos Isabel Jiménez.
Todos ellos han tenido ocasión de degustar los deliciosos platos elaborados por el primo del mostoleño, a quien le encanta disfrutar de las delicias de su familiar cada vez que pasa por Navalacruz. "Siempre que Iker viene, viene aquí a comer", ha revelado el empresario.
Más allá de definir el negocio como "un bar de pueblo en el que hacemos un poco de todo, desde desayunos y almuerzos a comidas y cenas, el joven ha explicado que lo que realmente le hace especial y diferente es su cocina. "No deja de ser un bar normal y corriente, pero en cuanto te sientas a comer, ya notas la diferencia", ha admitido el chef.
Y es que, aunque va cambiando la carta "habitualmente", esta siempre se caracteriza por una cocina de estilo asiática con toques japoneses y tailandeses. Cuenta con menú del día "con cinco o seis primeros y segundos, postre, pan y bebida" por 13,90 euros, y su plato estrella, "y el más vendido", es el Buta no kakuni, una original receta elaborada a base de panceta, que hace apenas unos días recibió una muy buena crítica del famoso influencer y crítico gastronómico Cocituber, quien pasó por allí para probar este delicioso plato del Restaurante Casillas.
"Me he enamorado de la mini hamburguesa de manitas y oreja de cerdo (6,50 euros), parece que me conocen de toda la vida. Los bocaditos ibéricos con presa ibérica, mahonesa de piparra y guacamole (8 euros). Alta cocina en un pueblo de Ávila. Las albóndigas al estilo tai, como las de tu abuela si fuese tailandesa (13 euros). Brutales los tacos de pulpo con guacamole y pico de gallo (21 euros). Madre mía que bien se come aquí. Buta no kakuni con panceta de cerdo asada, glaseada, con ensalada de huevos, almendras y algunas cosas más (13 euros). Este no es el típico bar de pueblo, aquí se come de la hostia. Estoy en Ávila, en Navalacruz, en el bar Casillas, menudo golazo Iker, brutal", se le escucha decir al influencer en un vídeo que él mismo ha compartido en su perfil de Instagram.
Preguntado por la idea de ampliar su pequeño imperio empresarial, Diego ha revelado que, de momento, no tiene intención de abrir más restaurantes. De hecho, cree que con este "va sobrado, porque no hay gente". "Es verdad que en verano vienen más personas, pero hay que tirar todo el año y con 50 o 60 comidas un sábado no se vive", ha expresado.
En esta línea, el cocinero ha manifestado que, en su opinión, este tipo de iniciativas empresariales tan arriesgadas, desarrolladas en el mundo rural, donde no hay nada asegurado, y que, además, generan empleo en los pueblos, "deberían estar subvencionadas". ¿El motivo? "Porque aquí es muy complicado ganar dinero".
En su caso, no recibe ningún tipo de ayuda y a lo largo del año cuenta con tres empleados en nómina a jornada completa y otro a media jornada, mientras que en verano la plantilla se incrementa en uno o dos trabajadores más, con la expectativa este año de contratar, a mayores, a un cocinero. Pero si es que puede, porque, según ha lamentado, también se enfrenta "al problema de encontrar personal".
En cualquier caso, él está muy orgulloso y satisfecho con el negocio que ha levantado junto a su primo, y, más aún, de que, aunque el nombre del bar y el exfutbolista atraigan clientes, "la gente lo visite más por los platos que ven, que por ser el bar de dos Casillas".