Al cruzar el umbral de La Fernandica, los comensales son recibidos por un ambiente acogedor y rústico. Las vigas de madera y la decoración cuidadosamente seleccionada, como aquellas casas y mesones de antaño, crean un espacio que invita a relajarse y disfrutar de una experiencia culinaria memorable.
La carta: un viaje por los sabores tradicionales
El menú de La Fernandica es un viaje por los sabores tradicionales de la región, con platos que resaltan los ingredientes locales de alta calidad. Entre las especialidades de la casa se encuentran el lechazo asado, el cabrito, el cochinillo, las chuletillas de cordero y la ternera de Salamanca, todos preparados con esmero y respetando las recetas transmitidas de generación en generación.
Los entrantes, como el jamón ibérico de bellota y los quesos locales, son un preludio perfecto para los platos principales. Son una especialidad ancestral los platos de cuchara cocinados a fuego lento en pucheros que musicalizan con el borboteo del cocido a las brasas de una chimenea con lumbre de leña, a la vista de los comensales.
Legumbre para todos los gustos: lentejas con chorizo y arroz, alubias, patatas meneás, huevos con chorizo frito, morcilla o farinato, callos, manitas de cerdo, arroces de todo tipo, torreznos y, cómo no, el exquisito rabo de toro. Todo un surtido de platos de la cocina tradicional charra a los que se suman, ahora que acaban los Corpus, los huevos con limón. Este plato tradicional era posible degustarlo en un rincón junto a la Puerta Grande de la plaza de toros antes o después de los espantos. Era el mayor placer culinario de las mañanas de toros.
Para cerrar la experiencia, los postres caseros como la tarta de queso, el flan de huevo y las natillas son el broche de oro. Estos dulces, elaborados con recetas tradicionales, son el final perfecto para una comida que celebra la autenticidad y el buen gusto. Es que, a la hora de elegir, es una difícil decisión de saber qué postre casero está más bueno, porque es todo un espectáculo.
La Fernandica de Ledesma es más que un restaurante; es un punto de encuentro para quienes buscan disfrutar de la buena comida en un entorno que respeta y celebra las tradiciones. La combinación de una cocina excepcional, un ambiente encantador y un servicio impecable de las señoras de antaño hace de este lugar una parada obligatoria para cualquier amante de la gastronomía que visite la provincia de Salamanca.
La Fernandica es el lugar donde la tradición culinaria y la hospitalidad se unen para crear una experiencia inolvidable, reafirmando a Ledesma como un destino que no solo cautiva con su historia y patrimonio a las orillas del río Tormes, sino también con su propuesta gastronómica de primera categoría. Y, ahora viene lo bueno, con un menú en el que la calidad supera al precio: se puede degustar una buena comida por menos de 20 euros.