Por vez primera se celebraba una corrida concurso en Arévalo con ganado y toreros de Castilla y León. Y fue un éxito gracias al pundonor y al buen hacer de los diestros charros Manuel Diosleguarde, que fue premiado con tres orejas, e Ismael Martín que paseó dos. Álvaro de la Calle sorteó el peor lote de un encierro desigual de presentación y juego.

Álvaro de la Calle

Abrió plaza el veterano diestro charro con un toro de Paco Galache berrendo en negro de preciosas hechuras, al que le endilgó unas verónicas de bella factura rematadas con una media belmontina. El animal denotó la falta de fuerzas tras el recibo capotero. Pedro Iturralde, que sería premiado como el mejor picador, se encargó de administrarle dos varas a un animal que simplemente cumplió.

Diosleguarde, en su turno de quites, aprovechó el buen son del Galache para endosarle un ramillete de lances con una bella media incluida.

Ya con la franela, Álvaro de la Calle buscó al empresario, Chencho Gómez, para ofrecerle la montera en señal de agradecimiento por haberlo acartelado en esta feria. Era su primera corrida de toros en España. ¡Qué injusto es el toreo¡

Corrida concurso en Arévalo Juanan. M.P.

La faena, iniciada por alto para ayudar al noble pero flojo animal, no alcanzaría vuelo por su manifiesta falta de fuerza y escasa movilidad. De la Calle solo pudo demostrar su gran voluntad ante el marmolillo, al que alargó la faena en demasía, quizás por las ganas de agradar y aprovechar el momento ante tan escasas oportunidades. Los aceros enfriaron más el final, pero recibió una cariñosa ovación.

Con el que hizo cuarto, un Murube de El Canario, parecía que tendría validez por su inercia en el caballo cuando tomó dos puyazos, pero fue un espejismo porque en la muleta, Álvaro de la Calle solo pudo dejar destellos por su buen concepto del toreo, y sobre todo mucha, mucha voluntad. Otra vez la espada impidió cualquier atisbo de premio y todo quedó en otra cariñosa ovación.

Destacar la actuación del banderillero Fernando Sánchez en los dos toros.

Manuel Diosleguarde

El segundo toro, un aparejado de Montalvo, encaste Jijona-Martínez lo sorteó Diosleguarde y ya se notó su falta de fuerza en los lances de recibo y en el caballo, con dos entradas de poca consistencia. En los quites Ismael Martín lo hizo por tafalleras con brillantez.

Diosleguarde se fue a la boca de riego para brindar al respetable que acudió en menos de media plaza en una tarde calurosa. Tras un inicio por alto, para aliviar la embestida del animal, este “se echó a descansar” como si fuera un manso, con la lógica decepción del público. Y el joven diestro charro, con unas ganas tremendas de acabar triunfando, se fue a sus terrenos para pegarse un auténtico arrimón ante el manso que el público lo agradeció.

Finalizó con un desplante quedándose frente al Montalvo vencido y rematando con un estoconazo fulminante siendo premiado con una oreja.

El jabonero sucio que hizo quinto, del hierro Toros de Orive (de encaste Domecq), fue el más chico del encierro, pero el de más clase y movilidad del encierro, aunque en el caballo tampoco fue un dechado de bravura.

Otra vez hubo tercio de quites, lo que da emoción al público. En esta ocasión, Ismael Martín quitó por unas ardorosas lopecinas, replicando Diosleguarde con unas saltilleras ajustadísimas poniendo el ¡uy! en el tendido.

La emoción siguió cuando Diosleguarde, ya muleta en mano, inició la faena de hinojos ante el buen jabonero que respondió con alegres embestidas, logrando llegar al público tras varias tandas con ambas manos, sobre todo al natural, que tuvieron mucha enjundia. Epilogó con unas bernadinas muy ajustadas y colocando el estoque en el sitio, por lo que el público pidió con fuerza las dos orejas. El animal de Orive fue aplaudido en el arrastre.

Ismael Martín

El diestro de Cantalpino, tras su reciente alternativa en Burgos, llegó con una peña de su tierra que lo jalearon en todo momento. Martín sorteó un toro precioso de Los Bayones (encaste Atanasio-Lisardo) al que recibió con una larga en las rayas para luego sacarlo con lucidas verónicas. El animal apretó en el único puyazo que recibió. En el tercio de banderillas brilló el joven salmantino con tres pares impecables que fueron muy aplaudidos.

Tras brindar a su futura suegra, (la doctora Asun Caminero) la faena de muleta fue deslucida porque el de Los Bayones se quedaba a media arrancada en los primeros encuentros con la franela y salía con la cara alta. Los muletazos fueron de uno, consiguiendo alguno de bella ejecución, pero sin llegar al tendido. Tuvo que irse a la cara del toro y meterse entre sus pitones para calentar a un público ávido de triunfos. Remató con una estocada casi entera de efecto fulminante. Paseó una oreja, aunque hubo petición de la segunda que el usía no atendió.

Corrida concurso en Arévalo Juanan. M.P.

El toro que cerraba festejo fue de la ganadería zamorana de Hermanos Boyano de Paz, (encaste Aldeanueva) castaño, albardado y capirote, fue el de más presencia y seriedad del encierro con el que Ismael Martín salió con una ganas tremendas de triunfo.

Tras una larga cambiada, pudo lucirse en un manojo de verónicas muy animosas. En el jaco, el de Boyano tuvo temperamento en los dos puyazos, y en banderillas mostró fortaleza y se movió con brío ante un aguerrido Ismael Martín que clavó con su desparpajo habitual, incluso regaló un cuarto par ante el alboroto que formó en el graderío.

Tras brindar a los espectadores, el joven charro se mostró firme y dispuesto a ganarle la partida al que, en principio, parecía un toro apto para la muleta, pero en los primeros compases el animal se desentendía de la lidia y salía con la cara por las nubes. No hubo ligazón por ese motivo, pero el torero puso la entrega que le faltó al astado y consiguió enhebrar faena, aunque de escasa vistosidad. La espada cayó contraria y el toro tardó en doblar, pero el público pidió con fuerza la oreja que Ismael paseó sonriente, lo que le permitió salir en volandas junto a su paisano Diosleguarde.

Tras el festejo, donde pudimos saludar al recién confirmado consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, su esposa, María Antonia de Isabel y la viceconsejera Mar Sancho, junto al alcalde de Arévalo, Vidal Galicia, se anunció por megafonía la relación de los premiados:

A la mejor lidia: Juan José Domínguez, de la cuadrilla de Diosleguarde

Al mejor puyazo: Pedro Iturralde, de la cuadrilla de Álvaro de la Calle

Al mejor toro: Desierto.