La historia de la humanidad es tan amplia que es casi imposible de abarcar. Todavía son muchos los descubrimientos que nos llegan a nuestros días de cosas inéditas que nunca habían salido a la luz de nuestro pasado. Sin embargo, hay otras tantas que sí conocemos, aunque quizás algunas de ellas no son tan populares y pasan desapercibidas para la gran mayoría de las personas. Una de ellas es la historia del municipio más antiguo de la provincia de Ávila, la que fuera la villa favorita de la reina Isabel la Católica y que se la conoce como la "ciudad de los cinco linajes". Esto es algo que desvelaremos un poco más adelante.
Hablamos de Arévalo. El segundo municipio de la provincia tan solo por detrás de la capital. Aunque es algo "difuso y complejo" afirmar que sea el más antiguo, desde la Institución Gran Duque de Alba, a pregunta de la Diputación tras consultar este periódico, sitúa a la villa arevalense podría ser considero el "concejo o ayuntamiento más antiguo de la provincia, sea de vecinos o de regidores entendido como junta en que se toman decisiones municipales".
Tiene su origen durante la reconquista cristiana, de manera simultánea a los municipios vallisoletanos de Medina del Campo u Olmedo. Fueron repobladores del norte peninsular, principalmente de Lara, Covaleda y Castilla, quienes llegaron allá por el 1090. Durante la segunda mitad del siglo XII fue frontera entre los reinos de León y Castilla.
Fue aquí, en Arévalo, donde el rey Enrique IV de Castilla convocó las cortes y, más tarde, Isabel la Católica se enamoró de la villa donde pasó su juventud en las Casas Reales de Arévalo. Es la cabeza comarcal de La Moraña o Tierras de Arévalo y entre las curiosidades de su amplísima historia esta el sobrenombre de la 'ciudad de los cinco linajes'.
El motivo por el que Arévalo adoptó de alguna manera este apodo, que incluso perdura hasta nuestros días, no se debe a otra cosa a que, en un momento dado, la villa fue gobernada por cinco linajes distintos: Briceños, Montalvos, Sedeños, Tapias y Verdugos. Pero este no es el único de sus nombres, ya que su diversa arquitectura mudéjar hace que adopte este 'apellido' también de alguna manera como 'villa mudéjar'.
Fue una de las juderías más relevantes de toda Castilla y fue un lugar donde convivieron múltiples culturas en el tiempo. Desde los cristianos hasta los musulmanes, también con el paso de los hebreos.
Pero sin duda alguna, su relación con Isabel la Católica es el gran atractivo a nivel histórico. Quien fuera reina de Castilla, permaneció aquí hasta el momento de contraer matrimonio con Fernando de Aragón, pero nunca dejó atrás a Arévalo y que sus visitas eran frecuentes. Y es que su madre y su hermano, el infante Alfonso, permanecieron aquí y acogían con gusto a la monarca.
Este estatus le hizo convertirse en un municipio de relevancia a nivel cultural y social en la zona y es algo que a día de hoy perdura y muestra de ello es el hecho de ser el segundo municipio más importante de la provincia únicamente por detrás de la capital. Son casi 8.000 los vecinos que viven en Arévalo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Otras curiosidades de la historia de Arévalo son las primeras referencias a la "Policía Local", que se remontan al siglo XIX durante el reinado de María de Castilla y que por aquel entonces alcanzan los 1.500 agentes, según la documentación que existe en el archivo histórico municipal.