Los apellidos, el acento y hasta nuestro aspecto físico, aunque este último es un aspecto bastante más amplio, geográficamente hablando, son rasgos que, muchas veces, nos delatan y dicen del lugar del que venimos. Características que esconden los orígenes de nuestro lugar de nacimiento o los municipios y provincias de las que provenimos. Y es que en la forma de hablar, de expresarnos concretamente, también es otra cuestión a tener en cuenta.
Cada territorio tiene sus particulares palabras o expresiones populares. Pueden ser exclusivas o también compartidas con algunas zonas limítrofes de la zona de influencia de nuestra provincia. Pero claro queda que si ciertas palabras o expresiones que se atribuyen a una provincia son utilizadas en su totalidad o casi totalidad por una persona, ésta proviene de ahí.
Por ejemplo, en Valladolid tienen algunas características como el "no me amueles", "a mayores", "la has mangado", o "no chanas". El famoso "pelele" si nos referimos a palabras concretas. "Ay hijo, cómo eres" o "fasero", absolutamente característico de la ciudad del Pisuerga.
En Zamora encontramos otras como "campeches" o una "pipelera". La "mamola", como se refieren los zamoranos a la barbilla, o el limpiar la cocina con la "rodilla" son otros ejemplos muy característicos.
En la zona de Ávila, provincia que hoy protagoniza este artículo, los encontramos otras expresiones y palabras. Bien es cierto, que existen algunas que también se utilizan en otras zonas y provincias, que es más que posible que te suenen, sobre todo por habituales. Pero todas en su conjunto definen al lenguaje abulense en su máximo esplendor.
Quizás, una de estas que se utilizan en otras zonas, es aquella que los abulenses hacen uso de ella para referirse a algo pequeño. No es otra que algo "chico". Aunque también hacen uso de "chiquinín" para la misma referencia.
Luego, la pamplina o maruja, una planta que cada vez se usa más dentro de la alta cocina, en Ávila, como ocurre también en Salamanca, se la conoce como "boruja". Precisamente, muchas de estas expresiones y palabras típicas de la zona abulense hacen referencia a la gastronomía.
Por ejemplo, a las alubias pintas las llaman "pipos" o al picadillo de chorizo "jijas", aunque este último posiblemente sea una palabra bastante extendida en la zona de Castilla, llegando a Valladolid o Palencia.
"¡Vaya tupa a andar!" Es otro ejemplo del hablar típico abulense. "Tupa" lo utilizan para referirse a lo mucho, es decir, sería como decir "¡Vaya paliza a andar!" o "¡Vaya matada a andar!".
Además de todo ello, si nos adentramos en el mundo rural de Ávila, también nos encontramos algunas expresiones específicas. Una de las más características es "en ca" para referirse a "en casa". Algo similar a "en can" que dicen en Mallorca.
Luego, para referirse a las pequeñas ventanas que había en las cuadras para introducir el heno con el que luego se alimentaba al ganado, en Ávila la llaman "bujarda". Es significativo y llamativo que, en la RAE, este significado no está directamente recogido, atribuyendo la más alta autoridad de la lengua española a esta palabra la definición de "martillo de dos bocas cuadradas cubiertas de dientes, usado en cantería".
Un hecho que confiere aún más personalidad al hablar abulense, que aún conserva los orígenes de una tierra ampliamente diversa y rica en todas sus vertientes.
En definitiva, un sinfín de expresiones y palabras populares que, en su conjunto, algunas exclusivas y otras compartidas con otras provincias cercanas, definen un lenguaje autóctono que caracteriza a la esencia de los abulenses.