El 16 de julio de 2022 siempre estará presente en la memoria de los vecinos de El Hoyo de Pinares. Esta localidad abulense, de poco más de 2.200 habitantes, vio cómo un incendio declarado en Cebreros (a siete kilómetros) se iba acercando poco a poco.

Al final, del susto se pasó a la tragedia. Una negligencia de un fumador provocó más de 4.000 hectáreas en toda la zona. Además, obligó a desalojar a los vecinos de El Hoyo de Pinares. Era verano y esas 2.200 personas se habían convertido en casi 4.500.

El fuego comenzó el 16 de julio y no se dio por extinguido hasta más de un mes después. Las huellas de aquel incendio perduran en todas las calles del pueblo. Cicatrices de cenizas abandonadas.

Ahora, dos años y medio después, ese fuego se quiere ver cómo una oportunidad. El Hoyo de Pinares renace de sus cenizas con más fuerza. Y ha encontrado en un problema, una oportunidad.

Una forma de que el fuego se convierta en oportunidad, genere empleo y sirva para la investigación.

Hoyo de Pinares lo lleva en el nombre, pero también en el escudo. Tres pinos piñoneros, pero de los auténticos, no de las repoblaciones. Un municipio que tiene a Madrid a solo hora y media y donde tienen un “buen mercado” de turistas.

En este municipio se quemaron 2.000 hectáreas con un gran valor turístico y ecológico, ya que estaban cercanas a senderos y embalses. Fue el momento de mirar hacia adelante, de enfundarse el traje de faena y renacer de las propias cenizas con más fuerza.

La famosa reinvención, en este caso obligada por unas llamas que hicieron que el alcalde David Beltrán se hiciera viral en las redes sociales.

Lejos de mirar atrás y de lamentos, lo que se hizo desde el equipo de Gobierno fue reinventarse y hacer de la debilidad que estaban pasando una fortaleza. El fuego, que tanto había dañado, iba a ser lo que les diera vida.

Hasta el punto de que el proyecto más ilusionante para su alcalde, David Beltrán, es el de poner en marcha un Centro de Conocimiento del Fuego que "ayude a concienciar" de los daños de los incendios y los métodos de lucha contra los mismos.

El visitante podrá experimentar situaciones que se viven en un incendio, calor, humo, agobio, etc. Todo con realidad virtual, inteligencia artificial, nuevas tecnologías que lo permiten. Sería un centro pionero en España e incluso en Europa. Se está trabajando en ello.

Otra oportunidad se ha visto en el área recreativa del Batán. Allí el fuego devastó una zona de pinar que tenía tres rutas de senderismo y dejó un nuevo paisaje, despoblado de árboles y donde la roca es protagonista. Pero desde esa roca se ha puesto en marcha un rocódromo.

La idea es convertir el área recreativa en un destino de primer nivel para los aficionados a la escalada, la montaña o el rapel.

Estrategia

El alcalde realizó una estrategia para intentar salir adelante. Lo primero fue visibilizar la situación. “Somos líderes de un pueblo y tenemos que darnos a conocer”, explica a El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León en el foro que tuvo lugar el pasado jueves en Zamora.

Pasada la catástrofe hay que unir al pueblo, “de la desgracia hay que salir adelante”. Y lo hizo buscando un mensaje de unión porque ahí “radica la fuerza”.

Además, recomienda a otros municipios hacer “detalladas” memorias de lo ocurrido. Hablar con la subdelegación del Gobierno para contar todos los daños que se han tenido. Por ejemplo, de filtros, de caminos, de agua…

Beltrán no olvida que desde ese día ha tenido que llamar a muchas puertas. El Gobierno central otorga un 50% por los daños, pero con el otro 50% “hay que buscarse la vida”.

En su caso, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Ávila se han “mostrado muy cercanos”, pero reconoce que si el Gobierno sufragara el 100% podría dedicarse esa cantidad a otras cosas. “No puedes cargar el 50% a Junta y Diputación”, apunta.

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