Unas patatas revolconas

Unas patatas revolconas

Ávila

Este es uno de los aperitivos más típicos de Ávila: un delicioso y sencillo manjar que conquista paladares

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Salir a tomar el vermú es uno de los grandes placeres de la vida. Una mañana de paseo que termina siempre con una buena bebida y una deliciosa tapa antes de comer. 

El aperitivo se ha convertido casi en una obligación y es que, además de disfrutar del rico sabor de la gastronomía española, también es el momento perfecto para poder ver a amigos o familia y disfrutar del tiempo libre.

Cada provincia de Castilla y León es capaz de ofrecer numerosos productos que son una delicia y exquisitez para el paladar. Pero, si viajamos hacia Ávila, hay una tapa que a todo el mundo le encanta.

Su sabor, textura y productos son un cóctel perfecto para que a todos les fascine. Se trata de las famosas y tradicionales patatas revolconas, convertidas ya en uno de los mejores aperitivos del país. 

Es un plato elaborado a base de puré de patatas, pimentón y torreznos, típicos de la gastronomía española y castellano y leonesa. Lo más característico es la mezcla de texturas porque combina perfectamente la cremosidad del puré con el toque crujiente de los torreznos.

Se suelen servir en pequeñas raciones o, incluso, en algunos lugares pueden ir encima de un cacho de pan a modo de tosta. Pero están tan sabrosas que nadie se resiste a degustarlas como aperitivo.

Su origen está relacionado con las clases más humildes. Era típico de las matanzas, ya que se usaba el pimentón que se le echaba a los embutidos y los productos propios de estas como es el caso de los torreznos. 

Los ingredientes eran económicos y aportaban la suficiente energía para trabajar en el campo. Sin embargo, lo que comenzó siendo un plato de personas humildes se ha ido popularizando hasta convertirse en un auténtico manjar.

Receta 

Hacer esta delicia culinaria es realmente fácil, no tiene mucho misterio. Y ahora que se acercan los meses de frío es la excusa perfecta para saborearlas y entrar en calor. 

Los ingredientes que se necesitan son: patatas medianas, ajo, panceta o torreznos, aceite de oliva, pimentón dulce y sal.

Lo primero es lavar bien las patatas y ponerlas a cocer sin pelarlas. Posteriormente, hay que retirarlas y pelarlas para, después, colocarlas sobre una cazuela y con un tenedor triturarlas.

Posteriormente, si se le echa panceta, se debe cocinar hasta que quede crujiente y dorada. En el caso de Castilla y León, se tiende a utilizar más los torreznos, uno de los alimentos estrella de la Comunidad.

Posteriormente, con un poco de aceite en la sartén, se deben hacer los ajos hasta que estén dorados y añadir las patatas, el pimentón y un poco del agua de cocción. Y se termina mezclando todo bien.

El plato ya está hecho y solo queda decorarlo por encima con unos cachitos de torrezno que aportarán un exquisito toque crujiente a la receta.

En algunos restaurantes también apuestan por darle un toque añadiéndole chorizo pero, como se suele decir, eso depende del gusto del consumidor.

Un plato irresistible que consigue conquistar cualquier estómago y que es obligatorio comerlo si se viaja a Ávila.