ENTREVISTA | Daniel de la Rosa: “Queremos convertir Burgos en la referencia logística del centro norte de España”
"Se dice que uno es de donde pace y no de donde nace. Yo creo que por encima de todo uno es de donde se siente parte, y en mi caso siento a mi ciudad por los cuatro costados, Burgos", así se presenta Daniel de la Rosa, alcalde de Burgos, tras conseguir aupar al PSOE, su partido, para convertirse en la lista más votada en las pasadas elecciones de 2019, con 11 concejales, por primera vez en 40 años de democracia. Licenciado en Gestión Pública y Ciencias Políticas por la Universidad de Burgos. En 2015 regresa al Ayuntamiento, donde ya había sido concejal, como candidato a la Alcaldía. Desde entonces asumió la Secretaría General del PSOE en Burgos y la portavocía del grupo de concejales socialistas en el Consistorio. Cuatro años después, 2019, se presentó por segunda vez "con más ilusión si cabe que la primera y con mucha más experiencia, y sobre todo, con la mejor carta de presentación que ningún otro candidato a la Alcaldía puede ofrecer: el trabajo demostrado estos años" y resultó elegido alcalde.
Una persona, también primer edil, aunque quiere que se le considere un ciudadano más, de la que todos hablan bien por su talante, por su forma de gestionar -aseguran que moderna y eficaz por su profesionalidad y experiencia en Gestión Pública-, por su cercanía y por su amabilidad. Un alcalde al que le ha tocado también gestionar, de manera especial y virulenta, la pandemia de Covid-19 que, estos días, azota fuerte a la ciudad. Tal es así, que la Junta de Castilla y León ha dictado nuevas medidas restrictivas que han entrado hoy, sábado, en vigor. Por ellas, se limitarán las reuniones a un máximo de tres personas no convivientes en el ámbito privado, al tiempo que se reducirán aforos de celebraciones civiles y religiosas, entre otras medidas. Como también, se pide una autoconfinamiento de los burgaleses. De forma paralela, la Consejería de Sanidad realizará un rastreo masivo en Burgos, similar al de San Andrés del Rabanedo (León); incrementará los puntos de toma de aguas residuales, e instará a los agentes de la Policía Municipal a extremar la vigilancia. Además, ante la presión de los hospitales, Sacyl ya ha comenzado a derivar intervenciones quirúrgicas a la privada. Haciendo frente a esta situación, y siempre íntegro, Daniel de la Rosa se sienta y habla con NOTICIASCYL de la ciudad que se "enorgullece" representar, Burgos.
Ni se lo imaginaba que iba a tener una legislatura marcada por una pandemia sanitaria.
Ninguno de nosotros. Nadie firma ser alcalde en estas circunstancias, pero es lo que toca. Para eso estamos. Esa es nuestra responsabilidad. Tenemos que intentar estar a la altura y reconocer que es un reto muy complicado.
¿Cómo está la situación de la pandemia en Burgos?
Muy mal, francamente mal. Estamos justo en este momento liderando las peores estadísticas del número de contagios en los últimos 14 días. Respecto a los 100.000 habitantes, estamos por encima de 1.500 positivos en 14 días y de 900 casos en los últimos siete días. La tendencia no se acaba de corregir. El hospital está cada vez más tensionado. Con el fin de velar por el cumplimiento de las medidas sanitarias, el Ayuntamiento reforzará la presencia policial en las calles, con nuevos mensajes de megafonía y la publicación de un nuevo bando municipal para recordar estas medidas. El Ayuntamiento suspenderá la actividad física a puerta cerrada en los centros municipales.
Tenemos también la sensación de que la luz al final del túnel no se acaba de percibir, y lo que estamos intentando es apelar a la colaboración institucional, a aquellas administraciones que tienen más capacidad. Primero, porque tienen la competencia de acertar dentro de lo posible con las medidas, pero también de destinar recursos a los sectores más afectados, como es la hostelería, como es el comercio, que me preocupan especialmente. Me preocupan sobre todo las víctimas, los enfermos, por supuesto, los fallecidos. Pero hay que pensar también en que haya gente que lo esté pasando mal desde el punto de vista económico, que estén pensando en cerrar su negocio, en cómo llevar comida a sus casas.
¿Cree oportunas todas las medidas tomadas desde la Consejería de Sanidad?
Sí. La cuestión es que tenemos que ser conscientes de que aquí nadie ha nacido ni ha aprendido ni nadie tiene una guía de cómo solucionar esta situación, ni el Gobierno de España, ni la Junta de Castilla y León. Lo que tenemos que hacer los políticos es dejarnos aconsejar por aquellos que creemos que tienen mayor capacidad de poder acertar, porque barajan las variables adecuadas, y me refiero a los sanitarios, a los médicos, a las autoridades sanitarias, en definitiva. Y en este sentido debo reconocer que ha habido una extraordinaria colaboración desde el principio de la pandemia con la Consejería de Sanidad de la Junta. Más allá de que les he reclamado y les he exigido también que tenían que haber planificado mejor esos recursos sanitarios que ahora mismo se ven insuficientes, y hablo del personal sanitario para atender toda la cantidad de carga que tenemos ahora mismo, tanto la atención primaria con la hospitalaria. Pero también queremos ser conscientes de las dificultades que tienen que tener los principales responsables a nivel autonómico como a nivel nacional. Yo como alcalde lo estoy viviendo en primera persona y si me pongo la piel de la consejera o del ministro Illa, también entiendo que tiene que ser muy difícil.
¿Por qué? Porque, como digo, no todas las medidas que se están interponiendo tendrán una solución definitiva mientras no haya un tratamiento antiviral o por supuesto, la vacuna. El distanciamiento busca la administración social, lo cual es algo anti natura. Las personas queremos vivir, queremos interactuar no sólo socialmente, también económicamente. Y el evitar ese contacto conlleva evitar ocio y cerrar restaurantes, pubs, tiendas… Y eso es dramático y no tenemos una solución. Y desgraciadamente tampoco hay un plan de choque. No me refiero sólo a la Junta de Castilla y León. No lo veo en otros escenarios, tampoco a nivel nacional, suficientemente efectivos para tranquilizar y amortiguar ese golpe. Quiero decir que se necesita un plan de choque directo al negocio de explotación de este tipo de empresas, porque es donde lo necesitan. Ahora valen los ERTES, de acuerdo, son ayudas, pero luego están los gastos fijos, los suministros que hay que pagar. ¿Dónde está el problema? En esa carga financiera mensual que tiene que abordar el empresario. Ahí es donde está el problema. Y no veo que las ayudas lleguen a tiempo y ya concluyó con esta cuestión.
Yo sí que echo de menos una mayor altura de miras por parte de los principales responsables en algunas instituciones como el Gobierno de la Comunidad de Madrid, tampoco quiero significar a nadie. Pero es dantesco el espectáculo que estamos haciendo a nivel nacional, es decir, la guerra permanente entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España. La incongruencia, la incoherencia de los mensajes entre unas comunidades autónomas y otras. La gente está desesperada y en este momento necesita certidumbre, necesitamos mensajes de confianza, de seguridad. Y si tenemos que discutir, discutamos entre nosotros. Pero luego hay que dar un mensaje claro, inequívoco y unido. Es lo que he procurado siempre con el Gobierno de España, ninguna queja con el Delegado del Gobierno, Javier Izquierdo. Perfecto. Hemos tenido que comentar algunas cosas, pero luego hemos transmitido un mensaje de unidad. Pero lo mismo con la Junta de Castilla y León, ¿por qué esto no se reproduce en otros lugares territoriales?
Al hilo con lo que usted acaba de decir. Vaya situación la de la hostelería en general y la de Burgos en particular, como una ciudad turística.
Ya son 9 meses en los cuales hemos estado la mitad de ellos con la hostelería al trantrán, si no cerrada sí semicerrada. El comercio de proximidad, el sector servicios en general, muy tocado. Es lo que decíamos. Si les obligamos a cerrar, y creo que lo entienden aunque no son el principal foco de contagio, que está demostrado por estas mismas autoridades sanitarias, se encuentra en nuestro ámbito de confianza, en nuestras propias casas, en los desplazamientos a ver a nuestros padres o cuando ellos vienen a ver a nuestros hijos, cuando te vas al pueblo a pasar el fin de semana innecesariamente, cuando te juntas en una fiesta por la noche, cuando tienes 20 años y sales a pasártelo bien con tus amigos, con tus amigas. Es ahí donde se están reproduciendo el 70 por ciento de los casos, no en los bares ni en las tiendas ni el comercio en general. El segundo escenario, ese otro 30 por ciento, ¿dónde se reproduce el virus? En los bares, en las tiendas, en los ámbitos de ocio, en los centros comerciales. Y sí, claro, es tristísimo, es injustísimo, pero es lo único que podemos hacer o pueden hacer, intentar evitar en la medida de lo posible que esos espacios públicos sigan abiertos. Hay que incidir todavía más en la necesidad de que los espacios privados donde somos cada uno, somos los responsables.
¿Realmente interiorizamos disciplinariamente todas las medidas? Porque si no lo hacemos vamos a fracasar seguro, porque vamos a estar con este virus con altísimos índices hasta que llega la vacuna. Todos estos meses y más. Tenemos que cerrar espacios públicos durante el tiempo que no tengamos alguna alternativa, como puede ser la vacuna, probablemente lo tendremos que hacer puntualmente. Pero vamos a hacer lo mismo en el ámbito de confianza de cada uno de nosotros, si no estaremos haciendo una trampa nosotros solitos.
¿Qué medidas ha venido adoptando el Ayuntamiento que usted preside para paliar los efectos de esta crisis sanitaria y económica en los burgaleses?
Cuando en la primera ola la Junta de Castilla y León me trasladó una recomendación sobre lo que consideraba que se podía hacer, no lo dudé. Y adopté la recomendación como si fuera una orden. Y eso ganamos porque fueron tres o cuatro días en los que cerramos la ciudad, mandamos a todos los servicios públicos a casa, limitamos todo los servicios municipales al mínimo, cerramos autobuses y eso, de alguna manera, nos hizo ganar esas 72 horas, 3 o 4 días que hicieron corregir una curva que era altísima. Siempre empezamos muy alto en Burgos. ¿Por qué? Porque somos, tal vez para esto, una ciudad privilegiada en las comunicaciones, en las vías de intercambio entre el País Vasco y Madrid. Y nos perjudica porque hay muchísima movilidad. Igual no pasa tanto en la zona este y oeste de la Comunidad, pero aquí, justo en Burgos, estamos en el centro peninsular. Eso siempre genera un hándicap, pero luego, el comportamiento disciplinario de la gente, lo ha ido corrigiendo.
¿Qué hicimos inmediatamente? Fuimos el primer Ayuntamiento de una capital de provincia en adoptar un acuerdo el 7 de abril de medidas anti Covid por 6,5 millones de euros, por unanimidad de todos los grupos de los cinco, se puede imaginar que son muy heterogéneos. Pues adoptamos ese paquete de medidas donde iban 4,5 millones a los sectores más afectados como la hostelería, el comercio y las pymes, y 2,5 millones más al que ya había en el presupuesto, para las familias más necesitadas, sobre todo a familias vulnerables o en riesgo de exclusión. Debo reconocer que igual que pasa con otras ayudas estatales o autonómicas, la gestión de las mismas no ha sido lo mejor que hemos podido demostrar, porque aún quedan la mayor parte de ellas por derivarse se han tramitado subvenciones, se están gestionando y ahora mismo recabando y corrigiendo la documentación. Pero el dinero no acaba de llegar. Sí los bonos al consumo que los hemos puesto ya en marcha, y también las ayudas al alquiler que vamos a empezar a pagar en breve. Pero hay otra serie de líneas que nos está costando.
¿Por qué? A igual que ocurre en el Gobierno de España, en la Junta y en el Ayuntamiento, con los mismos recursos, cuando te pones a gestionar siete u ocho líneas de subvenciones nuevas y empiezas a tramitar 3.000 o 4.000 solicitudes por cada una de ellas, los funcionarios no dan abasto, por mucho que sumes más funciones de las secciones y traspases gente de unas a otras. Todo eso al final es un embudo y cuesta muchísimo sacarlo adelante con el tiempo necesario. Yo quiero pedir disculpas por la tardanza en la gestión de la tramitación de las ayudas que llegarán, pero que nos está costando más de lo previsto.
Finalmente, -y ante la nueva situación de emergencia sanitaria dictada por la Junta de Castilla y León- pido limitar al extremo el contacto social ante el elevado número de casos COVID-19 y las nuevas restricciones de movilidad impuestas por la Junta. Pido a los ciudadanos que interioricen esta medida y opten por permanecer en sus casas siempre que sea posible para corregir la tendencia. Pido a los ciudadanos que eviten concentrarse en las entradas de los bares, recordando que las medidas de la Junta permiten ofrecer bebida y comida para llevar, pero el riesgo que supone consumir en grupos estas consumiciones en las puertas de los establecimientos es grande. Entendemos que los establecimientos se tengan que reinventar, pero eso es una cosa, y otra consumirlo en la puerta del local con otras siete u ocho personas.
Hago un llamamiento a la serenidad, responsabilidad y calma de la ciudadanía y confío en que los burgaleses van a saber estar a la altura. No se trata solo de una responsabilidad de los vecinos, sino de la importancia de que todos los gobiernos autonómicos del país cooperen, a fin de trasladar confianza y seguridad. No se trata de crispar ni de intentar usar la pandemia como arma arrojadiza.
Cambiemos de asunto. Al final preside un gobierno con estabilidad.
Sí, algo que deseé desde el principio y que no pudo ser. No me puedo quejar porque, a pesar de que todos pensábamos que después de 40 años en los que no se había ganado nunca las elecciones por parte del Partido Socialista en esta ciudad, después de una victoria tan clara, tan amplia con 11 concejales, 7 el PP, 5 Ciudadanos, 2 Vox y 2 Podemos, todo hacía pensar que ese mensaje de regeneración, de cambio, que formaciones como Ciudadanos venían trasladando en ciudades como Burgos, se iban a concretar sin mayor problema.
Debido a los pactos que hubo en Madrid durante esa época a tres bandas, parecía que no iban a echar todo al traste como pudo pasar con el Gobierno autonómico o como ocurrió en Palencia. En Burgos, por suerte, creo que la ciudad al final lo valoró positivamente. Ese pacto no se consumó y como nadie fue capaz de hacer una alternativa de gobierno al Partido Socialista, nadie sumó más que el propio Grupo Municipal Socialista, y como la ley electoral dice que si nadie tiene la alternativa mayoritaria, la lista más votada es la que gobierna, me tocó asumir el cargo de alcalde. Eso sí, con muchísima responsabilidad, con muchísima satisfacción y, a partir de ahí, estuvimos gobernando en minoría con muchísimas dificultades y, sobre todo, con la que está cayendo. Porque a la inestabilidad, entre comillas, o a la dificultad de gobernar una ciudad con 11 concejales, hay que sumar la pandemia y la crisis consecuente.
Sí que es verdad que tuvimos la habilidad de intentar trasladar esa posición de gobierno abierto, colaborativo, participativo con todos, también con los grupos de la oposición, e ir llegando a pactos puntuales, concluyendo con Podemos, con Ciudadanos muchas veces hasta el punto de que este partido se nos convirtió en un socio preferente para sacar la Ordenanza de Movilidad, las Ordenanzas Fiscales y el propio Presupuesto de este año, que fue gracias a su apoyo. Todo apuntaba a que Ciudadanos tenía que dar un paso más y convertirse en un socio de gobierno. Como así ha sido. Y lo cual me satisface mucho porque justo en este momento tan difícil, es muy importante contar con un Gobierno fuerte. Dieciséis concejales de 27 dan seguridad y estabilidad, no solo a los propios gobiernos, sino también al Ayuntamiento y a la propia ciudad.
¿Ha sido difícil negociar con Ciudadanos, porque vemos que la nueva dirección que preside Inés Arrimadas se abre a negociar con el PSOE, como en el estado de alarma e, incluso, con los Presupuestos Generales del Estado?
Ciudadanos tuvo un punto de inflexión en las elecciones de noviembre del año 2019. Creo que reconocieron su equivocación absoluta en la estrategia de intentar sustituir al Partido Popular, e incluso imitar a ciertas posiciones como las que tiene la ultraderecha de VOX. La gente no votó a Ciudadanos, yo soy un votante de izquierdas y votante socialista, pero puedo interpretar por qué la gente votó a Ciudadanos cuando estaba en su mejor momento, y era porque no se identificaban ideológicamente ni con la izquierda ni con la extrema derecha, eran personas centradas desde el punto de vista político, pero sobre todo gente que quería cambio, regeneración, utilidad, frescura. Ese es el mensaje que caló en su momento. Cuando traicionan ese mensaje tienen los resultados que tienen y eso les hace cambiar. Y creo que Inés Arrimas acierta inteligentemente, porque lo que están intentando hacer hoy desde la dirección de Ciudadanos es ser útil a la izquierda y a la derecha, intentar dar estabilidad, intentar que Cs pinte algo, intentar que su formación cobre protagonismo, sea con gobiernos del Partido Popular, donde se entiendan o sea lo natural, o con el Partido Socialista. Y aquí lo que tocaba era gobernar con el Partido Socialista.
¿Qué retos desea acometer desde este Gobierno de coalición?
Sacar a la ciudad de este atolladero en la mejor posición posible, en una posición de salida, la mejor que podamos. Una posición de salida justa en la que nuestras empresas tuvieran competitividad. Desde el primer día en la que la gente que lo está pasando mal, pues digamos, tuviera un colchón. A partir de ahí tenemos muy clara la estrategia, no dejar a nadie atrás. Evidentemente es un sello de mi gobierno y lo va a seguir siendo la política social a muerte. Potenciar sectores que están muy dañados, sobre todo a través del turismo, como es el sector hostelero y el sector comercial. También el cultural, porque no quiero abandonar la cultura, ya que en esta ciudad, durante muchos años, se dejó de lado la cultura y desgraciadamente este año no ha sido así. Tuvimos que corregir el presupuesto en seis millones de euros del Instituto Municipal de Cultura. La apuesta iba a ser muy decidida. Pero claro, no había fiestas, y todo se vino abajo. Vamos a intentar recuperar esa cuestión con el tiempo.
Luego, por supuesto, el sector estratégico. Desde punto vista económico, lo vemos en la logística. Aquí hay un peso importante en la industria. Somos la ciudad más industrializada de Castilla y León. Tenemos el mismo peso industrial que Valladolid, con la mitad de habitantes. Tenemos una industria potente agroalimentaria y química. Pero por mucho que cuidamos estos sectores, la situación geográfica de Burgos, a la que hacía referencia antes, me hace pensar, estoy convencido, que pasa por crear una ciudad que sea la referencia del centro norte del país como nudo logístico. Tenemos un puerto seco con una aduana, tenemos suelo industrial que proporciona a las empresas de transporte almacenes. Quiero hacer de Burgos una pequeña Zaragoza, a efectos de intercambio modal de camiones y ferrocarril. Tenemos el aeropuerto también, que tiene su oportunidad de prestar servicios y tenemos una conexión por carreteras que, aunque es francamente mejorable, es envidiable respecto a otras ciudades. Por lo tanto hay que sacarle partido. Y esa es la apuesta logística de la ciudad. Es la que nos interesa, desde el punto vista económico, a culminar todos estos años.
El conocimiento que tenemos de usted es que un hombre de diálogo, como ha demostrado durante este año y medio en solitario, ¿cuál es su relación con el resto de los grupos políticos más allá de Ciudadanos?
Buena con Podemos. Debo reconocer que correcta con Vox, y mejorable con el Partido Popular. Y lamento decir esto. Yo tenía una relación bastante buena con el anterior regidor, Javier Lacalle, porque lideré la oposición cuatro años entre los 35 y 39 años. Acababa de incorporarme a una gran responsabilidad ya como portavoz. Tuve mi experiencia política antes como concejal en este Ayuntamiento, pero bueno, no tenía ese rol, pero tuve muy claro que en una situación de minoría en la que se encontraba sin posibilidad de sumar los votos suficientes, él no tenía esa capacidad para llegar a tener mayoría. Fue el Partido Socialista el que se dispuso de manera exigente, crítica pero responsable y útil. Lo primero fue darle esa seguridad a la ciudad, llegando a acuerdos con el Partido Popular. Yo pacté con el PP los presupuestos, la Ordenanzas Fiscales, la reestructuración de la deuda de los consorcios. Lo digo para dar contestación a lo que hace el PP aquí ahora y se entiende mejor que en ningún otro escenario.
En el ámbito local, la gente quiere gestión, quiere soluciones, quiere alguien al que se le pueda identificar como uno mismo. Quiere verse representada por el alcalde. Que el equipo de Gobierno trabaja con nosotros. Creo que las diferencias ideológicas deben existir y los valores, los principios que cada uno defendemos, tienen que estar ahí. Pero no es lo que tenemos que priorizar en la gestión municipal. La gente, a efectos de un Ayuntamiento, valora sobre todo eso. No tanto la cuestión partidista, la confrontación ideológica. No, eso no pesa tanto. Pesa sobre todo el día a día. Y ahí es lo que echo de menos del PP. Creo que en la posición del Partido Popular actual, en la que, sí, de vez en cuando hacen anuncios de vamos a intentar llegar a acuerdos, vamos a intentar, no sé, demostrar una posición más centrada, me recuerda a veces esos bandazos que da Casado, de lo vamos a intentar. Pero a la hora de la verdad es acoso y derribo constante a la acción de gobierno. Si ellos creen que esa es la estrategia, yo creo que aquí está completamente equivocada.
El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, en un momento de la entrevista con NOTICIASCYL./ FALCAO
Los que seguimos los plenos de las Cortes de Castilla y León vemos allí ciertas maneras y comentarios que no terminan de comprenderse, por ejemplo, el presidente de la Junta, en la última comparecencia de control, casi demoniza a los habitantes del barrio de Gamonal para atacar a Luis Tudanca. ¿Tan mala fama tienen?
Tengo la necesidad de llevarme relativamente bien con el presidente de la Junta, pero me decepcionó mucho con esas declaraciones porque no conoce la realidad del barrio. Yo sí y Tudanca también porque somos de allí. Yo soy amigo suyo desde la niñez. De joven fue secretario de Juventudes Socialistas y yo le sustituí. Hemos compartido estudios universitarios en la Universidad de Burgos y militancia en el PSOE. El barrio de Gamonal está harto de que se le estigmatice, porque siempre son los mismos los que utilizan un partido de fútbol para rascarse con los otros. Los mismos que utilizan cualquier cualquier obra municipal que se ha impulsado para destruir, esos son los que estuvieron el otro día infiltrándose en una de las manifestaciones negacionistas para liarla. Que sí, que en otras ciudades también se reprodujo, pero aquí, no quiero decir que sean más de extrema izquierda o de extrema derecha, de lo que se trata es de que son violentos e irresponsables en una situación tan dantesca y tan dramática como la actual, en la que justo se está pidiendo lo contrario, que la gente se quede en casa. Ya no es que vaya a ser una manifestación no autorizada, es que se infiltran para generar disturbios, para alterar el orden público. Y mirad la respuesta de la gente del barrio de Gamonal desde sus casas, yo estuve en el operativo de la Policía Local in situ desde las nueve y media hasta las doce de la noche, y la respuesta que hubo desde los balcones, desde las casas de toda esa calle Vitoria, era evidentemente de denuncia y de crítica constante a los violentos insultándolos merecidamente para que se fueran de allí, para que dejaran el daño que estaban haciendo y, de paso, de apoyo y de aplausos a la actuación de la Policía Nacional y de la Policía Local.
Una cosa muy distinta es analizar qué sucedió hace seis años respecto a un conflicto violento que nunca se debió producir, pero que podía interpretarse de que hubo, además de todo eso, un rechazo de todo un barrio a una actuación que no fue suficientemente consensuada, que no justifica en ningún caso los actos violentos que hubo esos días por la noche. Y otra cosa muy distinta es que vengas aquí a una concentración porque sí, a liarla por el mero hecho de eso, de alterar el orden, de realizar esos actos vandálicos, de intentar generar los disturbios. No hay ninguna razón y menos ahora. No hay ninguna explicación, en ningún caso. Nunca es justificable, pero es vergonzoso y lamentable que se pueda repetir esto en una pandemia, y hay que analizarlo así. El barrio de Gamonal lo representan prácticamente 50.000 personas y solamente fueron 30 o 40 inconscientes los que hicieron lo que lo que pudisteis comprobar. El resto son gente absolutamente excepcional, trabajadora, luchadora, muy trabajadora. Es un barrio obrero con gente, ya por cierto, en su mayoría mayores, que quieren tranquilidad y servicios. Yo, una de las apuestas más decididas que tengo como alcalde, en materia de regeneración urbana es el barrio de Gamonal. Merece una oportunidad de futuro y que el Ayuntamiento, por fin, acierte en las infraestructuras, en las dotaciones y en la manera de transmitir esas infraestructuras con la máxima participación, que ese fue uno de los principales errores que hubo antes. Intentar dar por hecho que porque tú tengas una mayoría y lleves un programa electoral con una serie de compromisos, puedas hacer lo que quieras, debes intentar cumplirlos, pero tienes que hacerlo con la máxima colaboración y participación ciudadana.
En ese sentido le iba a preguntar, ¿cómo se encuentra la situación urbanística del barrio de Gamonal?
Estamos, como digo, decididos a desarrollar un plan de regeneración urbana para el conjunto del barrio de Gamonal, con actuaciones de todo tipo, mejoras en las dotaciones culturales y sociales. Vamos a generar, espero pronto, un nuevo espacio llamado Centro Municipal del Barrio de Gamonal, que es como un pequeño ayuntamiento en la calle Vitoria. Vamos a semipeatonalizar y señalizar para generar espacios de esparcimiento para el servicio de hostelería y del comercio. Vamos a recuperar parkings con concesión para poder generar más plazas de aparcamiento. Vamos a intentar mejorar la seguridad en otros parkings en superficie que existen y no se están utilizando mucho.
No vamos a intentar hacer de la calle Vitoria un bulevar, porque es imposible, y ese proyecto nació mal. De entrada, un bulevar no lo queremos. Aquí se trata de ganar aceras para el comercio. Existe la Nacional 1, una carretera que atraviesa la ciudad, que es una vergüenza. La entrada a Burgos por la zona este, la principal que existe en la ciudad, que es como la Gran Vía nuestra, hasta que llegas al centro es una carretera nacional. Cuando entras hay dos carriles pero sin aceras, el comercio se muere, la hostelería no puede poner ni dos terrazas. Eso es de sentido común. Es convertila en uno o dos carriles por sentido, pero no en cuatro. Integrar la movilidad sostenible a través de un carril bici, sea un lado o en otro o en los dos. Apostar por el transporte sostenible en convivencia con el privado, no era así inicialmente el proyecto de bulevar.
Y lo principal, ganar espacio para el peatón donde sea protagonista, con pequeños espacios para las terrazas de hostelería, para recuperar algún tipo de dotación para los niños tipo columpios, generar alguna zona verde que invite a pasear, que invite a recorrer la calle, a comprar, a consumir. Cosa que ahora es imposible. Hay que dar también esa capacidad al barrio desde lo público para hacerle más atractivo, para que la comunidad de propietarios también vean un aliciente y haya fachadas ventiladas, tengamos accesibilidad a los portales, hagamos obras en las cubiertas. Este va a ser un primer espacio de regeneración urbana. Queremos apostar ya en el mandato siguiente, si es posible, por la rehabilitación integral del barrio a efectos de viviendas en los pequeños ‘gamonales’, ya que existen barriadas dentro de Gamonal desde los años 40, 50 y 60 . Son barriadas obreras que están muy mal y que necesitan áreas de regeneración urbana integrales. Y en ese sentido también queríamos actuar. Pero lo primero, demostrar que la administración pública local quiere dar todos los servicios posibles.
¿Cómo es su relación con el resto de administraciones? No hablo del Gobierno central, que es de su propio partido, más bien con la Junta.
Buenas con los dos. Con el Gobierno central también, no porque sea de mi partido no lo diferencio, aunque me llevo bien con Javier Izquierdo, el delegado del Gobierno en Castilla y León, y me llevo bien con el subdelegado en Burgos porque es amigo mío de toda la vida, Pedro de la Fuente, y es un tipo excepcional. Y con los ministerios, con algunos cuestan las relaciones más que con otros, pero para eso estamos peleando los alcaldes. Tengo suerte de contar con dos personas muy activas en el Grupo Parlamentario Socialista, con mucho peso en Madrid, como Ander Gil, el portavoz en el Senado, y Esther Peña, una de las diputadas que tienen mayor capacidad de trabajo, también en condiciones importantes como en materia laboral. Me siento bastante satisfecho con el Gobierno, ninguna queja.
Y con la Junta, más allá de algún desencuentro puntual o alguna reivindicación justa que hago, el trato es bastante bueno, cordial. Con la consejera de Sanidad, Verónica Casado, especialmente, pues la debo reconocer que me ayudara mucho al principio de la pandemia como médico, recomendándome una serie de decisiones que no dude en adoptar, y con Paco Igea hay una buena relación. Conozco menos al resto de consejeros, quizás Juan Carlos Suárez-Quiñones, que parece un buen tipo, al consejero de Cultura, a la nueva consejera de Empleo e Industria, poco a poco les voy conociendo a todos. No hay una mala relación.
Explique a los habitantes de Castilla y León en qué consiste el VIII Centenario de la Catedral de Burgos, que se celebrará, si el Covid lo permite, durante 2021.
Es una oportunidad que no podemos desaprovechar. Lo que es un poquito más triste es pensar si vamos a llegar al VIII Centenario en las mejores condiciones, aspectos de cómo estará la pandemia. Pongámonos en la situación mejor, en esa situación ideal en la que esperemos todos que con la vacuna, ya en el mes de mayo, junio y julio no tengamos ningún tipo de problema de venir a Burgos para poder disfrutar de todo un año de espectáculos vinculados a la cultura y al patrimonio de nuestra ciudad. Burgos pone en valor su mayor joya, que es patrimonio de los burgaleses y de los españoles y de toda la humanidad, la Catedral de Santa María de Burgos, una de las catedrales más bonitas, más apreciadas y con mayor valor artístico de todo el mundo. Y cumple años, es su 800 cumpleaños, se dice pronto, desde la primera piedra.
La cantidad de espectáculos musicales y culturales es espectacular. También de otro tipo como los deportivos, como es La Vuelta a España 2021 que sale con una contrarreloj individual de la propia Catedral de Burgos. Estamos entre todas las administraciones, también en colaboración con la Fundación Octavo Centenario, realizando una programación sin igual, en la que es un delito, por parte de cualquiera que esté próximo a Burgos, no aprovechar esos eventos para poder acercarse y disfrutar de nuestra gastronomía, de nuestra cultura y de nuestra Catedral, de volver a verla más bella que nunca. Y en ese sentido, quería aprovechar esta entrevista también para animarles a que seamos todos optimistas, y el año que viene verles a todos ustedes por Burgos.
Sí, eso iba a preguntarle finalmente. ¿Por qué aconseja usted visitar Burgos en 2021, durante esta efemérides?
Si las condiciones en las que tengamos que afrontar esos eventos nos lo permiten, si las circunstancias nos lo permiten, sería, como digo, un delito el no hacerlo. Porque la ciudad jamás ha hecho tanto por promocionar a través de la cultura, todas nuestras bondades, todo nuestro capital humano, cultural y patrimonial. En ese sentido, espero que haya millones de visitantes el año que viene en la ciudad, si es posible, toco madera, porque se presuponen meses muy difíciles, sobretodo en el primer semestre, a pesar de que la carga importante de los eventos está prevista a partir del mes de junio. Veremos lo que podemos hacer.