Poza de la Sal (Burgos) recuerda la figura de Félix Rodríguez de la Fuente en el 41 aniversario de su fallecimiento. La villa salinera organiza mañana domingo, 14 de marzo, una plantación de 41 almendros para rendir homenaje a su vecino más ilustre, según informaron hoy fuentes de la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de la localidad.
“Hace ya 41 años que España se despertó consternada con las noticias que llegaban de Alaska. Una avioneta se había estrellado con el piloto y tres tripulantes a bordo mientras filmaban una carrera de trineos de perros. Todos ellos habían fallecido. Se trataba de Félix Rodríguez de la Fuente y dos miembros de su equipo. Sin lugar a dudas, una de las figuras más reconocidas y queridas por la sociedad de aquella época. Y uno de los burgaleses más destacados de todos los tiempos”, recordaron.
Así, en Poza de la Sal, su localidad natal, el 14 de marzo es fecha señalada en el calendario. Este año, como viene siendo habitual, desde el Consistorio local volverán a rendir su particular homenaje a la memoria de su vecino más ilustre. En esta ocasión, lo harán a través de una plantación simbólica de 41 almendros en el entorno del palacio.
Consistirá en un acto modesto y realizado al aire libre. Se trata de evitar una aglomeración de personas en torno a un solo punto. Por ello, este año no se llevará a cabo la habitual ofrenda floral junto a la estatua de Félix. Además, desde el Consistorio se hará reparto de esquejes de almendro para todas aquellas personas que así lo soliciten.
Desde la Oficina de Turismo de la villa aprovechan la ocasión para invitar a acercarse a la localidad con motivo de esta fecha. Los visitantes podrán participar de la plantación, o simplemente conocer de primera mano el entorno que vio crecer y sirvió de inspiración a Félix Rodríguez de la Fuente. Una buena forma para hacerlo es recorriendo la Ruta de las Salinas (PR-BU 67).
Se trata de un recorrido que, según indicaron, partiendo junto al monumento a Félix, recorre el interior del diapiro, coincidiendo con el espacio que antiguamente ocupaban las salinas. Otra posibilidad es descubrir el precioso casco histórico de Poza a través del ‘Paseo por el primer cielo’, un itinerario que sigue las huellas de la infancia de Félix a través de testimonios que narran sus batallitas de joven en los distintos escenarios de la localidad, incluyendo su casa natal.
Por último, otra recomendación es asomarse al Mirador de La Bureba, sobre el diapiro pozano, donde se encuentra otra estatua dedicada al más célebre de sus vecinos. “Y es que al final, qué mejor manera de rendir homenaje a su figura que visitar su villa natal, la que fue, según sus palabras ‘la más fascinante escuela de la infancia’”, concluyeron.