La pequeña Ana Maté del Pozo, de cinco años y medio, protagonizó hoy en Aranda de Duero (Burgos) la tradicional ‘Bajada del Ángel’, un evento por el cual cada Domingo de Resurrección un niño o niña sobrevuela el cielo de la capital ribereña, para anunciar a la Virgen de la Misericordia que su hijo ha resucitado. Tras dos años sin poder celebrarse con normalidad por la pandemia, el ángel volvió a quitar el luto a la Virgen en la plaza Santa María, ante la mirada de cientos de ribereños y visitantes.
De esta forma, las inmediaciones de la iglesia de Santa María volvieron a ser protagonistas de este día, en un evento declarado Fiesta de Interés Turístico Regional. La Cofradía de las Misericordias y de las Candelas es la encargada de llevar a cabo esta ‘Bajada del Ángel’, que con los años se ha consagrado como una de las actividades más representativas de la Semana Santa arandina.
Este 2022 el evento volvió a salir a la calle, ya que en 2020 no pudo llevarse a cabo y en 2021 las restricciones sanitarias lo llevaron a celebrarse dentro de la iglesia y con aforo limitado. Allí tuvo lugar una escenificación, con el ángel quitando el velo a la madre de Jesús y avisándole de la resurrección de su hijo.
Tal y como marca la tradición, la pequeña Ana se introdujo en el globo de color azul y blanco que, por medio de un sistema de poleas se colocó en el medio de la plaza. Unos segundos después el globo se abrió y la niña descendió hasta la Virgen para retirar el manto negro que portaba, logrando así su reencuentro con Cristo Resucitado. Después, con la ayuda de los cofrades, el ángel tocó tierra y presidió la procesión que recorrió las calles de la villa, para volver después a la parroquia. El acto contó con la asistencia de la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, acompañada por el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente.