Durante la madrugada del pasado 06 de Mayo, agentes de la Policía Nacional de Miranda de Ebro que patrullaban por el Polígono de las Californias procedieron a identificar a los ocupantes de un vehículo que se encontraba estacionado y con 2 varones en su interior, que se mostraron en todo momento nerviosos e inquietos, lo que levantó las sospechas de los agentes.
Al proceder a la identificación, los policías se percataron de que habían visto a los individuos horas antes en el exterior de un bar de copas de la ciudad mirandesa en el que existen sospechas de que se lleva a cabo la venta de drogas al menudeo, y que estaba siendo objeto de vigilancia policial desde hace meses.
Por ello los agentes decidieron realizar un registro a fondo del vehículo, localizando en su interior diversas dosis de distintas sustancias estupefacientes en estado sólido y líquido, varios útiles para su consumo y venta, tales como una pipa, jeringuillas y numerosos botes de cristal de pequeño tamaño.
En ese momento se procedió a la detención de ambos varones por un delito contra la salud pública. Una vez en Comisaría los investigadores solicitaron a la Autoridad Judicial un mandamiento para la entrada y registro del domicilio de los sospechosos que se encontraba en la localidad riojana de Villamediana de Iregua.
Una vez autorizado el registro domiciliario por el Juzgado de Instrucción de Guardia, los agentes de la Comisaría Mirandesa procedieron al mismo, localizando lo que sin ningún género de dudas se trataba de un laboratorio en el que producir, cortar y distribuir distintos tipos de sustancia estupefaciente.
Las drogas intervenidas se corresponden en su mayoría al grupo de las metanfetaminas, algunas de ellas de novedosa creación, siendo estas MDMA – Éxtasis, Speed, GHB - Éxtasis Líquido, GBL, Mefedrona y medicamentos para favorecer la potencia sexual.
Algunas de estas sustancias poseen efectos hipnóticos y sedantes, y una vez consumidas no dejan rastro en el organismo, por lo que son empleadas frecuentemente por agresores sexuales que las suministran a las víctimas sin que estas se percaten disolviéndolas en sus bebidas.
La cantidad a la que asciende el alijo se corresponde a 145 gramos de sustancia sólida y 33.7 litros la sustancia liquida, por lo que se estima que podría alcanzar en el mercado ilícito un valor que podría superar los 500.000 euros.