Agentes de la Comisaría Provincial de Burgos detuvieron a un varón, de 23 años de edad, como presunto autor de un delito de daños, causados en una máquina expendedora de comida rápida situada en una calle del centro de Burgos, en la que se ubican numerosos establecimientos de hostelería, según informaron hoy fuentes de la Subdelegación del Gobierno.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del fin de semana y fueron captados por la cámara de videovigilancia que el propio recinto tiene instalada. El joven se encontraba acompañado de otros dos amigos y, tras realizar un pedido de pizzas, comenzó a golpear repetidamente la pantalla. Resulta curioso que el presunto autor, después de realizar el pago correspondiente mediante tarjeta, continuara lanzando patadas al terminal de venta para, a continuación, hacer lo propio con la cámara de seguridad, que también golpeó y posteriormente arrancó.
De hecho fue él el único causante de los daños, puesto que sus dos acompañantes permanecieron inmóviles. El dueño presentó denuncia en la Comisaría Provincial y manifestó que, cuando se acercaba a su establecimiento, los jóvenes habían salido corriendo al verse sorprendidos, comprobando a continuación los daños que presentaba el recinto, que valoró en 500 euros. Los investigadores no tardaron en identificar y proceder a la detención del presunto autor, que no contaba con antecedentes, por un delito de daños.