Bien decía Juan Donoso Cortés que en el pasado está la historia del futuro. Algo parecido comentó Analote France, quien espetó que solo con el pasado se forma el porvenir. Pues ese es el caso de Castrillo Mota de Judíos, un pequeño municipio burgalés de unos 50 habitantes, que en 2015 recuperó su pasado judío tras el cambio de denominación de su nombre, pasando de Castrillo Matajudíos al topónimo anteriormente mencionado, para poder seguir escribiendo el futuro.
Hay múltiples motivos por los que se decide dar paso a cambiar algo tan único como es el nombre de un pueblo. Algunos son por simples grafías, ya sea por errores históricos o concepciones mal interpretadas, como es el caso reciente de Santa María Ribarredonda, que eliminó la 'v' de su nombre para colocar una 'b'. Otros lo hacen por el sentir común de los vecinos. También les hay que se enfrentan a la Ley de Memoria Democrática, como ocurre con tres de Castilla y León.
[El pueblo de Burgos que cambia su nombre porque todo el mundo lo escribe con 'b']
Castrillo Mota de Judíos, en el afán de querer recuperar, ensalzar y valorar su pasado, lo que nunca sabía es que iba a conseguir lo que está consiguiendo: liderar la lucha contra el antisemitismo en Europa. Desde el origen de este pueblo burgalés, la comunidad judía tuvo gran presencia en sus calles, negocios y demás vida de la sociedad del día a día.
En el 1035 los judíos fueron expulsados del municipio, aunque de una manera ordenada, además de matar a 60 de ellos, tal y como relata el alcalde de Castrillo, Lorenzo Rodríguez, a este periódico. Esto les llevó a formar en la Mota, una pequeña colina que se levanta a las afueras del lugar y dentro del Camino de Santiago, su pequeño poblado.
Castrillo siempre tuvo como apellidos Mota de Judíos o similares, pero en 1634 la familia de Antonio de Cabezón, un ilustre músico nacido en este municipio, decidió dar el paso a cambiarlo a Matajudíos, debido a la "presión" que existía en la época, según explica el regidor.
Desde entonces, esta "losa" ha ido acompañando al municipio a lo largo de los años, hasta tal punto que no fue incluido dentro de los registros del Camino de Santiago por el fuerte carácter antisemita del nombre. En 1964 hubo un primer intento de eliminar este apellido ahora fuera de lugar y ofensivo. Incluso se aprobó en el Consejo de Ministros del régimen franquista, en el que estaba Manuel Fraga, que pasase a denominarse Castrillo de Cabezón.
Esto se debió a la celebración del cuarto centenario de la muerte de Antonio de Cabezón, para lo que mandaron invitaciones a Francia e Italia y era impropio enviarlas con el nombre que por aquel entonces presidía. Sin embargo, tras ello no se iniciaron los trámites correspondientes y tras el acto Castrillo volvió a recuperar el Matajudíos en su denominación.
Ya en pleno siglo XXI, el equipo de Gobierno Municipal apostó por recuperar su pasado judío, sobre el cual se muestran "orgullosos" en el pueblo, sin darle una concepción política al hecho. El pueblo fue empujado en 2014 a hacer efectivo este cambio, tanto por el convencimiento propio de los habitantes, como por las críticas de la sociedad referidas a su antiguo nombre.
Cambio de nombre y ataques del movimiento neonazi
En 2015 se hizo efectivo y Castrillo Matajudíos pasó a denominarse Castrillo Mota de Judíos. Sin embargo, esto levantó una polvareda entre el movimiento neonazi, que situó la diana de sus ataques antisemitas en este pueblo de 50 habitantes. Pintadas con claros mensajes de odio en el Ayuntamiento y el Centro Sefardí de la localidad, hasta incendios en contenedores.
Unos hechos que han dado "más razón" para fortalecer el movimiento de lucha contra el antisemitismo en Castrillo Mota de Judíos. "Esta gente no entiende que nunca hemos querido mezclar la política y ha venido equivocando la política de los judíos con Israel y Palestina", recalca Lorenzo, al tiempo que insiste en que la intención de los vecinos y el pueblo es "recuperar su pasado". "No cometemos ningún error, no pasa nada por reconocer que fue la Historia y es muy bonita", insiste.
Centro Sefardí y referente en Europa
En noviembre de 2022 abrió las puertas al mundo el Centro Sefardí, un inmueble que ha sido objeto de los ataques y que es el punto neurálgico del pasado judío del municipio. "Tenemos exposiciones con Israel, Polonia, Auschwitz y Austria", relata el regidor.
Una apuesta decidida por dar a conocer a la comunidad judía que ha situado a Castrillo Mota de Judíos a la cabeza de Europa en la lucha contra el antisemitismo. Tanto es así que sus relaciones con este mundo se extienden por Venezuela, Estados Unidos, Austria, Alemania, Polonia, Israel, donde tienen un hermanamiento con un pueblo, y Panamá.
Precisamente, dentro de ese liderazgo en el continente, el Premio Principal Simon-Weinsenthal 2022 reconocerá este domingo, 12 de marzo, entre cuatro finalistas en los que está Castrillo Mota de Judíos, de más de 260 proyectos presentados, al municipio más involucrado con la lucha contra el antisemitismo. "Solo con estar en esa final es importante", destaca el regidor.
El mensaje que se quiere trasladar desde Castrillo Mota de Judíos
Lorenzo Rodríguez deja claro que la gente "no debe tener miedo a recuperar su pasado", al tiempo que pide que se "deje vivir" a todo el mundo. "No hay que tener miedo de donde viene uno y sobre todo se tiene que respetar", afirma con rotundidad.
De la misma manera, el alcalde denuncia que en Castrillo Mota de Judíos ha habido embajadores de Israel y "ha venido gente a insultarles". "Les hemos dejado un espacio público por la democracia y la libertad que debe haber", explica, ya que cabe recordar que en el pueblo hay plantado un árbol por la embajada israelí en honor al trabajo que hacen en defensa de la lucha contra el antisemitismo. "Pedimos eso: hermandad y sobre todo respeto a los demás", sentencia el regidor.
Ya van ocho años desde que emprendieron el camino, y aunque sabían que tenían que "ir despacio", no se esperaban que iba a ir con "este paso tan ligero". Sin embargo, Castrillo Mota de Judíos no ha cesado en su objetivo de volver a recordar su pasado judío y luce con orgullo todo él, además de haberse convertido en un líder en Europa en la lucha contra las corrientes antisemitas.
Esta es la historia del pueblo que cambió su nombre para recuperar su pasado judío y liderar la lucha contra el antisemitismo en Europa. A buen seguro, Lorenzo Rodríguez y todos los vecinos estarán encantados de dar a conocer más profundamente todo esto a quien decida visitarlos.