Una gasolinera ubicada en la N-620, en la tranquila localidad burgalesa de Villagonzalo Pedernales, se ha convertido esta madrugada en escenario de lo que podría parecer una película de acción. Pero una vez más, la realidad supera la ficción. Los trabajadores de esta gasolinera, ubicada muy próxima al conocido Hotel Rey Arturo, no salían de su asombro al presenciar sobre las 4 horas de la madrugada una persecución policial y un tiroteo, que terminaba con un hombre abatido. Un altercado que vivieron con gran nerviosismo y sorpresa, como reconocen, porque “un tiroteo no se ve todos los días”, aseguran los trabajadores de la gasolinera en declaraciones a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León.
No obstante, los trabajadores del turno de noche solo vieron cómo la Guardia Civil perseguía a una persona y a partir de ahí no se enteraron de nada más. “Lo que sabemos es porque lo hemos visto en los medios, no nos han dicho nada más”, explican. Los trabajadores del turno de mañana cuando han llegado a la gasolinera se han alarmado al encontrarse todo “lleno de policías” y posteriormente de medios de comunicación, pero el trabajo ha continuado con normalidad. “Qué remedio, si no no nos pagan”, bromeaba uno de ellos que se asombraba del “lío” que se había montado en la gasolinera.
Tras una noche de terror sin más información, hoy ya han podido enterarse de que el hombre abatido era un policía de 46 años que había robado una pistola y se había dado a la fuga en A Coruña. La Guardia Civil de Burgos ya había recibido un aviso de que esta persona armada se dirigía a Burgos y se puso en marcha un dispositivo para interceptarlo a su llegada a Burgos, pero cuando le dieron el alto disparó sobre ellos. Prosiguió su marcha y fue en esa estación de servicio de Villagonzalo Pedernales donde se refugió. Allí, tras ser alcanzado por los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, disparó contra ellos al intentar detenerlo, hasta que lo abatieron a tiros.
El policía fallecido se encontraba inmerso en una investigación de Asuntos Internos por la que se le había retirado el arma. Además, estaba de baja psicológica y desde el pasado martes, 18 de abril, había pasado a segunda actividad por insuficiencia de aptitudes psicofísicas. Fue en la mañana de ayer cuando se personó en la comisaría gallega en la que estaba destinado para realizar un trámite administrativo en relación con su situación laboral. Allí se dirigió a los vestuarios donde tiene su taquilla, y fue cuando aprovechó para sustraer el arma de otro policía forzando el armario donde estaba guardada.
Al percatarse este agente de la sustracción de su pistola se puso en marcha un amplio dispositivo para su localización, ya que se tenía la certeza de que el ahora fallecido era el responsable del robo y que había huido por carretera en un vehículo. Sin duda, un rocambolesco suceso con un trágico final.