Con la ebullición de la primavera, el mes de mayo es tradicionalmente la época ideal para deleitarse en la naturaleza y el aire libre. Y si a ello sumamos fechas importantes en el calendario, que nos recuerdan la importancia de su protección y su disfrute responsable, la necesidad de perderse entre paisajes increíbles, en compañía de fauna y flora silvestre, es imperiosa.
El 21 de mayo, la Red Natura 2000, que protege los espacios naturales de la Unión Europea, celebra su día internacional, y el 22 de mayo es el Día Internacional de la Diversidad Biológica. Ambas fechas ponen en valor la protección del medio ambiente y los tesoros que nos brinda y, siendo Burgos una provincia que aglutina 27 espacios naturales distinguidos como Zona de Especial Conservación (ZEC) y 11 zonas de Especial Interés para las Aves (ZEPA), qué mejor momento para marcar varias paradas indispensables en el mapa viajero para disfrutar esta primavera y siempre.
Un destino lleno de tesoros naturales inesperados que sorprenden y atrapan al viajero
Tanto para amantes de la naturaleza y los ejercicios más básicos en su disfrute, como la exaltación de los sentidos, cerrar los ojos y escuchar el correr del agua, el cantar de los pájaros o el siseo de las hojas. Como para quienes gustan de largos paseos senderistas o, subiendo en intensidad, aman la escalada o la BTT, la provincia de Burgos es el destino ideal donde perderse y lanzarse en la búsqueda -y hallazgo sencillo- de lugares increíbles. Y es que no hace falta perderse mucho para encontrar pequeños paraísos naturales.
Y muy especialmente en primavera, cuando la naturaleza bulle aún más si cabe en la provincia de Burgos y dibuja estampas aún más increíbles. Con una paleta de verdes ricos en matices que la imaginación nunca podría pintar, enmarcados por caprichosas formaciones kársticas coloreadas en todas las gamas de ocres y marrones posibles, surgidas con el fluir de ríos y caídas de agua. Paisajes inesperados que se abren bajo la atenta mirada de águilas y buitres en vuelos altos y, a menudo, bajos, para disfrute de los amantes del birdwatching. ¿Puede haber invitación más inspiradora para celebrar la naturaleza?
Hoy marcamos en el mapa viajero siete destinos imprescindibles en la provincia de Burgos en los que recrearse en la compañía de la naturaleza en la mayor extensión de la palabra: cinco Parques Naturales y dos Monumentos Naturales de excepcional belleza, que superarán todos los deseos de aire libre y de desconexión. Recarga personal de baterías garantizada.
Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón
Situado al noroeste de la provincia de Burgos, los cursos fluviales de Ebro y Rudrón marcan la orografía de un enclave singular y pintan una postal de inusitada belleza: un gran cañón, entre grandes cortados, salpicados de cuevas y formaciones kársticas. Para verlo, la mejor ubicación es el mirador de Pesquera de Ebro, parada fundamental en esta área.
En su recorrido, los ríos dibujan ubicaciones tan increíbles que casi parecen mágicas. Como la gran fuente de Orbaneja del Castillo, uno de los pueblos de postal más famosos de la Península por su excepcionalidad.
O el Pozo Azul, un manantial de agua cristalina en las cercanías de la localidad de Covanera, cuyas aguas coloridas en brillantes tonos verdi azules constituyen un pequeño paraíso escondido. El lugar es una joya para la espeleología subacuática, con un conjunto de cuevas cuya extensión conocida supera los 14 kilómetros y cuyo final aún no ha sido explorado. Para los no expertos, una ubicación sorprendente que invita al disfrute y, también, el baño.
Monumento Natural Ojo Guareña
Al norte de la provincia de Burgos se halla uno de los diez mayores complejos kársticos del mundo. Es un destino ideal para los amantes de la espeleología, quienes encontrarán en la Cueva Palomera un espectacular conjunto calizo-dolomítico del Cretácico Superior.
El complejo consta de 110 kilómetros de galerías, de las que solo se puede explorar una parte y siempre en compañía de un guía. Es una de esas experiencias que hay que vivir en primera persona. Para el espeleo-paseo no se exige gran fuerza física: solo ser mayor de 12 años y tener muchas ganas de adentrarse en la oscuridad, siempre en grupo, acompañados de profesionales y con todo el equipo necesario, para acceder a un mundo de historia y patrimonio natural que arroja mucha luz sobre lo que fue el mundo hace millones de años y los primeros pobladores de la Península.
Este lugar es una fuente inagotable de descubrimientos: santuarios prehistóricos, especies animales, muchas desconocidas, y un sinfín de hallazgos que no cesan.
Para todos los públicos y sin requisitos de edad, una de las visitas más llamativas del lugar es la Cueva-Ermita de San Bernabé, construida en el interior de la roca y cuya bóveda natural conserva pinturas del siglo XVIIII en las que es posible leer historias fundamentales sobre costumbres y tradiciones de este territorio vecino al País Vasco y Cantabria.
Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil
Al noreste de la provincia de Burgos se abre el Parque Natural Montes Obarenes - San Zadornil, donde las montañas se elevan por encima de los mil metros y se multiplican las hoces, los desfiladeros y las gargantas tallados por los ríos Ebro, Oca y Purón. Este territorio rico y diverso, a caballo entre los climas atlántico y mediterráneo, es el lugar ideal para airear cuerpo y mente y desconectar a base de experiencias outdoor y hallazgos bonitos de pueblos y rincones.
Los amantes de la aventura y del turismo activo disfrutarán al máximo, sea recorriendo los más de veinte senderos que vertebran el parque natural, sea desafiando la gravedad en la vía ferrata Miraveche – Silanes, sea explorando el Nueva York de los Bosques. Un lugar que, de nuevo, transciende los límites de la imaginación. Como si fuesen rascacielos, los pinos, los abetos, los tejos, las secuoyas, las hayas, las sabinas, los robles y otras especies forestales se alzan en la Metrópoli Verde, en este grandioso bosque de bosques que nunca duerme: siempre alguien vigila, sean ratones, búhos o lechuzas.
Y entre tanta riqueza paisajística, tesoros patrimoniales sorprendentes y pueblos para fotografiar una y otra vez: la bella localidad de Frías, la histórica villa medieval de Oña, la legendaria Santa Gadea del Cid o la cuna del castellano, Valpuesta.
Monumento Natural Monte Santiago
Cerca del límite de la provincia de Burgos con el País Vasco se esconde entre hayedos y crestas de caliza uno de los saltos de agua más impresionantes de Europa. Es el salto del Nervión, una cascada de más de 200 metros de altura que ofrece uno de los mayores espectáculos naturales de nuestro país, muestra de la frondosidad que tuvo el bosque atlántico en estas latitudes.
Con sus 222 metros de altura es el salto de agua más grande del territorio peninsular: un verdadero show natural que alcanza su punto álgido en épocas de deshielo. Y si bien alcanzarlo es el "premio gordo" para una exploración natural, aventurarse por los caminos que llevan a él es ya de por sí un regalo.
Parque Natural Cañón del Río Lobos
Cuevas, vistas espectaculares y hasta una ermita de la orden de los caballeros templarios. Este parque natural, enclavado entre las provincias de Burgos y Soria, sorprende por la belleza de su paisaje e invita a recorrer a pie sus senderos y a disfrutar de su abundante y variada flora y fauna, entre la que se pueden encontrar desde buitres y águilas reales, a corzos y gatos monteses.
La puerta de entrada a este paraíso se ubica en Hontoria del Pinar y allí arranca la ruta más popular para amantes del senderismo y la bicicleta de montaña. Es la PR-SOBU 65, que atraviesa el corazón de este espacio protegido para deleite máximo de todo su esplendor.
Más corta es la senda de Hontoria del Pinar, parte de cuyo recorrido atraviesa el territorio protegido y permite disfrutar del páramo, la vegetación de ribera y los cortados, hogar de numerosas aves rupícolas. Además, es posible descubrir las huellas que el ser humano ha dejado a lo largo de la historia: un chozo resinero, restos de la calzada romana, un puente de planta romana o la ermita románica de San Juan son algunos de los testimonios de un valioso pasado para el recuerdo.
Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla
Las aves rapaces sobrevuelan este imponente paisaje que combina vastas extensiones de bosque de sabinares con un inusual relieve rocoso que invita a adentrarse en el desfiladero de la Yecla. Se trata de una profunda garganta, por donde pasear se convierte en una emocionante actividad también apta para niños, ya que se puede recorrer a través de varias pasarelas. Aquí no solo se siente, también palpa la grandiosidad de la naturaleza, su poder y sobrecogedora imponencia.
Estamos en el corazón del recientemente declarado Parque Natural Sabinares del Arlanza - La Yecla, un paraíso lleno de auténticos tesoros naturales que bien merecen ser descubiertos. Este desfiladero, que le da nombre, pero también el valle medio del Arlanza, donde la naturaleza privilegiada ha dado vida a una tradición vitivinícola que se remonta al siglo X, las Peñas de Cervera, el cañón del Mataviejas, la meseta de Carazo, el monte Gayubar o la sierra de Las Mamblas. Aquí los senderos naturales se multiplican para recorrer territorios de impresionante belleza y alcanzar pueblos típicamente castellanos. Como la villa de Covarrubias, que como si de una recreación de película se tratase, sumerge al viajero en la Edad Media, de la mano de sus soportales y casas rachelas. O el monasterio de Santo Domingo de Silos, con su claustro y sus famosos cantos gregorianos, un icono del patrimonio cultural mundial surgido al cobijo de estas espectaculares tierras.
Parque Natural Lagunas Glaciares de Neila
En el sureste de la provincia de Burgos, entre paisajes de alta montaña y pastos, emergen unas lagunas de origen glaciar que son el hábitat de anfibios, peces, nutrias y especies de aves como el martín pescador o el mirlo acuático.
Este increíble paisaje se abre entre picos que sobrepasan los 2.000 metros de altura, dibujando un marco tan abrupto como sorprendente y sobrecogedor para un tesoro único: las lagunas glaciares de Negra, Cascada, Tejera, Larga, Pardilla, Patos o Brava.
La puerta de entrada a este parque natural es precisamente Neila, un pequeño pueblo de tradición ganadera, rodeado de prados y montañas, donde pastan vacas, ovejas y caballos, mientras, las cabras ocupan las zonas más altas. Una imagen bucólica, especialmente en primavera.
Un paraíso de 6.860 hectáreas de belleza natural con una maravillosa peculiaridad: su singularidad geomorfológica, debido a sus formaciones de origen glaciar, causantes de su gran biodiversidad de flora y fauna. Un maravilloso lugar para respirar, huir, desconectar y volver a conectar, con numerosas opciones de rutas de senderismo para todos los niveles y edades.
Geoturismo, patrimonio y playas
Además de estos sorprendentes enclaves, la provincia de Burgos comparte con territorios colindantes otros lugares de gran belleza natural, como son el Geoparque de Las Loras (Reserva Geológica por la UNESCO desde 2017), situado entre el noroeste burgalés y el noreste palentino y distinguido por su diversidad biológica y su patrimonio cultural; y el Embalse del Ebro, declarado como Reserva Nacional de Aves Acuáticas, que alcanza al sur Cantabria, donde además de poder practicar deportes de agua, este pequeño mar fluvial tiene hasta una playa de arena.
Para conocer con más detalles estos entornos naturales, los puntos de información Casas del Parque ofrecen a los visitantes la información necesaria sobre los principales recorridos y lugares a descubrir de estos espacios.