Un lugar único: la ciudad más pequeña del mundo tiene una de las fiestas más antiguas de España

Es la ciudad más pequeña de España y también del mundo. Tiene menos de 300 habitantes y un aspecto que conquista a todo el que acude allí. Cuando te adentras, parece que estás en una aldea de cuento de hadas, con un castillo elevado al estilo de Disney. Quizá te estés preguntando por su nombre y ubicación. Pues se trata de Frías y se encuentra en Burgos. 

Calles empedradas libres de tráfico, soportales de madera, casas blasonadas y un imponente puente medieval son algunas de las señas de identidad. Los vecinos de Frías disfrutaban desde 1202 de un fuero real. Lucharon para defender sus privilegios y protagonizaron una heroica revuelta popular que, tras ocho siglos, se sigue recordando con una singular figura de fiesta a finales de junio, que coincide con San Juan.

Una noche en la que las hogueras se convierten en las protagonistas de la noche, y donde todo el mundo se prepara para quemar aquello que no quiere o pedir deseos bajo las estrellas. Sin embargo, al norte de la provincia de Burgos se encargan de rescatar esa antigua batalla y homenajear a su "Gran Capitán". Un joven gallardo que en 1450 capitaneó a los vecinos de Frías contra las tropas del Conde de Haro para defender los fueros otorgados quince años antes por el rey Juan II de Castilla. 

De ese heroico levantamiento popular deriva el origen de la actual Fiesta del Capitán de Frías, una de las más antiguas de la cultura popular. Una cita que tendrá lugar el último fin de semana de junio en Frías, a una hora de Burgos y en medio de las espectaculares Merindades. Un destino perfecto para escapar de la rutina y respirar aire puro.  

Fiestas de Frías 

Las Fiestas del Capitán son un homenaje a aquel joven valiente que condujo el levantamiento de los vecinos. Cuenta la historia que se comenzaron a celebrar con rigor desde los mismos tiempos del acontecimiento, lo que hace de ellas una de las más antiguas de la cultura popular. Con ese valor simbólico y riqueza histórica y patrimonial llegan a nuestros días, siendo desde el año 2000 Fiestas de Interés Turístico Regional.

El día grande de la fiesta es el domingo más cercano al 24 de junio- en el caso de este 2023, será el 25-. Aunque los festejos y animación ya están desde el propio viernes.  

El sábado los bailes tradicionales de los danzadores son una constante. Es el preludio del acto principal de la fiesta: la elección de la figura del Capitán, que debe superar la prueba del revoloteo de la bandera entre todos los aspirantes. El domingo, día grande, los actos comienzan pronto, cuando aún no ha salido el sol: danzantes y gaiteros acompañados de la música y cohetes, recorren casa por casa todas las calles.

Después de la Misa del Capitán en la parroquia, el líder da otra vuelta por las calles de la ciudad, entre vivas, vítores y gritos tradicionales. "¡Chiquillos a las habas y las cerezas!", se escucha, en recuerdo del asedio, antecediendo a una estampida de pequeños que corren despavoridos hacia las huertas y fincas. Danzantes, músicos, caballos enjaezados, gentes ataviadas y público, mucho público, acompaña a la comitiva en su bajada hasta el puente medieval y vuelta de nuevo a la ciudad.

Por la tarde tiene lugar otro de los actos más solemnes y aplaudidos, que es la popular Jota de San Juan. Se hace cuando el Capitán sale en busca de la moza elegida como Capitana. Una última vuelta a la ciudad y el Capitán procede al reparto de rape entre los asistentes, en recuerdo del reparto de víveres en aquel verano de 1446.

Imagen de Frías Turismo Burgos