Desde la composición de los ayuntamientos el pasado 17 de junio formados por Partido Popular y Vox, todos los movimientos son seguidos al milímetro. Y más cuando se trata de denunciar hechos como la violencia machista. Pues bien, hoy el pleno del Ayuntamiento de Burgos, donde gobiernan por primera PP y Vox después de un acuerdo, ha comenzado con el tradicional minuto de silencio contra la violencia de machista. Sin embargo, el argumentario de la formación de Abascal ya manda en el consistorio burgalés y en este caso la pausa para la reflexión se ha hecho por la violencia familiar. Nada de violencia machista, una expresión que Vox niega.
Así es como ha arrancado este primer pleno donde la alcaldesa popular, Cristina Ayala, ha querido insistir que este término de expresiones no supone “negar la violencia que sufren las mujeres, sino extenderla a la que sufren también los niños y mayores en el ámbito familiar". Un argumento esgrimido también en los últimos meses desde la Junta de Castilla y león, donde también gobiernan en coalición PP y Vox.
Una situación que no ha gustado nada al exlcalde y portavoz socialista, Daniel de la Rosa, que ha lamentado que se haya realizado el cambio sin tratar el asunto en la Junta de Portavoces. "Meter en el mismo saco varios tipos de violencia no es adecuado", ha espetado, para reconocer que lo que ha ocurrido es que los cuatro concejales de Vox “han impuesto su criterio a los otros 23 ediles de la corporación".
Algo que no comparte Ayala, que ha recordado que extender esta violencia a otros ámbitos, no es algo que venga impuesto por Vox, porque el PP ya planteó esto mismo hace meses en la Mesa del Senado.
Día del Orgullo
Esta decisión se suma a la vivida esta semana cuando Cristina Ayala anunció que participará en la manifestación del Orgullo LGTBI pero no colocará la bandera en el Ayuntamiento. El equipo de Gobierno avanzó que este mandato se respetará la legislación vigente que prohíbe la colocación de insignias no oficiales en las construcciones de titularidad pública