La Guardia Civil de Burgos ha detenido, dentro del marco de la operación Mitmbur, a un joven de 23 años cuyas iniciales corresponden a M.F.A. por un presunto delito de estafa y a otro de 26, llamado A.R.L. por otro supuesto delito de estafa en grado de tentativa.
Los detenidos recurrieron al método Man in the Middle, el cual consiste en intervenir en la transmisión de datos entre dos partes que realizan una comunicación electrónica secuestrando y manipulando la información, de forma que los datos siempre pasan por él antes de ser enviados al contrario, para secuestrar un email, suplantar la identidad de la empresa emisora y cambiar el número de cuenta en una factura. Algo que les permitió hacerse, de manera fraudulenta, con el dinero transferido.
Los hechos ocurrieron el pasado mes de diciembre, cuando después de que una empresa contratase los servicios de otra, esta última le emitió por correo electrónico una factura por importe de 55.272 euros.
Esta fue rápidamente manipulada por los detenidos, por lo que en el momento de trasferir el dinero, la empresa contratante lo hizo al número de cuenta proporcionado por los estafadores.
Sin embargo, el hecho de que al momento recibiese un segundo correo electrónico de la misma compañía, aportando la misma factura, aunque con el número de cuenta cambiado, hizo que la parte contratante contrastase con la parte contraria lo que en estaba sucediendo en ese momento. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que todo había sido un fraude, pues los números de cuenta no correspondían y la empresa vendedora no había recibido cantidad alguna.
Por ello, la compañía damnificada presentó una denuncia que sirvió para iniciar una complicada investigación que ha concluido con la confirmación de la estafa, así como con la localización del dinero enviado en una segunda cuenta a la que había sido transferido, el cual, finalmente, ha logrado ser recuperado.
Además, durante las pesquisas policiales se pudo comprobar que la sociedad emisora había enviado un único mail y con una sola factura y que el número de cuenta proporcionado no correspondía con ninguno de los que figuraban en los correos electrónicos recibidos por la víctima. Se trataba, por tanto, de dos delitos, uno de estafa a la empresa contratante y otro de suplantación de identidad a la vendedora.
A su vez, el estudio de la huella digital dejado por los autores permitió su identificación, su localización y su detención en Valladolid y en Madrid.