Investigan a un expresidiario con 230 vídeos de su mujer e hijos en situaciones íntimas: tenía cámaras ocultas en su casa

La Guardia Civil de Burgos ha investigado, en el marco de la Operación SPYCAM, a IFL, un expresidiario de 50 años, como presunto autor de los delitos de tenencia de pornografía infantil y contra la intimidad. 

Fruto de esa investigación, los agentes encargados del caso han estudiado su móvil, encontrando 230 vídeos y 949 fotografías de cuatro personas que habían sido grabadas con cámaras ocultas en su propio domicilio en situaciones íntimas.  

Todo comenzó el pasado mes de marzo, cuando el investigado fue detenido junto a otra persona por un delito de tráfico de drogas al ser pillados en Pancorbo con 2.300 gramos de cocaína mientras circulaban en un coche, motivo por el que ambos ingresaron en el Centro Penitenciario de Burgos. 

Agentes de la Guardia Civil durante el registro efectuado en el domicilio del presunto autor de los hechos Guardia Civil

En su momento, la investigación también se centró en el estudio del móvil de IFL, donde pretendían localizar posibles vinculaciones con el tráfico de estupefacientes. Sin embargo, tal fue su sorpresa cuando encontraron varios vídeos y fotografías en las que aparecía una mujer y tres menores en situaciones íntimas. 

Dada la gravedad de estas grabaciones y que se trataba de un nuevo delito penal que nada tenía que ver con el delito de drogas por el que se le estaba investigando, los investigadores solicitaron una nueva autorización judicial para iniciar un análisis pormenorizado de ellas. 

Entonces, la Guardia Civil pudo descubrir que la mujer y los tres menores eran la esposa y los hijos de IFL, y que fueron grabados sin ellos saberlo en el dormitorio principal y en el baño de una misma vivienda a través de cámaras que el acusado ponía y quitaba a su gusto. 

Una de las cámaras con las que el expresidiario grababa a sus familiares Guardia Civil

De los 230 vídeos encontrados, 158 fueron realizados en el baño y 72 en el dormitorio principal, mientras que las fotografías se debían a capturas de dichas filmaciones. 

Los agentes iniciaron, por tanto, una nueva investigación que permitió practicar una entrada y registro a su domicilio, situado en la Comunidad de Madrid, comprobando así que, efectivamente, las grabaciones se habían realizado en su casa. 

Además, en el registro se hallaron una significativa cantidad y variedad de dispositivos informáticos y tecnológicos, dirigidos a la grabación y almacenamiento de imágenes, en concreto, un ordenador de sobremesa, un ordenador portátil, dos tablets, un disco duro externo, cuatro cámaras GOPRO, una webcam, dos drones con gafas virtuales, tres móviles y varios cd-rom, material que ha sido intervenido para su estudio y así poder confirmar o descartar la existencia de más víctimas o la distribución de las imágenes halladas en su teléfono móvil.