Un peruano afincado en Burgos, en situación irregular, ha sido condenado por la Audiencia Provincial a 21 años y medio de cárcel por agredir sexualmente y pegar a sus hijas menores de edad, de 10 y ocho años cuando sucedieron los hechos. El tribunal le ha impuesto la pena después de considerar constitutivos los hechos probados de dos delitos de agresión sexual a menor de 16 años con el agravante de parentesco. Una vez cumplidos tres años de cárcel por cada uno de los delitos, en total seis años, será expulsado del territorio español y tendrá prohibido regresar durante 20 años.
Los hechos probados reflejados en la sentencia, que es firme y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, señalan que durante un periodo de dos años, que va desde el 2020 a finales del 2021, el acusado, que estaba separado de la madre de las menores, recogía a sus hijas del colegio de lunes a viernes para llevarlas a su casa, donde vivía con los abuelos paternos de las víctimas, pero que durante las tardes no se encontraban en el domicilio.
Allí, el acusado, con ánimo libidinoso y con el objetivo de satisfacer sus deseos sexuales y en contra de la libertad de las menores, este las realizaba tocamientos y las obligaba a hacerle tocamientos, pegándolas cuando estas se negaban.
De manera casi diaria, la hija más mayor, de 10 años en el momento de los hechos, era sometida a tocamientos y, en ocasiones, la agarraba con fuerza, la manoseaba los pechos o le metía la mano por debajo del pantalón y le tocaba la vagina. Si esta se negaba, el padre le pegaba.
También le obligaba a ver películas porno junto a su hermana a la vez que les decía que eso es lo que haría con ellas. Por su parte, a la otra hija menor presenciaba los actos que su padre realizaba sobre su hermana y también recibió tocamientos por parte de su progenitor.
La mayor de las hermanas no contó los hechos antes por miedo, según reza la sentencia, pero en el momento que comenzó a presenciar estos mismos comportamientos sobre su hermana, esta acudía en su defensa y pegaba a su padre o intentaba apartarlo.
Finalmente, acabó trasladando los hechos su madre, que denunció los mismos el 1 de febrero de 2022. Además de la pena de prisión y la expulsión del territorio nacional, el condenado tendrá prohibido acercarse a sus hijas durante 15 años, perderá la patria potestad durante un periodo de 12 (6 por cada una de ellas), cumplirá 10 años de libertad vigilada y deberá pagar en concepto de daños morales 3.000 euros a cada una de ellas, 6.000 euros en total.