En Belorado, un pueblo burgalés en la falda de la sierra de la Demanda, al este de la provincia, se han visto sobresaltados por el cisma en el seno de la Iglesia Católica después de que las monjas clarisas, aguardadas en el Monasterio de Santa Clara, hayan roto con el Papa y se hayan adherido a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado por el entonces obispo de Bilbao, Mario Iceta, en 2019 y "obispo por la gracia de Dios y fundador de la Pía Unión de San Pablo Apóstol".
Un controvertido y polémico religioso que ha logrado arrastrar a las clarisas de Belorado dentro de un entramado inmobiliario de las monjas con el Vaticano por la compra-venta de unos inmuebles. Y es que todo este cisma se ha originado a raíz de la intención de las monjas clarisas de Belorado de vender el Monasterio de Derio (Bizkaia), de su propiedad y que permanece vacío, para comprar el de Orduña.
Sin embargo, en un comunicado enviado este pasado lunes 13 de mayo a través de aplicaciones de mensajería instantánea, saltaba todo por los aires, después de que las clarisas de Santa Clara de Belorado comunicaban entonces que abandonaban la Iglesia Católica y se situaban bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco.
Pero ¿quién es realmente Pablo de Rojas Sánchez-Franco, el 'obispo' que ha conseguido arrastrar a su doctrina a las clarisas de Belorado? Este controvertido religioso es el fundador de la llamada Pía Unión de San Pablo Apóstol. Una orden que considera que desde Pío XII, fallecido en 1958, no ha vuelto a haber ningún Papa y que, por tanto, desde entonces se vive un "periodo de desorientación" dentro de la doctrina católica.
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Los orígenes de la Pío Unión, siempre su propio relato en su página oficial, según la información recabada por este periódico, datan del año 2005, aunque no fue añadida al Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior hasta 2021.
En la propia página reconocen no ser una orden religiosa, según el "canon 707 del Código de Derecho Canónico de Pío-Benedictino de 1917, pero se autodefinen como una Pía Unión formada para conseguir "más fácilmente las obras de culto, caridad y piedad que han sido siempre aprobadas por la Iglesia".
"Nuestro fundador insiste mucho en la formación intelectual y espiritual de los jóvenes, para que poco a poco se vaya creando ese tejido social católico perdido, en medio de este caótico mundo, y el día de mañana tengamos santos y doctos sacerdotes, religiosos, consagrados, padres de familia numerosa, que tengan tantos hijos como Dios quiera, y todos ayuden a que la Santa Iglesia de Cristo y, junto con la Autoridad Legítima, hagan que Cristo reine en el mundo y en las almas", relatan en su presentación. Dicen tener una espiritualidad y forma de ser muy jesuística, según insiste su propio fundador Pablo de Rojas.
Una teoría que ahora abrazan las clarisas de Belorado después de que la disputa inmobiliaria con el Vaticano haya acabado por acercar a De Rojas a las mismas, que las ha convencido para salirse de la Iglesia Católica. Cabe recordar que en su carta, formada por más de 70 páginas y firmada por la madre abadesa de esta comunidad, Sor Isabel de la Trinidad, ya aventuraban que tras su anuncio las iban a tildar de "herejes, cismáticas, locas y cosas más calumniosas y desagradables".
Desde el arzobispado de Burgos, liderado ahora precisamente por Mario Iceta, quien excomulgó a De Rojas hace cinco años, han ofrecido un proceso de escucha y diálogo a las monjas clarisas de Belorado para tratar de reconducir la situación y revertir el cisma que se ha abierto.
Además, desde el propio arzobispado se duda que la decisión fuera unánime, ya que la carta remitida por vías de mensajería instantánea estaba únicamente rubricada por la madre abadesa, quien aseguraba que contaba con el respaldo de las 16 hermanas que conforman la comunidad. Igualmente, aseguraba en declaraciones recogidas por la agencia Ical que cuatro de ellas son hermanas de edad avanzada que "ahora no estarían en situación de poder elegir", según el delegado para la vida consagrada, Amadeo Alonso.
En el documento enviado por parte de las hermanas clarisas este pasado lunes, denunciaban ser víctimas de una "persecución que ha puesto palos de rueda a su comunidad en todos los frentes", sintiendo además estar "bloqueadas desde Roma" al no concederles la "licencia de venta del convento de Derio".
Es todo este conglomerado de situaciones lo que hace ahora que las clarisas de Belorado hayan abrazado al doctrina de Pablo de Rojas ante las negativas del Vaticano a dar luz verde al movimiento mobiliario que pretenden llevar a cabo. "Ahora han decidido que no nos permiten cumplir con los pagos del Monasterio de Orduña y nos rescinden el contrato de compraventa sin previo aviso”, añadían, a la vez que señalaban que "desmontar comunidades de línea tradicional y quedarse con sus inmuebles para venderlos" es un "modus operandi".