Las monjas de Belorado no admiten su posible excomunión y denominan "Latrocinio" Vaticano II al texto conciliar
Han enviado un burofax para ratificar su "unánime e irreversible" posición. Tenían que comparecer este viernes ante el Tribunal Eclesiástico por un delito de cisma
21 junio, 2024 15:00La rocambolesca historia de las monjas de Belorado vuelve este viernes a vivir un nuevo episodio. Era hasta hoy, precisamente, cuando las 10 religiosas del Monasterio de Santa Clara estaban llamadas a comparecer ante el Tribunal Eclesiástico para ser juzgadas de un presunto delito de cisma y por el que el Arzobispado de Burgos advirtió que podrían ser excomulgadas. "Cualquier pena o sanción canónica, impuesta por quienes no son obispos, ni válidos, ni legítimos, ni tienen poder sobre las almas, carecen de efectividad y son nulas e írritas", han zanjado en un contundente comunicado recordando el "manifiesto católico" que hizo explotar este entramado ahora hace más de un mes.
Resulta llamativo también como en su escrito hacen referencia al "Latrocinio Vaticano II", convirtiendo de esta forma la cita del concilio de 1962 en lo que el diccionario dice que es "acción propia de un ladrón o de quien defrauda a alguien gravemente".
Esta llamada ante el tribunal canónico, supone una oportunidad del Arzobispado de Burgos para que se retractasen de su decisión de abandonar la Iglesia Católica, aunque ellas matizan que lo que abandonan es la "iglesia conciliar", y abrazar las teorías del falso obispo excomulgado Pablo de Rojas, líder del movimiento de la Pía Unión de San Pablo Apóstol. Sin embargo, las religiosas de Belorado se han reafirmado en su escrito que su posición, y así lo han hecho a través de un burofax en vez de acudir a la comparecencia, es "unánime e irreversible".
Algo que hace prever que finalmente el Tribunal Eclesiástico opte, si no se presentan antes de las 23:59 de este viernes, por la excomunión de las monjas clarisas mientras éstas no reconocen dichas sanciones.
El escrito de las monjas clarisas llega después de haber considerado, entrecomillado por ellas también, la "mano tendida" del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, para comparecer, y nuevamente entrecomillado por ellas, ante el "tribunal eclesiástico" bajo la amenaza de excomunión en el caso de no retractarse de sus intenciones.
Por ello, han recordado que decidieron separarse de la "iglesia conciliar" de forma "libre y voluntariamente", negando así que fueran aducidas por el falso obispo De Rojas, quien no reconoce a ningún Papa desde que muriese Pío XII en 1958, considerado por su movimiento el último verdadero.
Han incidido en que el Tribunal Eclesiástico, "de cuya jurisdicción nos hemos separado", no tiene la capacidad de juzgar sobre ellas, así como el derecho a "imponer penas espirituales" como sería la "farsa de la excomunión".