Las 10 monjas cismáticas de Belorado excomulgadas por el Arzobispado de Burgos tendrán los "próximos días" para abandonar el Monasterio de Santa Clara antes de que se inicien los pertinentes "trámites legales" por parte de la Archidiócesis. Sin querer dar un plazo exacto, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha advertido de que la expulsión de la vida consagrada de estas religiosas hace que "carezcan de título legal" para permanecer en las instalaciones. A pesar de no querer hablar de días concretos, ha apuntado a los "primeros días de julio" dentro de este plazo prudencial.

De la misma forma, ha recalcado que las hermanas mayores siguen siendo la "prioridad" para el Arzobispado de Burgos, cinco de las 15 que permanecen en las instalaciones y tres que no están allí presencialmente, y que no se han unido al cisma de estas 10 religiosas ya excomulgadas. Igualmente, ha subrayado que la decisión que han tomado estas monjas rebeldes han podido comprobar que la han tomado "libremente" y por eso "se han marchado y no se las ha expulsado".

Iceta ha avanzado además que ha se han manifestado desde tres monasterios pertenecientes a la Federación de Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu para trasladarse hasta Belorado y dar asistencia eclesiástica a estas hermanas mayores que no están siendo atendidas en este sentido. Aunque existe "preocupación" por ellas, ha aclarado que a nivel "físico" sí que están siendo debidamente asistidas. 

También ha asegurado que todavía no se ha producido la entrega de las llaves que les había sido requerida ni de los libros de contabilidad para la "correcta gestión económica". En esta línea, ha anunciado que las cuentas corrientes intervenidas presentan saldos "pequeños e insuficientes", que no superan los 6.000 euros, por lo que será necesaria una inyección de liquidez por parte de otros monasterios de la federación para poder hacer frente a los pagos de las facturas.

No obstante, aunque ha reconocido que por el momento la información de la que disponen es todavía muy superficial, no han registrado "movimientos inusuales" en dichas cuentas, preguntado por si pudiera haberse producido algún tipo de transferencia previa que fuera anómala. 

Iceta también ha incidido en los numerosos intentos que han llevado a cabo desde la comunidad eclesiástica para "abrir un diálogo" con estas monjas cismáticas, siendo todos ellos infructuosos. Por ejemplo, ha desvelado que la semana pasada un obispo trató de contactar con ellas sin obtener resultado, mientras que una religiosa logró hacerlo vía Whatsapp, en un diálogo de una hora, pero "sin acercamientos". 

También ha criticado su "actitud" y ha recordado que él mismo fue denunciado ante la Policía Nacional de Logroño y posteriormente en los Juzgados de Burgos. "Es una actitud que evidentemente no expresa una voluntad de diálogo. Su interés queda centrado en las cuestiones patrimoniales", ha destacado.

En este sentido, ha recordado que las propiedades y los inmuebles son "bienes eclesiásticos" y esa es "su naturaleza". "Los estatutos de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu y las reglas monásticas ni siquiera recogen la posibilidad de alterar la naturaleza pública eclesiástica de los monasterios. No tienen capacidad de hacerlo, ni siquiera yo. La única instancia es con el consentimiento explícito de la Santa Sede", ha reiterado.

Para Iceta la única posibilidad es el "cumplimiento de la legalidad vigente" y ha señalado que la Iglesia Católica les "sigue esperando" con las "puertas abiertas". "Ojalá sean conscientes de la realidad y emprendan el camino de vuelta a casa. Las esperamos. Rezamos por ellas, pero la legalidad es la legalidad y eso nos ataña a todos", ha insistido.

Preguntado sobre los plazos que tienen las religiosas excomulgadas para abandonar el Monasterio de Santa Clara, Iceta ha reiterado que no está establecido y que se manejan en tiempos "prudenciales". "No queremos actuar de forma precipitada. Queremos ser respetuosos. Esperemos que ellas se den cuenta. Un plazo razonable puede ser... los primeros días de julio para que ellas recapaciten y lo piensen. Estaremos a la espera de que reaccionen. Se puede hacer de un modo tranquilo y sereno", ha recalcado una vez más, para sentenciar que tendrán paciencia, pero ésta "llega un momento que tiene que transformarse en acciones".

Respecto a la inyección de liquidez en las cuentas de la comunidad para el correcto funcionamiento de la misma, Iceta ha explicado que es "frecuente" que entre monasterios de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu se "presten", dado que se "ayudan en todo", tanto en lo "espiritual como en lo material". De igual manera, ha revelado que se encuentran "reconstruyendo" todos los movimientos y ahora mismo solo se conoce "el saldo de las cuentas".

"Lo está analizando un bufete laboral y fiscal, pero faltan muchos elementos para conocer. Hoy poco saldo. En los próximos días se transferirá porque llegamos a fin de mes y habrá cargos y pagos. Es un saldo muy, muy limitado. Los pagos que vengan de aquí a fin de mes pueden superar ese importe (6.000 euros)", ha insistido.

En esta línea, ha confirmado que todavía no tienen "capacidad para hacer una distinción" entre las hermanas que continúan adscritas a la vida consagrada y las cismáticas, por eso se están "pagando todos los suministros". "De momento se está pagando todo de modo global. No tenemos todavía esa capacidad de discriminar una cuestión con otra. Seguimos pagando como están para que nadie quede injustamente desprovisto", ha aclarado.

Respecto al proceder con José Ceacero, el falso sacerdote que fue barman, y Pablo De Rojas, el obispo excomulgado y fundador de la Pío Unión San Pablo Apóstol, que ya se han dejado ver por allí, Iceta ha señalado que los servicios jurídicos "actuarán" y con ellos será "diferente" porque tienen "otro estatus y responsabilidad". "Va a haber una diferencia grande entre las hermanas y estas dos personas", ha afirmado.

En cuanto a la apertura de un diálogo, Iceta se ha preguntado "qué es lo que se quiere dialogar" y ha incidido en qué si es sobre los inmuebles, "cúmplase la ley". "Estos inmuebles no son míos, son de los pobres. Lo hemos recibido de siglos de personas que han donado al monasterio", ha explicado. 

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