Comer en un restaurante Michelin es un gran placer para muchos. Y es que valorar la comida y disfrutar de ella es todo un don hoy en día. Algunos recorren los restaurantes más llamativos de la Comunidad, de su ciudad o pueblo, en busca del mejor. Y si de algo puede presumir Castilla y León es de tener una de las mejores gastronomías del país.
En muchas ocasiones, los pueblos guardan unos ricos y deliciosos secretos. Como es el caso de Miranda de Ebro, ubicado a unos 83 kilómetros de la capital, donde se encuentra uno de los mejores restaurantes de la región: La Vasca.
Un histórico establecimiento que abrió sus puertas en 1926 y ya va por la tercera generación. Se encuentra en un edificio del siglo XIX y cuenta con un comedor de línea clásica- actual a la que se accede tras subir unas escaleras donde se puede ir viendo las fotos históricas de la casa y se su fundadora, Ángela Bilbao, natural de Urduliz, un pequeño pueblo de Vizcaya. Posee una estrella Michelin y ha sido recomendado por la Guía Repsol.
Como curiosidad, en un principio su nombre fue 'La Vascongada', pero los habitantes lo bautizaron como 'La Vasca' porque siempre se decía: "Vamos donde la vasca". De un simple bar donde se reunían cuadrillas, todo cambió y empezaron a dar comidas donde no faltaban las angulas, truchas de río o la merluza a la cazuela.
Lo cierto es que este establecimiento sigue con ese toque especial, ofreciendo "comida de temporada" donde los comensales saborean "platos auténticos y llenos de aroma y tradición". La temporada de caza y setas es muy importante para ellos, dado que son ingredientes que utilizan con asiduidad en sus recetas ofreciendo una "explosión de sensaciones en cada bocado", siendo el guiso de boletus uno de sus platos más populares.
En cuanto a la temporada de caza, destacan distintos tipos de carne como perdiz o liebre. En La Vasca son especialistas en los guisos de caza donde combinan varias carnes con verduras y especias. Por su puesto, nunca pueden faltar los postres, que también son caseros y hay una gran variedad. Los fundadores destacan especialmente la leche frita casera, el flan o la tarta de queso.
Los precios son como en cualquier otro restaurante, independientemente de tener una estrella Michelin. Se puede disfrutar de la ensalada de bonito, tomate, cebolleta y piparras -muy del norte- por 12 euros; así como de, una de sus especialidades, lomo de bacalao confitado con guiso de sus callos por 18 euros.
Lo cierto es que también hay un menú de la casa disponible por 24,95 euros. Este incluye espárragos (D.O. Navarra) dos salsas, jamón ibérico de Guijuelo, chuletillas de cordero lechal con ensalada y, de postre, se puede elegir entre helado, piña, melocotón o flan. También incluye vino, agua o cerveza.
Los clientes no pueden más que ensalzar el local y su comida por la gran calidad que tiene. "Todo un descubrimiento, para repetir", afirman algunos y otros destacan algunos de sus manjares como son el pulpo con patata trufada, las chuletillas de cordero, el solomillo de ternera con salsa de hongos o las espectaculares gambas a la plancha.