Acuerdo histórico en Mansilla Mayor. Dos años llevaba el ayuntamiento de Mansilla Mayor proponiendo a la Junta Vecinal la cesión de las escuelas del pueblo para sacar el edificio de la ruina convirtiéndolo en un albergue municipal.

En el día de ayer, José Alberto Martínez Llorente, alcalde de Mansilla Mayor y Juan Carlos Presa, pedáneo de dicha localidad, ratificaban un acuerdo que tiene una duración de veinte años. En el documento se contempla un plazo de cinco años para poner en funcionamiento el albergue, si bien, queda condicionado a la obtención de financiación ya que la inversión prevista superará los 300.000€.

“Este buen acuerdo ha costado más de lo esperado pero lo más difícil comienza a partir de ahora: nos damos cinco años para lograr hacer el albergue, una tarea que va a requerir un grandísimo esfuerzo por parte de este equipo de gobierno.”, analizaba de este modo José Alberto Martínez, alcalde de Mansilla Mayor.

Por su parte, Juan Carlos Presa, ponía de manifiesto su satisfacción por colaborar con el consistorio y el hecho de que el edificio seguirá siendo propiedad de la Junta Vecinal una vez transcurra el plazo de cesión acordado ayer.

El Camino de Santiago Francés atraviesa este pequeño municipio que en los últimos años viene desarrollando un complejo plan para aprovecharse de su enorme potencial. A la reforma de la plaza de Villamoros, la recuperación de la Ruta de los Monasterios y el impulso dado a Sandoval se suma ahora la construcción del albergue. Además, su ubicación junto al Bar San Miguel, local por excelencia de la comarca, hará que ambos negocios se retroalimenten generando un verdadero polo de actividad económica en Mansilla Mayor. El albergue se beneficiará además de una parcela de más de dos mil metros que alquiló a bajo coste el propio ayuntamiento hace unos meses y donde se ubicará una nueva zona verde.

Un edificio singular



Las escuelas de Mansilla Mayor, fueron construidas en 1945 siguiendo el proyecto del arquitecto y presidente de la Diputación de León Ramón Cañas del Río. Para su construcción se contó con la colaboración vecinal que participó en las obras y financió mediante la venta de terrenos comunales. Actualmente el edificio, que se encuentra protegido por el Plan Especial de Protección de Camino de Santiago, se encuentra en un estado deplorable.