Cuando a Magdalena Brasas, en plena adolescencia, le preguntaban en los campamentos “¿qué te gustaría ser si volvieras a nacer?”, la respuesta le salía como un resorte de los labios; lo tenía claro. Si la Magdalena Brasas de 15 años volviera a nacer querría “ser una mujer”. Sin embargo, a la Magdalena Brasas de hoy, con 27 años, lo único que le gustaría ser si volviera a nacer es la persona que ahora es, informa Ical.
Magdalena Brasas nació en León y ha vivido gran parte de su vida en la capital, aunque los veranos los pasaba en el pueblo de su abuelo materno, Puente de Alba. Recuerda una infancia “sin ningún recuerdo infeliz o triste” y llena de fotos “en las que siempre tenía una sonrisa súper grande”. Una infancia en la que siempre jugó “tanto a fútbol con los amigos como a la comba con las amigas” y en la que su familia “nunca le dijo con qué tenía que jugar”.
Sin embargo, reconoce que siempre tuvo “la sensación de que no encajaba” en su rol, pero como “nunca” se había planteado que "eso podía cambiar", lo dejó pasar. Fue más adelante, llegada la adolescencia, cuando el “run run” llegó a su cabeza y “nunca dudaba” en que “si volviera a nacer sería una mujer” pero, una vez mas, “como seguía sin saber que eso se podía cambiar”, lo dejó pasar.
Fue con 19 años cuando Magdalena vio en la televisión un documental sobre la transexualidad. “Ahí fue cuando me dije ¡ah, que se puede!, porque era una opción que nunca me había planteado”, explica. A raíz de ver ese documental decidió buscar información en internet y, un año después, ya con 20 años, cuando “se había hecho ya una ley sobre la atención a personas transexuales en la sanidad pública”, se lo trasladó a sus padres y acudió al médico.
En la consulta, Magdalena le planteó su caso al doctor y fue “la primera persona que iba con el borrador de la ley en la mano”, por lo que “como no tenían ni idea de cómo funcionaba”, le pidieron que volviera en un mes. “Así estuve tres meses hasta que un día volví y les expliqué qué era lo que tenía que hacer, así que me mandaron a la psicóloga, a la que también le dije cómo era la ley y le di el contacto de la Asociación Triángulo de Valladolid, donde se pudo informar”.
A pesar del desconocimiento de la ley por parte de los doctores, Brasas siente que ha tenido “mucha suerte en todos los sentidos”, porque “hay gente que ha ido al médico y estos se han lavado las manos”. Sin embargo en su caso, a pesar de no saber cómo funcionaba, “lo agilizaron todo lo posible”.
Su primera consulta firme para el cambio se produjo en Valladolid, donde se citó con el endocrino, quien le remitió a las pruebas médicas y psicológicas “para comprobar que todo estaba bien” y comenzar el tratamiento.
Un año después de estar en tratamiento, Magdalena terminó la Universidad – estudió Biología en la Universidad de León – y se mudó a Barcelona para estudiar un Máster en Historia, donde vivió hasta que, con la llega de la pandemia, decidió regresar a León. Durante su estancia catalana, entró en contacto con la Asociación I-Vaginarium, que tiene el objetivo de que “las mujeres transexuales se ayuden entre ellas”.
‘Sedimentos’
¿Quién es Magdalena Brasas? Una de las seis protagonista de la ‘road movie’ ‘Sedimentos’, dirigida por Adrián Silvestre, que realizaron un viaje a la montaña central leonesa para, desde la localidad de Puente de Alba, "descubrir su paisaje interior", lo que les permite "entender todo aquello que las une como grupo, pero también lo que las diferencia". Un viaje en el que todas ellas "aprenden a convivir, contrastar ideas, reconciliarse y plantearse por qué son como son y qué es lo que forja su identidad", al tiempo que permite que el espectador "rompa con los prejuicios y las ideas preconcebidas sobre una mujer transexual".
Fue a través de la Asociación I-Vaginarium como Madgalena conoció a Adrián, que comenzó a ir a las sesiones de grupo y a relacionarse con las chicas. Tras un tiempo acudiendo, propuso hacer talleres de cine e interpretación hasta que ganó un premio por una película para poder hacer un cortometraje en una zona rural de Cataluña. En ese momento, por la cabeza Magdalena pasó la idea de hacerlo en su casa familiar de Puente de Alba, por lo que, con el dinero ahorrado en el alquiler de un lugar para todo el equipo, “el cortometraje pasó a ser un largometraje”.
Un largometraje, ‘Sedimentos’ en el que, para una de sus protagonistas, “se habla del pasado, del presente y del futuro de las mujeres transexuales” a través de “una historia que pone de manifiesto que son personas, diferentes entre ellas, pero también parecidas”.
Es por esto que si Magdalena decidió dar un paso adelante a raíz de ver un documental de televisión con 19 años, espera que ‘Sedimentos’, “si se da el caso de que haya alguien que nunca ha oído hablar de ello y lo ve”, puede servir “para animar a la gente a dar el paso y hacerlo, porque es posible”.
Magdalena recuerda su convivencia en Puente de Alba (León) como “muy divertida”, a pesar de que “también hubiera momentos de confrontación”. “Al final para nosotras fue como una semana de vacaciones en la montaña de León”, confiesa, al tiempo que resalta la “buena acogida” del rodaje por parte del pueblo, donde reconoce que la quieren mucho.
Además de Puente de Alba, ‘Sedimentos’ también recorre otros puntos de la montaña central leonesa, como la mina de Santa Lucía de Gordón, la cueva de Valporquero, las Hoces de Valdeteja o el Faedo de Ciñera de Gordón, entre otros.
Rodaje
El director de ‘Sedimentos’, Adrián Silvestre, define el rodaje como “un proceso muy bello y orgánico”, que se concibió como un viaje de las seis protagonistas en el que “pudieran ser ellas mismas y dejarse llevar sin tener que responder a las exigencias o necesidades de un rodaje cinematográfico al uso”.
“Lo único que tenían que hacer era lanzarse y desnudarse simbólicamente ante la pantalla”, explica Silvestre, quien reconoce que esto se consiguió “a partir de alcanzar la confianza”. Para ello, el equipo se reunió casi durante cinco años con una la Asociación I-Vaginarium de Barcelona hasta alcanzar una amistad que dio pie a “un pacto con mucha generosidad”.
“Ellas confiaban en mí y yo en ellas”, de forma que “no había que tener miedos porque, hiciésemos lo que hiciésemos, lo haríamos juntas, con cariño y con mucho respeto”, asegura, al tiempo que se muestra satisfecho del resultado “sencillo” de ‘Sedimentos’, donde “parece que la cámara no existe”.
Respecto a la elección de las cinco protagonistas de ‘Sedimentos’, entre las que se encuentra Magdalena Brasas, Adrián Silvestre contó con la colaboración de la Asociación, ya que fue ahí donde pidieron la colaboración de todas aquellas chicas que quisieran participar “detrás o delante de la cámara, contado su historia o compartiendo alguna experiencia”. Con el tiempo, finalmente no pudieron comprometerse todas las interesadas, por lo que fueron seis las protagonistas finales. Seis mujeres que son “las perfectas” porque “como personas, cada una representa algo diferente, porque no hay dos iguales” y que “son muy generosas y comprometidas al cien por cien con el proyecto”.
Para hacer la búsqueda interna de las seis mujeres protagonistas de ‘Sedimentos’, se decidió acudir a la montaña central leonesa, ya que según cuenta Silvestre, “conocer nuestros orígenes y quiénes somos es algo casi antropológico”. Para ello, Magdalena propuso acudir al pueblo de su familia y “enseñarles su mundo”.
‘Sedimentos’ lleva a sus espaldas una trayectoria de éxito y, tras pasar por el Festival de San Sebastián, hoy se proyectará en la Semana Internacional del Cine de Valladolid, Seminci, dentro de la sección Castilla y León de Largo. A esta proyección acudirá Adrián Silvestre, acompañado de Magdalena Brasas y de un autobús procedente de León con todas las personas que participaron en la ‘road movie’.