El diputado de Cultura, Arte y Patrimonio, Pablo López Presa, y la diputada de Derechos Sociales y Territorio Sostenible, Carolina López Arias, han visitado la localidad de Val de San Lorenzo (León) para conocer el plan de recuperación del histórico molino del Junquillo, uno de los más singulares de la zona. El proyecto que prevé su restauración ha sido uno de los 15 aprobados en la segunda edición del ‘Programa R (Recuperar-Regenerar-Reactivar)’, puesto en marcha por el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación provincial.
El presidente de la junta vecinal de Val de San Lorenzo, César Cuesta, y el arquitecto encargado del proyecto de restauración, Alejandro Cabeza Prieto, explicaron a ambos diputados que el inmueble cuenta con un gran valor histórico. Aparte de ser el molino más antiguo del pueblo, construido probablemente a mediados del siglo XVIII, y de que durante el XIX fue el único de linaza que existió en la comarca, se trata de un elemento único por su gran tamaño y por haber tenido usos muy diversos: fábrica de mantas, punto de entrada de luz y molino harinero, entre otros.
Es destacable su importancia etnográfica y cultural, ya que conserva en su ubicación original toda la maquinaria, compuesta por tres molinos; lo que lo convierte en el único del municipio con esta particularidad. Además, tal y como detalló el arquitecto, cuenta con dos cabrias o grúas y dos máquinas que complementarían el proceso de la elaboración de la harina: la aventadora y el cernedor.
La actividad del molino del Junquillo se extendió de manera ininterrumpida hasta hace unos 40 años con la jubilación del último molinero del Val, Lorenzo Cordero. Tras décadas de abandono y progresivo deterioro, en 2020 la junta vecinal decidió hacerse con su propiedad (incluyendo la ruinosa vivienda del molinero) e iniciar un proceso de restauración con el fin de que el molino no desapareciera y de que, en un futuro, pudiera abrirse al público. “En dicho proceso ha jugado un papel muy importante la Diputación de León a través del Instituto Leonés de Cultura, que en su convocatoria de 2020 concedió una subvención para restaurar arquitectura leonesa”, comentó el presidente de la junta vecinal.
Con esta y otras ayudas y aportaciones económicas, la localidad quiere convertir el molino del Junquillo en un espacio que explique tanto el proceso de la molienda del cereal y de la linaza, como una de las grandes claves de la comarca maragata: la emigración a otros lugares de España y también de América entre el siglo XVIII y mediados del XX. El molino, con capacidad para funcionar de nuevo, acogería el Centro de Interpretación de la Molienda, mientras que la vivienda del molinero sería sede del Museo de la Emigración. “La idea es generar un nuevo polo de atracción en la localidad que sirva para enriquecer y complementar la oferta cultural y turística que ofrece el Val de San Lorenzo, que tradicionalmente ha estado centrada principalmente en la industria textil”, amplió César Cuesta. “Con ello, aparte de servir a la comunidad local, se lograría atraer a nuevo público a los diferentes establecimientos turísticos y hoteleros del pueblo y municipios aledaños”, prosiguió.
A la consolidación y restauración del inmueble y a la puesta en valor de toda su maquinaria, se añadiría la recogida de piezas etnográficas y de testimonios materiales, orales, gráficos y documentales apropiados para la crear esos dos nuevos espacios museográficos. En concreto, la subvención aprobada por el ILC es de 69.179 euros para un presupuesto total de 184.024 euros.
El ‘Programa R: Recuperar-Regenerar-Reactivar’, lanzado el año pasado con un presupuesto de seis millones, está destinado a restaurar edificios históricos que sean propiedad de ayuntamientos, juntas vecinales y fundaciones de la provincia leonesa. Más adelante la Diputación lo reforzó con una edición suplementaria dotada con dos millones más, convirtiéndose así en la mayor partida destinada a la recuperación del patrimonio leonés por cualquier institución, recuerdan desde la entidad.