Son muchas las bodegas asentadas en Castilla y León, de ahí que no resulte nada extraño saber que la bodega subterránea más grande de España se encuentra en un pequeño pueblo de León, concretamente, en el municipio de San Adrián del Valle perteneciente a la comarca del Páramo Leonés.
Se trata de la bodega de Doña Rosa, de unos 6.000 metros cuadrados excavados a mano por más de 60 obreros. Y es que, tal y como se puede leer en la placa instaurada en su fachada, esta bodega familiar fue construida en 1918 por Baltasar Otero Blanco, el entonces médico del pueblo, ya fallecido.
Se dice que en su época de máxima producción salían 1.280.000 litros de Prieto Picudo al año y que contaba con una plantilla de 40 trabajadores que se veía notablemente incrementada en tiempos de campaña.
En conversaciones con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, José López Hernández, concejal del Ayuntamiento del pueblo, ha confesado que la bodega cerró sus puertas a mediados de los 60, después de que la plaga de filoxera empezase a atacar las viñas. Después, el doctor falleció, siendo su mujer, Rosa Rubio, quien la heredó: "Dejó de funcionar por problemas personales, pleitos y demás historias. Empezó a venir el regadío del pantano de Luna y el viñedo dejó de producir, entonces fue parando progresivamente", ha aclarado José.
La bodega en cuestión disponía de varias vagonetas que circulaban por los raíles distribuidos por toda la bodega, enormes cubas de roble americano, rectificadora de alcoholes, amplios depósitos y una viña de 200.000 cepas. Además, su producción diaria superaba la cifra de los 1.000 litros de vino.
Hoy se conserva intacta y, según el concejal, pertenece, desde hace aproximadamente dos años, a los nietos del doctor. Sin embargo, José ha querido aclarar que, aunque el dominio del negocio es particular, "el suelo es propiedad municipal porque es una costumbre que hay por la zona. En su día se estableció que el Ayuntamiento ponía el terreno y este después se fue distribuyendo".
Precisamente por esto, los herederos no podrían venderla, ni aunque quisieran, "solo cederla", aunque si bien es cierto que todo apunta a que tampoco tienen intención alguna de desprenderse de ella.
No obstante, sí que han dado su aprobación a que pueda ser visitada por todo aquel que esté interesado en verla y recorrerla, algo que se puede llevar a cabo gracias a la gran labor de Ángel, un vecino del pueblo: "Él se la enseña a cualquiera que la quiera ver, siempre está disponible por las mañanas y solo hay que contactar con él para quedar. La está enseñando constantemente, cuando hace bueno, casi todos lo fines de semana viene un montón de gente a verla", ha espetado José.
Sobre esta bodega subterránea también se ha llegado a decir que es la más grande de Europa, pero, según el concejal, "gente que sabe un poco del tema ha afirmado que hay una bodega en Estambul todavía más grande que esta".