Durante la madrugada del 8 de marzo se ha vivido una hora y media de tensión con el operativo ficticio de la Policía Nacional en el Hipermercado Carrefour de Ponferrada. En él se ha recreado un simulacro de un incidente Amok, que en malayo significa "atacar o matar con ira ciega".
Un simulacro que se ha llevado a cabo porque ante un incidente Amok es necesaria una actuación efectiva y rápida para neutralizar y frenar el ataque de los agresores o agresor que tienen por objeto causar el mayor número de víctimas posibles, de forma calculada y fría, en el menor tiempo posible.
Ante incidentes de esta naturaleza, el Cuerpo Nacional de Policía activa un protocolo antiterrorista con órdenes contundentes y claras de cómo actuar con los implicados, en el que cada segundo cuenta, puesto que los ataques son impredecibles y sorpresivos para evitar la llegada de Unidades Tácticas Especiales.
Prácticamente la totalidad de los policías nacionales han sido formados de forma específica ante estos incidentes como "primer interviniente" en estos sucesos cuyo origen puede estar en conflictos familiares, enfermos mentales, suicidas armados, terroristas y que en ocasiones acaban con el suicidio del autor o bien abatido.
El simulacro que se ha desarrollado en Ponferrada ha recreado un ataque a varios clientes en el interior de un establecimiento de la mano de dos personas que portaban armas largas, irrumpiendo violentamente en las instalaciones y sin motivación alguna, de manera inesperada y sorpresiva han abatido al vigilante de seguridad del centro comercial en el acceso. En el interior ha arremetido contra varias personas en los pasillos, causando lesiones de gravedad por disparos de arma larga a algunas de ellas.
En el operativo han participado todas las dotaciones Z del Grupo de Atención al Ciudadano para constatar la realidad de los hechos y comenzar con los trabajos para neutralizar los ataques, mientras llegaban los miembros del Grupo Operativo de Respuesta de la Comisaría.
Una vez situado los objetivos llegan las unidades GEO y GOES, requiriendo a los atacantes a que depongan su actitud, pero estos continúan atrincherados. Además, uno de ellos intentó huir tras deshacerse de una pequeña mochila que porta siendo cazado y neutralizado por las dotaciones que ya se encontraban en el recinto. Por su parte, el otro terrorista se hace con un rehén y se parapeta dentro de las instalaciones amenazando con volar por los aires si no le dejan salir.
En este punto se da paso al grupo Negociador de la Policía Nacional, que intenta entablar un mínimo diálogo con el agresor con el objetivo de que deponga su actitud. En caso de no conseguirlo los Grupos Especiales de Operaciones y GOES se posicionan para neutralizar al atacante, detenerle y liberar al rehén.
Una vez neutralizado el segundo agresor, los equipos TEDAX, acompañados de guías caninos, se aproximan al objetivo a identificar. Analizan la posible existencia de explosivos en la mochila abandonada, procediendo a su retirada y traslado, usando para ello el robot de desactivación. Una vez en zona de seguridad se procede a su neutralización y desactivación mediante una explosión controlada.