El jurado popular emitió en la noche de este viernes un veredicto unánime de culpabilidad sobre Ángel M.B., como autor del asesinato de la que fuera su casera, Conchi, a la que a la que asestó 52 puñaladas en el interior de su domicilio de León en 2020, cuando se cumplían las primeras semanas de confinamiento por COVID-19.
El tribunal popular considera probados todos los delitos objeto de acusación y su pronunciamiento fue unánime para todas las cuestiones planteadas en el objeto del veredicto. Además, determinan que existió alevosía en la ejecución del crimen, además de ensañamiento y que se produjo un robo con violencia de al menos 3.000 euros en el interior de la casa de la víctima. El jurado, respecto al atenuante de arrebato propuesto por la defensa, cree que no se produjo tal.
El fiscal reclama para el acusado una pena 23 años y medio de cárcel por el asesinato y cuatro años y medio por lo que califica como robo con violencia, respecto al dinero se llevó del domicilio de la fallecida.
Las acusaciones particulares, que representan a los hijos y a la pareja de la víctima, solicitan penas de 25 años por el asesinato y cinco más por el de robo con violencia. Además, en un caso se añade la petición de otro cuatro años de prisión por allanamiento de morada, con lo que la condena podría alcanzar los 34.
El crimen
La víctima recibió una veintena de puñaladas cuando aún estaba viva y el resto ya fallecida, infringidas con una navaja o cuchillo de al menos 2,5 centímetros de ancho y de longitud desconocida. El acusado fue detenido en febrero de 2022, tras comprobarse la coincidencia de su ADN con el de las muestras de sangre recogidas en el lugar de los hechos.
Entonces, reconoció haber apuñalado en dos ocasiones a la mujer, de 65 años, y dijo no recordar el resto. Sí relató que había perdido los nervios tras mantener previamente con ella una discusión, dado que según su relato, le habría amenazado “tirarle del piso” que le tenía alquilado.