Comer es, en sí mismo, toda una experiencia. Pero hacerlo en un lugar especial catapulta por completo nuestra percepción de la vivencia culinaria. Muchas veces nos encontramos en redes sociales a famosos cenando o comiendo en restaurantes bajo el agua o a muchos metros de altitud sobre el suelo. Aunque pensemos que este tipo de lugares puedan escaparse a nuestras posibilidades, ya sea por temas económicos o distancia física, lo cierto es que en Castilla y León también existen rincones que escapan a lo habitual.
Rincones que, con su especial encanto e inusual ubicación, nos teletransportan al máximo sentir culinario durante nuestra estancia. Viajamos hasta un pueblecito de León, de unos mil habitantes, en plena comarca del Páramo. Es en Valdevimbre donde se sitúa este restaurante, que su especial particularidad es que se encuentra dentro de una cueva.
Sí, dentro de una cueva, por extraño que parezca. Pero además, según explican en su página oficial, lejos de lo habitual, ya que para acceder a cualquier bodega lo normal es descender hasta la "entraña de la arcilla", en este caso se da una situación insólita, ya que se asciende.
Fue la primera cueva restaurante de Valdevimbre. Su origen se remonta al año 1979 más o menos, hace más de cuatro décadas. Fue entonces cuando la 'Cueva del Túnel', así se llama el restaurante, abrió sus puertas por primera vez. Era habitual entonces que amigos y familias se reunieran en bodegas particulares para merendar, tomar vino o hablar un rato.
Sin embargo, el 'Tío César' dio una vuelta de tuerca a toda esta idea y optó por abrir una "bodega restaurante para todos". "Sería una buena forma de atraer visitantes al pueblo", explican desde la 'Cueva del Túnel'. Y así fue, siendo a día de hoy todo un emblema de la hostelería de Valdevimbre.
Sus primeros pasos se dieron con una "carta modesta y humilde", pero "no menos deliciosa". Embutido, morcilla y la famosa tortilla guisada de su madre se convirtieron en todo un icono de este particular restaurante, que más de cuatro décadas después respeta la esencia del establecimiento que el 'Tío César' puso en marcha, aunque le han sumado la innovación de nuestros días.
"Jamás esta será una bodega normal", aseguran. Y es que en estos 41 años de recorrido han profundizado en la sustancia de la tierra leonesa, pero unido a un recorrido por los caminos del mundo y del sabor que llegan hasta aquí. Todo ello hasta conseguir una "cocina evolucionada y a la vez tan leal con el sabor, el amor y la calidad de las materias primas". "Los modos tradicionales en el fogón y en el mantel. Entendemos la cocina como cultura y los platos como placer", relatan.
Paté de berberechos, las famosas y sabrosas tortillas guisadas, las mejores carnes a la parrilla o el espléndido bacalao son algunas de los buques insignia de su carta. Por supuesto, el lechazo es otro de los platos estrella de su oferta. Tanto en su versión tradicional al horno como en chuletillas. O el rabo estofado. El bacalao, para los que prefieran pescado, lo sirven en dos versiones y todo esto lo acompañan con unos diversos y atractivos entrantes como el carpaccio de solomillo, los langostinos con salsa de curry o los puerros a la plancha con vinagreta de caramelo, entre otros.
En definitiva, según definen, esta carta es una fusión de la tradición familiar con la innovación de la segunda generación del restaurante. Todo ello bajo la premisa de disfrutar de la gastronomía de Valdevimbre.
Pero además de la carta, y como buena muestra de su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos, también tienen los ya tan aclamados por el público menús degustación. Disponen de dos opciones: 'menú degustación' y 'menú valle'.
Ambos están compuestos por carnes y pescados, además de entrantes variados y siempre finalizados con postres de repostería y una sobremesa que pondrá el punto final a esta experiencia culinaria tan especial. No se incluye, eso sí, la bebida.
La 'Cueva del Túnel' ofrece una amplia experiencia gastronómica que fusiona tradición y las nuevas vanguardias de un sector culinario que está en constante transformación. Pero nunca sin olvidar un pasado que sienta las bases del presente y del futuro. Y todo ello dentro de un enclave único como puede ser el de una cueva. Todo ello desde León, en nuestra Comunidad.