Las localidades bercianas de Tremor de Abajo y Almagarinos continúan confinadas por culpa del fuego debido a la gravedad del incendio forestal de Brañuelas (León), que sigue activo en nivel 2 del Infocal.
A pesar de los intensos esfuerzos de los equipos de extinción, la situación sigue siendo crítica, y los vecinos de ambas localidades permanecen en el interior de sus casas por indicación de las autoridades.
El jefe de servicio de Incendios de la Junta de Castilla y León, Ángel Sánchez, ha detallado la situación actual. En declaraciones recogidas por la agencia Ical, Sánchez explicó que las poblaciones de Tremor de Abajo y Almagarinos “siguen y seguirán confinadas” hasta que las condiciones del incendio permitan garantizar su seguridad.
Según el responsable, hay “medios suficientes del plan de prevención” operando en ambos municipios, con el valioso apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se ha desplazado hasta la zona para colaborar en las labores de control del fuego.
Una lucha contra el reloj
La noche ha sido clave en la contención del incendio. Los trabajos desarrollados durante horas han permitido frenar “la cabeza del fuego”, lo que evita su avance hacia áreas más pobladas o de difícil acceso.
Sin embargo, dos focos del incendio aún presentan actividad significativa. “Son zonas abruptas, con mucha pedregosidad y difíciles para que puedan acceder los medios”, explicó Sánchez, lo que complica las labores de extinción.
El terreno escarpado ha imposibilitado que se utilicen bulldozers, imprescindibles para controlar ciertas áreas del perímetro durante la noche. El trabajo en esas áreas será crucial durante el día, ya que representan una amenaza para el avance del incendio si no se logran contener a tiempo.
Se han desplegado relevos y medios aéreos y terrestres desde primeras horas de la mañana para enfrentar estas dificultades.
Un perímetro extenso
En total, se está trabajando en un perímetro de unos 10 kilómetros, donde los equipos de extinción luchan por estabilizar y confinar el incendio dentro de esos límites. Las condiciones climáticas desempeñan un papel ambiguo en esta lucha.
Por un lado, las temperaturas bajas y la humedad relativamente alta de la mañana ofrecen cierto respiro a los equipos, pero los vientos del noreste, con algunas rachas intensas, presentan un desafío adicional para el control del fuego.
El dispositivo de extinción sigue en máxima alerta, y el balance del día será clave para evaluar el futuro inmediato de los habitantes de Tremor de Abajo y Almagarinos. Mientras tanto, ambos pueblos, con sus calles vacías y el humo en el horizonte, aguardan expectantes a que las llamas se apacigüen y puedan volver a la normalidad.
Esperanza en la incertidumbre
A medida que avanzan las horas, la incertidumbre da paso a la esperanza. La coordinación entre los equipos de emergencia, la experiencia de los brigadistas y el apoyo de la UME ofrecen un atisbo de optimismo.
Sin embargo, la lucha continúa y las próximas horas serán cruciales para evitar que el incendio se expanda y para que las dos localidades bercianas puedan volver a respirar tranquilas. Mientras tanto, los habitantes, confinados en sus casas, solo pueden esperar, confiando en la pericia de los equipos de extinción.
La situación, aunque bajo control en algunas zonas, sigue siendo incierta, y todo dependerá de la evolución del incendio en las próximas horas. Lo que es seguro es que el trabajo incansable de los equipos de emergencia será determinante en la resolución de este desastre medioambiental.