David Herrero / ICAL
Todo listo y con destino a Polonia. Pañales, potitos, biberones, compresas, gasas, comida precocinada o productos de desinfección se agolpan en cajas llenas de ayuda básica y esencial recaudada en una recogida interna de la Policía Local de Palencia, gracias a la iniciativa solidaria puesta en marcha por Jesús, un agente en activo del cuerpo. “Las imágenes que llegan tras la invasión rusa de Ucrania y el drama que vive la población me produce impotencia y desesperación. Siento un vacío en el pecho sin poder hacer nada”.
Este sentimiento empático del funcionario sirvió para no seguir de brazos cruzados y organizar dicha recogida, ayudado por Félix, otro compañero, para así llenar una furgoneta cedida por carpintería San Millán, de Carrión de los Condes, y hacerlo llegar a los desplazados en Polonia a partir de este lunes.
Señala en declaraciones a la Agencia Ical, que no es algo que no hayan realizado otros, pero todo suma. Aunque, por temas de burocracia, se ha comenzado algo más tarde. Para dar lugar a este viaje humanitario, en el que Jesús verá con sus propios ojos la entrega al viajar en el vehículo, se puso en contacto con un representante del pueblo ucraniano en Palencia, con quien se ha conseguido enlaces en Varsovia.
Aun así, tuvo que cambiar de localización, porque se iba a acudir a un pueblo fronterizo, pero le informaron que estaban sobrepasados y ya había presencia de refugiados que en zonas más internas del país. Y es que, en la capital empieza a ser necesaria el abastecimiento, lugar al que se dirigirán finalmente, agrega.
Ayuda solidaria
Tras recibir asesoramiento legal y de las ONG con experiencia en este caso, además de recibir el visto bueno de la plana mayor de la Policía y de la Concejalía respectiva, comenzaron desde el martes con la acción.
Se decidió que dicha recogida no se abriera a la sociedad palentina en general, dado que el espacio de la furgoneta era reducido y se quería evitar que se quedaran donaciones sin poder enviarse. De ahí que haya estado dirigida a agentes en activo y jubilados, así como a sus familiares y trabajadores de la Comisaría.
Traslada que todo el mundo ha arrimado el hombro, con apoyos procedentes de diversos ámbitos. De esa manera, comenta que otros policías, al igual que la Asociación Internacional de Policía, han aportado una cuantía económica con la que se cubre prácticamente la totalidad del coste del combustible para realizar el viaje.
"Hay una hija de un compañero que hizo una cajita con juguetes y realizó un dibujo de apoyo para los niños refugiados. Algo muy emocionante, con lagrimones nada más verlo". No queda ahí la solidaridad, ya que otros agentes han cedido sus días para que Jesús no gaste sus respectivos de vacaciones.
“En un principio te quieres comer el mundo, quieres llevar medicamentos y regresar con varias personas ucranianas para mejorar su vida, aunque, a la hora de la verdad, no es tan fácil”, subraya Jesús.
Y es que, una abogada de una ONG les puso los pies en la tierra, porque el desplazamiento ucraniano a España es complicado, al igual que no se pueden transportar medicamentos de manera ordinaria, sino sólo artículos de parafarmacia. “No se puede ir a lo loco. Se debe tener organización y un plan de necesidades”.