La Guardia Civil de Palencia ha logrado desarticular una banda criminal y detener a 17 personas, así como a otras dos que están siendo investigadas por la operación denominada 'Sawtruck'. Esta organización se dedicaba a robar camiones por gran parte del territorio nacional, alcanzando el valor de los robos y los daños los 2.500.000 euros. Se les acusa de los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza en las cosas y receptación.
Los camiones fueron robados en las provincias de Palencia, León, Ávila, Madrid, Cantabria, Huesca, Zaragoza, Toledo, Lérida, Guadalajara, Jaén y Ciudad Real. Posteriormente, vendían la carga y los propios vehículos pesados. Dicha investigación se inició en el mes de marzo tras conocerse el robo de uno de los camiones en Villamediana, en Palencia.
Tras iniciar la operación, la Guardia Civil de Palencia pudo conocer con detalle el modus operandi y la estructura de la banda, donde han diferenciado dos grupos de trabajo. El primer de ellos se encarga del robo del camión en zonas frecuentadas por estos vehículos como áreas de servicio, polígonos industriales o zonas de descanso.
Para lograrlo rajaban la lona del semirremolque para comprobar la carga. Seguidamente, accedían a la cabeza tractora, donde inhabilitaban el sistema GPS para que la empresa no pudiera conocer la posición del camión y de esta forma poder llegar a Madrid sin riesgo de que les localizasen. Además, usaban un vehículo lanzadera para localizar posibles controles policiales en dicho trayecto. Una vez en la capital de España, aparcaban los camiones en algún polígono industrial cercano para vender la carga y el propio vehículo.
El segundo grupo, que en un principio actuaba de la misma forma que el primero, reorientó la actividad delictiva al robo exclusivo de la carga, puesto que disponían de un camión caja. Así podrían estacionar su vehículo cerca de los objetivos sin que levantasen sospechas.
Los dos grupos, tras efectuar los robos, se ponían en contacto con uno de los arrestados, de nacionalidad paraguaya, que era el encargado de exportar los vehículos a su país de origen mediante su empresa, mezclando vehículos de origen ilícito y lícito.
Para lograrlo desmontaban los camiones robados en una campa de los extrarradios de Madrid, trasportando después las piezas por contenedor desde el puerto de Valencia hasta Paraguay. Otro de los detenidos de nacionalidad china servía como intermediario para repartir la carga robada entre distintos negocios, gracias a su fluidez con el idioma castellano.
Dicha persona contaba con distintos compatriotas que tenían bazares o almacenes en la Comunidad de Madrid. Acordaban un precio por la mercancía que le traían los dos grupos anteriormente mencionados y se descargaba la misma.
En total se les imputan 26 delitos. No obstante, la investigación sigue abierta, ya que varios de los robos se produjeron fuera de la demarcación de la Guardia Civil, por lo que no se descartan nuevas detenciones. Durante el transcurso de la operación se han podido recuperar varios de los camiones, así como la mercancía que transportaban.