En la Montaña Palentina, concretamente en la Sierra de Híjar, se encuentra el que es considerado el municipio más antiguo de España: Brañosera. Se trata de una pequeña localidad de 252 habitantes que cuenta con la carta puebla otorgada más antigua del país y que le fue concedida en el año 824, cuando formaba parte del Reino de Asturias que estaba iniciando la Reconquista contra la invasión musulmana. De este modo, se creó el primer ayuntamiento de la historia de España.
Se trataba de una zona estratégica por su ubicación, al borde de la Cordillera Cantábrica, en el proceso de repoblación y expansión que había emprendido el Reino de Asturias en una Península Ibérica que se encontraba casi en su totalidad dominada por los árabes. La carta puebla otorgada concedía determinados privilegios a aquellos que se asentasen en el municipio, tratándose, por tanto, de que la población se asentase en esas tierras.
Un enclave de repoblación
La superpoblación de las tierras del Reino de Asturias, en las que se habían refugiado los cristianos de la Península tras la invasión musulmana del año 711, comenzó a provocar graves hambrunas que obligó a estos habitantes a trasladarse a otras zonas. De este modo, muchos cristianos comenzaron a dirigirse a Brañosera (Brannia-Osaria, tierra de brañas y osos).
El motivo de la entrega de la carta puebla otorgada por el entonces conde de Castilla, Munio Nuñez, fue el de organizar de forma coherente esa repoblación, concediendo derechos a las personas que allí se establecían. En concreto, les concedía el libre uso del valle, aunque estaban obligados a conceder al conde la mitad de la paga cobrada a los habitantes de villas cercanas que apacentasen a sus ganados en esos terrenos. A cambio, los habitantes del municipio se encontraban exentos de vigilancia militar.
El 13 de octubre de 824 se concede la primera carta puebla otorgada de España, el Fuero de Brañosera, que dio forma al germen de los actuales ayuntamientos, con una primera administración local que fue, a su vez, el origen de lo que conocemos como Castilla. En el año 860, el conde Rodrigo incorpora Brañosera al Condado de Castilla, una zona fronteriza que debía su nombre a la cantidad de fortalezas que cubrían sus límites, protegiendo al territorio de los invasores.
En el año 912 Gonzalo Fernández de Burgos, nieto de Munio Núñez, confirmó el Fuero de Brañosera y lo mismo hizo Fernán González, hijo del anterior, en el año 968, y, posteriormente, Sancho García en el 998.
El documento del Fuero de Brañosera se dio a conocer por primera vez en el año 1615, por parte del obispo benedictino Prudencio de Sandoval que se topó con él en un viejo pergamino del siglo XII, que se encontraba escrito en letra visigótica. El documento se encontró en el archivo del Monasterio de San Pedro de Arlanza, la institución monástica predilecta del conde castellano Fernán González.
Naturaleza y arquitectura medieval
El municipio de Brañosera, vinculado de forma irremediable a su vetusta historia, destaca a día de hoy por su arquitectura medieval y, especialmente, por la naturaleza que lo envuelve, en plena Sierra de Híjar. La localidad se encuentra rodeada de robledales y hayedos, atravesados por riachuelos y arroyos, que habitan animales como el oso pardo, el águila real o el urogallo.
En Brañosera, destacan sus casas de madera de roble y de piedra que fueron fabricadas con materiales procedentes de los bosques que rodean el municipio. Además, sobresalen edificios como el Ayuntamiento de Brañosera o iglesias románicas como la de San Miguel, Santa Eulalia, Valberzoso o Salcedillo, además del puente romano conocido como de Rojaldillo.
Este año se celebra una efeméride icónica, al cumplirse 1.200 años del Fuero de Brañosera, y en el Senado se celebró, el pasado 24 de mayo, un acto en recuerdo de este hito histórico. El documento que inició la historia municipal española en territorio palentino y castellano.