Es difícil poder presumir de tener un campeón de Europa y de España, pero Valladolid puede hacerlo, y lo hace gracias al taekwondista Óscar Campos Velasco. Nacido en 1978 en la capital del Pisuerga, este vallisoletano se ha hecho con el campeonato nacional de -58kg en taekwondo recientemente, certificando su legado por cuarta vez consecutiva, además de sumar entre su palmarés dos europeos de clubes, en 2018 y el pasado año. "Estar dentro del tapiz me hace sentirme como un niño en un parque de atracciones", subraya.
Un total de 11 regionales de categoría senior, un sinfín de interregionales, un bronce en la Expo de Corea, los cuatro nacionales consecutivos ya mencionados y los europeos de Marina Dor y Tallin. Un dilatado y amplio palmarés que hace de Óscar Campos toda una potencia del mundo del taekwondo y que coloca, de esta manera, a Valladolid en el mapa de las artes marciales. "El trabajo que está detrás tiene su recompensa. En este deporte o tienes mucho talento o necesitas currar mucho para llegar a lo más alto", recalca en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Ahora bien, Óscar no comenzó, precisamente, en el taekwondo, sino que lo hizo en su colegio con judo y kárate. "De niño veía muchas películas de artes marciales, sobre todo las de ninjas, que me encataban", recuerda el deportista. Sin embargo, al ser una persona "muy inquieta", acabó aburriéndose y desapuntándose.
Eso le dio la oportunidad de probar otros deportes como el fútbol o el baloncesto, pero "no acababan de llenarme", asevera. Fue en ese momento cuando apareció un amigo del colegio que hacía, justamente, taekwondo, y le invitó a que lo probara. "Así fue como se inició mi pasión por este deporte, fue amor a primera vista", añade el taekwondista.
Un amor a primera vista que se fraguó por la "espectacularidad" de este arte marcial. "Es muy dinámico, visual y, como he dicho, muy espectacular", reafirma el vallisoletano. Unas características que le llamaron "muchísimo la atención" y que le llevaron a buscar información en distintas revistas, llegando incluso a coleccionar recortes y noticias de todo tipo sobre este deporte.
Óscar fue avanzando en el taekwondo, a pesar de que no sea un deporte 'típico' en la cultura nacional, y lo sea más de las zonas de Asia. Para ello, el vallisoletano ha tenido dos ingredientes fundamentales para no frenar sus metas, como son el "sacrificio y la constancia", ya que con ellas, piensa, "se consiguen siempre los objetivos que no se marca".
De la misma manera, este vallisoletano de nacimiento tiene muy claro que España es "una potencia" en este deporte, y así lo demuestran las medallas en las olimpiadas que "siempre arañamos". "Aquí habrá unas 40.000 licencias de taekwondo, no está nada mal", pone en valor.
Aunque no viva de ello, Velasco prosigue con firmeza en su andadura deportiva. "Hay deportistas que viven de ello, pero claro, se puede con buenos recursos y buenos patrocinadores", reconoce. No obstante, nada parece hacer parar a este galardonado deportista, que a pesar de sacrificar parte de su patrimonio económico en la que es para él su pasión, no cesa en su objetivo de ir cumpliendo todas las metas que se pone.
Precisamente, este taekwondista se siente lleno de "felicidad" al ir viendo como los objetivos se van cumpliendo "sin apenas recursos económicos". "Soy feliz compitiendo, da igual si gano o si pierdo", recalca muy orgulloso.
El taekwondista vallisoletano no solo compite, sino que también imparte clases en el que es el equipo de su vida, el Club Taekwondo Valladolid. Allí, como todo en la vida, se encuentra cientos de casos, uno distinto al otro. Desde pequeños que se adentran en este arte marcial por iniciativa de los padres, hasta otros que lo hacen por convencimiento propio. A la pregunta sobre cuál es lo normal, Óscar reconoce que es una pregunta "difícil", ya que hay "de todo".
"Lo más habitual es que lo conocen y apuntan a sus hijos a la actividad. Muchos buscan específicamente este deporte y hacen el esfuerzo de desplazarse hasta donde sea", subraya el también profesor de taekwondo, al tiempo que remarca que a él lo que más le interesa y hace "con mucha pasión", es hacer que los niños disfruten y les apasione" tanto como a él. Además, una de las mayores alegrías para este deportista vallisoletano es que a la temporada siguiente "les vuelva a ver".
Unos de los grandes culpables de este éxito de Óscar Campos son su mujer, también taekwondista y su hijo, dos veces campeón de España en categoría precadete, que son los "pilares" que sin ellos "no hubiera seguido con esto". "Son la fuerza que me acompaña siempre en cada evento", puntualiza. También ha influido su "pasión" por la competición, así como sus alumnos, puesto que sin ellos "no hubiera tenido esta preparación para los grandes campeonatos".
También "tienen mucha culpa" sus amigos, que le dan "muchas fuerzas" para seguir "batalleando allá donde vaya". "En especial mi amigo Antonio Hijosa, ya que sin él no hubiera conocido este deporte", agradece.
Por último, la mención "más importante" se la debe a su maestro, Young Man Hong. "Gracias a sus enseñanzas aprendí a no rendirme frente a las adversidades, a luchar y a seguir luchando hasta conseguir la victoria", sentencia.