Una trabajadora del área de salud mental del centro sociosanitario Hermanas Hospitalarias de Palencia ha sido víctima de una agresión con un cuchillo de mantequilla, según ha denunciado la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que ha advertido de la "gravedad" de lo sucedido a la vez que exige a la dirección del centro que adopte medidas para "que no se vuelva a repetir otra agresión, que, aunque sin tener esta dimensión, se producen con cierta frecuencia".
El suceso ocurrió el lunes por la tarde en la zona del comedor, en el momento de la cena. El usuario agresor se levantó de la mesa y se dirigió hacia la trabajadora, clavándole el cuchillo de punta redondeada en la zona escapular del hombro, según han relatado desde CSIF.
La intervención de otros usuarios, que lograron inmovilizar al atacante, evitó una agresión "mucho más grave", aseguran, mientras que la auxiliar de enfermería ya ha interpuesto una denuncia ante la Policía.
Desde el sindicato reclaman más personal para atender a los 18 usuarios de la unidad de salud mental, dado que solo hay una trabajadora en cada turno "lo que resulta insuficiente dadas las características de estos residentes, aunque sean válidos. De hecho, la única ayuda con la que pudo contar la agredida, en el momento del incidente, fue la de otros usuarios".
Además, a partir de las 15:00 horas y los fines de semana sólo hay un enfermero y un médico de guardia para todo el centro residencial, que dispone de 600 camas en sus tres áreas de geriatría, discapacidad y salud mental, según denuncian desde el sindicato CSIF.
Por otro lado, advierten a la dirección del centro de que las auxiliares de enfermería "no pueden realizar otras tareas que las competenciales de su categoría, lamentando que el usuario agresor no hubiera sido atendido adecuadamente de su brote o crisis por un profesional adecuado, lo que puede suponer una negligencia".
Todo lo sucedido a cuando el agresor relató a la auxiliar agredida que no se encontraba bien, dando ésta aviso de la situación al enfermero de guardia a eso de las 11:00 horas del domingo. Posteriormente, como el usuario insistió en que estaba mal, la auxiliar volvió a trasladar a los responsables sanitarios la situación, que le solicitaron que adelantara la medicación de la cena.
El lunes por la tarde, cuando la agredida se incorporó a trabajar en su turno, notó que el agresor continuaba mostrando un comportamiento extraño, como el día anterior.