Cantabria es un lugar en el que la naturaleza y el verde de sus montes son protagonistas, pero también el mar Cantábrico, que cuenta con una serie de playas que son auténticos tesoros para la vista. Una zona que para los palentinos se convierte casi en cita obligada cada vez que llega el verano.
Entre las opciones al baño, muchos eligen municipios muy conocidos como Suances, Isla, Noja o Somo, pero muchos otros optan por una playa que se encuentra algo más cerca de la puerta de sus casas y, algo menos transitada.
A medio camino entre San Vicente de la Barquera y Comillas, se halla uno de los parajes más bellos de la comunidad autonómica, un verdadero tesoro de la naturaleza que hará las delicias de los amantes de la playa y el mar.
Dentro del Parque Natural de Oyambre, lindando con la desembocadura de la Ría de la Rabia., está una playa de dos kilómetros de extensión, que se caracteriza por sus aguas color esmeralda y una arena fina y dorada. El verde paisaje característico de Cantabria y unas enormes dunas la rodean, destacando por ser una de las playas mejor conservadas de toda la región.
Perfecta para niños y mayores dada la tranquilidad que campea en su entorno durante todo el año, incluso dar un paseo en invierno se convertirá en una de las estampas preferidas por los visitantes.
Y si una vez allí, con esas vistas delante, los palentinos y palentinas quieren estirar la escapada, pueden quedarse en el camping situado en las cercanías y aprovechar para hacer turismo en la cercana Santander o en los Picos de Europa.
Si una vez allí, el cuerpo pide al visitante dar un paseo, se puede acercar a la playa de Los Locos se encuentra en el municipio de Suances, justo debajo de un espectacular acantilado que pone los pelos de punta a cualquiera. Una playa que se caracteriza por su ambiente juvenil, ya que dadas sus buenas condiciones para hacer surf, suele estar llena de surfistas
Un remanso de paz y tranquilidad esa playa de Oyambre, calificada por la Guía Repsol como el arenal cántabro más codiciado en la meseta. Acantilados, dunas, landas costeras y marismas. Todo ello dibuja un entorno donde las montañas cántabras se abalanzan sobre un litoral de cantiles verdes y praderas.
Un largo arenal donde aterrizó en 1929 el famoso avión El Pájaro Amarillo. Pero eso, da para otro reportaje. De momento, los palentinos y palentinas pueden coger su bañador, su toalla y sombrilla, y pasar una agradable jornada en una playa con mucho encanto.